Un niño que debía cometer un ataque suicida se entregó a la policía

Un niño que debía cometer un ataque suicida se entregó a la policía

El pequeño, de 12 años, era entrenado por un supuesto grupo de talibanes en Afganistán.

INFANCIA TRUNCADA. Los niños de Afganistán viven entre la pobreza y las guerras. REUTERS INFANCIA TRUNCADA. Los niños de Afganistán viven entre la pobreza y las guerras. REUTERS
28 Noviembre 2015
Un niño entrenado para inmolarse logró huir y se entregó a la Policía en Afganistán Un niño de 12 años, entrenado por supuestos talibanes en Afganistán para cometer un ataque suicida, se entregó a la Policía tras escaparse del centro de entrenamiento en el que estaba detenido en el noreste del país, informaron hoy fuentes de seguridad.

Zakaria logró escapar del centro de entrenamiento talibán adonde había llegado tras ser vendido por sus padres por 700.000 afganis (unos 10.500 dólares) en la provincia de Faryab, explicó el jefe de la policía regional, Agha Andarabi, en declaraciones a la agencia EFE. El joven confesó a la Policía que compartía lecciones de manipulación de explosivos con otros seis niños y que se escapó cuando ya le habían indicado que debía inmolarse en las oficinas gubernamentales del distrito de Qaisar, en Faryab.

Según la fuente, el menor aseguró que el centro de formación -en el distrito de Ghormach- se hallaba bajo el mando del mullah Qaisar, quien les había dicho que si atacaban con explosivos al jefe de Policía y otros altos funcionarios del distrito de Qaisar irían "al Paraíso". "Usar a niños como atacantes suicidas muestra la debilidad de los talibanes", sentenció Andarabi, que culpó al miedo, la pobreza y, en algunos casos, la simpatía hacia los insurgentes como las causas de que los padres entreguen a sus hijos para morir a cambio de dinero.

En los últimos años se han repetido los casos de menores alistados por los talibanes para inmolarse, algo que los insurgentes siempre negaron. El año pasado, una niña de 10 años fue detenida por la Policía después de confesar que su hermano, un comandante talibán, le ordenó cometer un ataque suicida contra un puesto de control en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán.

En marzo de 2013, también en Helmand, dos niños murieron y otros seis resultaron heridos por la detonación de un chaleco cargado de explosivos durante unas lecciones en una madraza (escuela coránica) sobre su manejo y fabricación. En 2011 se produjeron varios casos en los que menores de edad perpetraron atentados suicidas tanto en Afganistán como en las zonas de Pakistán próximas a la frontera. (Télam)

Temas Afganistán
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios