Por LA GACETA
07 Diciembre 2015
La transición institucional en el país era tensa y ayer, la Presidenta contribuyó a desmejorar el clima político al revelar que la charla telefónica que mantuvo con su sucesor fue casi a los gritos. Los dichos de Cristina, a través de la red social Twitter, pone en duda su presencia en los actos de asunción del nuevo jefe de Estado y la entrega de los atributos del mando. La relación entre los mandatarios, saliente y entrante, no es la mejor imagen que puede ofrecer un país al mundo; de esta manera se lastima a la democracia.
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