16 Noviembre 2015
Lo mataron por intentar defender a su hermana
José Franco Mamaní tenía 27 años y murió a dos cuadras de su casa, en el barrio Nicolás Avellaneda II, cuando corría luego de recibir un disparo. Un jornalero fue ultimado de un balazo por su cuñado, quien sería adicto a estupefacientes, el cual huyó luego de la trágica pelea.
AGRESIVIDAD. Alicia Mamaní (al centro) habló acerca de la situación de violencia de género en la que vive. la gaceta / fotos DIEGO ARAOZ
Alicia Elizabeth Mamaní es tan tímida para hablar que, cuando ayer a la tarde era entrevistada por LA GACETA, su madre tuvo que pedirle que hablara más fuerte para que pudiera explicar que su hermano fue asesinado de un balazo por intentar defenderla.
Tiene los ojos morados. En el brazo derecho, un hematoma le oscurece la piel. En el cuello y en el pecho tiene marcados unos dedos que, según señaló, corresponden a las manos de su pareja.
Tiene 29 años y hace ya cuatro que padece los golpes y maltratos a los que, según dijo, la somete el padre de su hija; una beba de poco más de un año que ahora debe estar permanente en brazos porque en un accidente le quemaron los pies.
No era la primera vez que José Franco Mamaní, su hermano, quien tenía 27 años, se agarraba a las trompadas con su cuñado para intentar sacarla de ese calvario. Pero sus puños no sirvieron de nada. Y ayer a la mañana, cuando alrededor de las 8.30 fue hasta el barrio Nicolás Avellaneda III para volver a pelearse porque su hermana había recibido otra brutal golpiza, ni siquiera los pudo utilizar porque, según dijo la familia Mamaní, su cuñado le disparó mientras estaban discutiendo.
La Policía busca al acusado del homicidio quien sería conocido como “El Gordo Valor” y que huyó después de dispararle a José Mamaní.
“Valor”, según informaron fuentes de la causa, tendría antecedentes penales y sería adicto al consumo de estupefacientes.
La causa es instruida por la fiscala VI, Adriana Reinoso Cuello. La funcionaria judicial dispuso que la división Homicidios, comanda por los comisarios Jorge Dib y Daniel Robles dirijan la pesquisa para que el sospechoso de cuenta ante la Justicia del crimen por el que se lo acusa.
“Casi la mata”
La familia Mamaní vive en el barrio Nicolás Avellaneda II, a unas cuatro cuadras del lugar donde el presunto homicida le disparó a José Mamaní. “Ya no estábamos viviendo juntos. Yo lo denuncié en la Policía y en los tribunales pero nunca pasó nada. Por la bebé, habíamos quedado en que yo iba a vivir en la casa de su madre. Hoy (por ayer) mi ex pareja llegó como a las ocho y comenzó a pegarme. Unos vecinos que escucharon lo que estaba pasando vinieron a avisarle a mi hermano y él fue a la casa de mi ex suegra”, explicó Alicia Mamaní.
En ese momento, se habría producido la pelea en la que “Valor” le disparó a Mamaní. Herido, intentó correr de vuelta a su casa pero a las dos cuadras cayó desvanecido. Su familia lo encontró tirado en la calle y lo trasladaron hasta el CAPS de San José, pero la víctima llegó sin vida. La bala que le habían disparado le había destrozado el pecho.
Problema de siempre
Ramona Pérez, tía del joven que fue asesinado, contó los suplicios que sufre su sobrina. “Él (por el prófugo) le vivía pegando a ella. Todo el tiempo estaba morada y en la última paliza que le dio casi la mató. José siempre la defendía. Y esto venía pasando desde que comenzaron a salir, que fue hace como cuatro años”, explicó.
Además, habló del comportamiento que tenía “El Gordo valor”. “Ellos (por la pareja) estaban viviendo en Alderetes. Pero por las continuas palizas que le daba, mi sobrina decidió venirse a vivir en la casa de su suegra. Pero después él la vino a buscar. Este hombre ya estaba mal y tenía problemas con el consumo de drogas. Esto viene de hace rato. Incluso hubo una vez que vino e hizo tiros en la casa de uno de los vecinos. Ella siempre lo denunció, pero nunca le llevaron el apunte”, remarcó la tía de los Mamaní.
María Elizabeth Gramajo, madre del joven que fue asesinado, contó que su hijo trabajaba como jornalero de la construcción y como cosechero en la época de la recolección del limón. “Este hombre le disparó a mi hijo y ni siquiera se quedó para auxiliarlo. Él (por el sospechoso) lo conocía y no fue capaz de ayudarlo. Todavía sus familiares no vinieron para mi casa, pero no sabemos si pueden venir a querer atacarnos de nuevo por haberlo denunciado”, dijo a su vez la mujer.
