
MOMENTO HISTORICO. El interventor Castillo, al centro, con los auriculares puestos, habla con la vecina provincia. Junto a él, sus colaboradores. LA GACETA / ARCHIVO.

MANUEL RIVA / LA GACETA
Apenas 85 años atrás se logró la primera comunicación telefónica entre San Miguel de Tucumán y la vecina ciudad de Santiago del Estero. Con un gran titular que ocupaba todo el ancho de la página 6 de la edición del 5 de diciembre de 1930, LA GACETA anunciaba: “Por primera vez se habló ayer por teléfono entre Tucumán y Santiago del Estero”.
La noticia debe haber causado sensación en los tucumanos que podían comunicarse con una ciudad distante más de 160 kilómetros por medio de un cable. La crónica decía: “fue inaugurada oficialmente la línea telefónica entre esta capital y Santiago del Estero; este acto realmente promisorio, es de trascendental importancia en materia de comuncaciones, pues en breve se iniciarán los trabajos para conectar Tucumán con Salta y a la espera de un plazo no muy lejano, la extensión de los tramos permitirá a la Compañía Argentina de Teléfonos extender su red hasta la Capital Federal”. Luego seguía enumerando los beneficios que el adelanto traería a la provincia. “Este plan que con todo tesón se viene desarrollando permitirá al lector deducir como podrán estrecharse más aún las distancias con las distintas capitales y las ventajas que ello supondrá para el comercio y los Estados en general”, manifestaba el cronista con fervor.
¿Quién habrá tenido el privilegio de ser el primero en usar esa línea de comunicación? Nada menos que el interventor federal Ramón Castillo, quien había sido designado por las autoridades que habían derrocado al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen.
A las 10.30, Castillo estaba en su despacho junto a otros funcionarios de su gobierno y a representantes de la compañía telefónica, además de periodistas locales y porteños. El interventor tomó el aparato para hablar con Francisco García, interinamente a cargo de la intervención santiagueña durante 10 minutos. Las palabras fueron: “es muy grato saludarlo y me felicito que al inaugurar oficialmente este moderno medio de comunicación deba dirigirme a un hijo de Tucumán; envío mis saludos al pueblo de esa Provincia y espero que sea éste un vínculo más de unión entre ambos pueblos”. También reconoció la tarea realizada por la compañía: “en el desarrollo de esta obra de gran trascendencia para ambas provincias y el norte del país”.
Minutos después de inaugurada la línea nuestro diario recibió una llamada del director del diario santiagueño “El Liberal”, José Castiglione, quien habló con Alberto García Hamilton, director de LA GACETA en aquellos años. Ambos expresaron la importancia que la línea abría para la comuncación. Además, intercambiaron opiniones positivas del trabajo de ambos diarios y saludaron al personal de ambas firmas periodísticas.
“La línea inaugurada cubre una distancia de 300 kilómetros (dos cables de unos 150 kilómetros cada uno). Está colocada sobre una empalizada de postes de abeto de entre 8 y 9 metros de altura. Desde Tucumán salen los circuitos de cobre que permiten establecer tres comunicaciones al mismo tiempo”, continuaba la crónica. También se contaba el plan de trabajo para extender la línea para llegar a Buenos Aires en el corto tiempo. Se hablaba de los “núcleos extensibles” que abarcaban los distintos centros urbanos que luego se unirían con una red telefónica. Castillo refirió, luego de la llamada, su sorpresa por la nitidez con que oyó las palabras y agregó que no encontraba diferencia con las comunicaciones ordinarias del radio de la ciudad. También felicitó a los técnicos de la empresa.








