Por Jose Ariel Ibañez
29 Noviembre 2015
Marcelo Tinelli entró con el pie izquierdo. Llegó a Tucumán en busca de apoyo para ser el próximo presidente de la AFA pero equivocó el camino. Se reunió con los dirigentes de Atlético pero no habló con todos. Se olvidó de convocar a las autoridades de la Liga Tucumana de Fútbol. Un error que no puede cometer alguien que impulsa su candidatura anunciando su interés por el interior. Las ligas constituyen la base del fútbol en cada provincia. Es la madre de todas las instituciones. Nadie va a negar el poder de convocatoria y la trascendencia nacional que tienen Atlético y San Martín, los dos clubes más populares de Tucumán. El “decano”, incluso, se ganó el derecho de pertenecer al exclusivo grupo de Primera División por méritos deportivos. Pero según la actual estructura afista, su origen es la liga y compite como invitado o club indirectamente afiliado, como les gusta llamarlos en Buenos Aires a los equipos del interior.
Invitar a las autoridades liguistas para que expongan sus problemas y expectativas hubiese demostrado que el interés de cambio es real. Así uno se imagina que, como suelen hacer los políticos, vino simplemente en busca de un voto para concretar sus objetivos personales.
La AFA necesita cambios profundos. Ya no puede hablarse de clubes directa o indirectamente afiliados. Todos deben estar en igualdad. Se impone la creación de un Consejo Metropolitano para nuclear a los clubes de ascenso de Buenos Aires y zonas aledañas para que organice esas competencia como lo hace el Consejo Federal. También correspondería distribuir algo de los ingresos de la AFA entre las ligas provinciales, como una especie de cooparticipación de recursos. No hace falta girar millones de pesos. Lo poco que llegue será mucho para clubes que cumplen roles sociales en muchos casos pero carecen de recursos para sobrevivir.
Tinelli quiere ser presidente de la AFA. Dice que está preocupado por el interior y reclama su apoyo. Ayer sólo armó un show como el que habitualmente presenta en televisión. Lo personal se antepuso a lo colectivo. Una pena.
Invitar a las autoridades liguistas para que expongan sus problemas y expectativas hubiese demostrado que el interés de cambio es real. Así uno se imagina que, como suelen hacer los políticos, vino simplemente en busca de un voto para concretar sus objetivos personales.
La AFA necesita cambios profundos. Ya no puede hablarse de clubes directa o indirectamente afiliados. Todos deben estar en igualdad. Se impone la creación de un Consejo Metropolitano para nuclear a los clubes de ascenso de Buenos Aires y zonas aledañas para que organice esas competencia como lo hace el Consejo Federal. También correspondería distribuir algo de los ingresos de la AFA entre las ligas provinciales, como una especie de cooparticipación de recursos. No hace falta girar millones de pesos. Lo poco que llegue será mucho para clubes que cumplen roles sociales en muchos casos pero carecen de recursos para sobrevivir.
Tinelli quiere ser presidente de la AFA. Dice que está preocupado por el interior y reclama su apoyo. Ayer sólo armó un show como el que habitualmente presenta en televisión. Lo personal se antepuso a lo colectivo. Una pena.
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