El cuerpo de José Franco Mamaní fue llevado a la morgue judicial para que se le practique una autopsia. Esto permitirá, según explicaron los pesquisas, que se conozca con qué tipo de arma se le disparó. El homicida no habría tenido cómplices.
Tiene los ojos morados. En el brazo derecho, un hematoma le oscurece la piel. En el cuello y en el pecho tiene marcados unos dedos que, según señaló, corresponden a las manos de su pareja.
Tiene 29 años y hace ya cuatro que padece los golpes y maltratos a los que, según dijo, la somete el padre de su hija; una beba de poco más de un año que ahora debe estar permanente en brazos porque en un accidente le quemaron los pies.
No era la primera vez que José Franco Mamaní, su hermano, quien tenía 27 años, se agarraba a las trompadas con su cuñado para intentar sacarla de ese calvario. Pero sus puños no sirvieron de nada. Y ayer a la mañana, cuando alrededor de las 8.30 fue hasta el barrio Nicolás Avellaneda III para volver a pelearse porque su hermana había recibido otra brutal golpiza, ni siquiera los pudo utilizar porque, según dijo la familia Mamaní, su cuñado le disparó mientras estaban discutiendo.
La Policía busca al acusado del homicidio quien sería conocido como “El Gordo Valor” y que huyó después de dispararle a José Mamaní.
“Valor”, según informaron fuentes de la causa, tendría antecedentes penales y sería adicto al consumo de estupefacientes.
La causa es instruida por la fiscala VI, Adriana Reinoso Cuello. La funcionaria judicial dispuso que la división Homicidios, comanda por los comisarios Jorge Dib y Daniel Robles dirijan la pesquisa para que el sospechoso de cuenta ante la Justicia del crimen por el que se lo acusa.
“Casi la mata”
La familia Mamaní vive en el barrio Nicolás Avellaneda II, a unas cuatro cuadras del lugar donde el presunto homicida le disparó a José Mamaní. “Ya no estábamos viviendo juntos. Yo lo denuncié en la Policía y en los tribunales pero nunca pasó nada. Por la bebé, habíamos quedado en que yo iba a vivir en la casa de su madre. Hoy (por ayer) mi ex pareja llegó como a las ocho y comenzó a pegarme. Unos vecinos que escucharon lo que estaba pasando vinieron a avisarle a mi hermano y él fue a la casa de mi ex suegra”, explicó Alicia Mamaní.
En ese momento, se habría producido la pelea en la que “Valor” le disparó a Mamaní. Herido, intentó correr de vuelta a su casa pero a las dos cuadras cayó desvanecido. Su familia lo encontró tirado en la calle y lo trasladaron hasta el CAPS de San José, pero la víctima llegó sin vida. La bala que le habían disparado le había destrozado el pecho.
Problema de siempre
Ramona Pérez, tía del joven que fue asesinado, contó los suplicios que sufre su sobrina. “Él (por el prófugo) le vivía pegando a ella. Todo el tiempo estaba morada y en la última paliza que le dio casi la mató. José siempre la defendía. Y esto venía pasando desde que comenzaron a salir, que fue hace como cuatro años”, explicó.
Además, habló del comportamiento que tenía “El Gordo valor”. “Ellos (por la pareja) estaban viviendo en Alderetes. Pero por las continuas palizas que le daba, mi sobrina decidió venirse a vivir en la casa de su suegra. Pero después él la vino a buscar. Este hombre ya estaba mal y tenía problemas con el consumo de drogas. Esto viene de hace rato. Incluso hubo una vez que vino e hizo tiros en la casa de uno de los vecinos. Ella siempre lo denunció, pero nunca le llevaron el apunte”, remarcó la tía de los Mamaní.
María Elizabeth Gramajo, madre del joven que fue asesinado, contó que su hijo trabajaba como jornalero de la construcción y como cosechero en la época de la recolección del limón. “Este hombre le disparó a mi hijo y ni siquiera se quedó para auxiliarlo. Él (por el sospechoso) lo conocía y no fue capaz de ayudarlo. Todavía sus familiares no vinieron para mi casa, pero no sabemos si pueden venir a querer atacarnos de nuevo por haberlo denunciado”, dijo a su vez la mujer.
El cuerpo de José Franco Mamaní fue llevado a la morgue judicial para que se le practique una autopsia. Esto permitirá, según explicaron los pesquisas, que se conozca con qué tipo de arma se le disparó. El homicida no habría tenido cómplices.