El "cura de La Costanera" se despide de Tucumán

Muchos recibieron la Comunión entre lágrimas, con gestos de dolor por la partida de monseñor José Melitón Chávez. En la iglesia Catedral, el futuro obispo de Añatuya se despidió el jueves de la Iglesia tucumana con una misa multitudinaria que concelebraron el cardenal monseñor Luis Héctor Villalba y el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca junto a todo el clero. Pero esta noche tendrá otra despedida que también tendrá sabor a festejo: el vicario episcopal de la Solidaridad y Asuntos Sociales o simplemente “el cura de La Costanera” como prefiere ser recordado, le dirá adiós a la comunidad de su parroquia, El Salvador, en un día muy especial: cumple 30 años de sacerdocio. Lo celebrará con una misa en acción de gracias a las 20.30 en Alvarez Condarco 830 del barrio Obispo Piedrabuena.

Mientras los tucumanos lo lloran, en la diócesis de Añatuya preparan la fiesta de recibimiento. Aquella diócesis estaba vacante desde el 4 de noviembre de 2014, cuando el papa Francisco trasladó a monseñor Armando Adolfo Uriona como obispo a Villa de la Concepción del Río Cuarto, Córdoba. Durante todo este tiempo estuvo gobernada pastoralmente por el presbítero Hernán González Cazón en calidad de administrador diocesano.

En la pequeña diócesis (la más pobre del país) se espera para el viernes la realización del acto más grande de toda su historia. Allá llegarán al menos 20 obispos de todo el país, la totalidad de los seminaristas de Tucumán, Santiago del Estero y Salta, fieles de Santiago del Estero y más de 600 tucumanos que llegarán en varios colectivos y autos particulares. Esta ciudad se encuentra a 181 kilómetros de la capital santiagueña. También estará el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, enviado del Papa.

Monseñor Chávez nació el 2 de julio de 1957 en la localidad de Romera Pozo, Leales, provincia de Tucumán. Completó sus estudios primarios en una escuela de la ciudad de Lastenia y los secundarios en la Escuela de Comercio Nº 2 . Fue ordenado sacerdote por monseñor Horacio Alberto Bózzoli, el 29 de noviembre de 1985. Tras su ordenación, en los años 1986 y 1987 ejerció su ministerio sacerdotal como vicario parroquial de las parroquias La Victoria, y San Isidro Labrador, en Lules, y administrador parroquial de varias comunidades por ausencia temporaria del titular.

Fue párroco de San José, asesor espiritual de Cáritas, capellán del Hogar Escuela Eva Perón, rector y vicerrector del Seminario Mayor Arquidiocesano Nuestra Señora de la Merced, vicario general de la arquidiócesis durante el gobierno pastoral del actual cardenal Villalba.

El 7 de octubre de 2000 el papa san Juan Pablo II lo distinguió con el título pontificio de Prelado de Honor de Su Santidad y el tratamiento de monseñor. Desde 2012 era vicario episcopal de Solidaridad y Asuntos Sociales, y párroco de El Salvador. Pero sobre todas las cosas, fue el gestor de la apertura de la Fazenda de la Esperanza, y desarrolló una intensa labor en La Costanera, una de las comunidades más pobres de Tucumán, donde la desocupación y la droga se llevan vidas adolescentes y destruyen familias completas.