18 Octubre 2015
ENTRE CORAZONES. El estudio de Canal 10 se ambientó con globos y carteles para celebrar el Día de la Madre. LA GACETA / FOTO DE FLORENCIA ZURITA
Lo que se ve en pantalla: que Catalina Lonac se ríe primero, que se emociona después, que intenta contener el llanto varias veces, que sólo al final lo libera. Que habla de forma enérgica siempre, hasta cuando recuerda tristezas añejas. Que se anima con celeridad, que se expresa con desfachatez, que las cámaras no la amedrentan. Lo que no se ve en pantalla: que la empresaria ha llegado puntual a los estudios de Canal 10 (a las 9.40 del viernes), que espera paciente su turno de ser entrevistada, que le pide “agüita” al productor, que cada tanto chequea la hora y constata que se le hace tarde para llegar a una reunión, que sugiere entonces acelerar su bloque, que se saca el blazer antes de sentarse frente a los conductores.
Lo que se ve en pantalla: que Mariana Soler escucha atenta las historias de los invitados y se identifica con su conmoción, aunque siempre sale del paso con una frase alegre. Que se mantiene entera cuando recuerda a Oscar Asensio -amigo suyo y productor del canal, fallecido hace dos semanas-, que dice su nombre sonriendo. Lo que no se ve en pantalla: que la conductora permanece revuelta después de cada historia, que con sutiles toquecitos bajo los párpados controla que una lágrima no barra el maquillaje. Que cuando escucha la voz de Asensio (en una canción que suena de fondo) descubre su límite: “¡no vale llorar!”, dice. Y que luego pide respetuosamente que bajen el volumen; las ausencias imprevistas ponen a prueba cualquier autodominio.
Hay varios contrastes más, pero todos derivan en lo mismo: lo que usted verá hoy en Canal 10, desde las 11.45, es sólo una parte -editada, prolija, grabada con anterioridad- de un todo que, sin ser caótico, tuvo dosis de ansiedad, entusiasmo y vertiginosidad. El programa especial de “Más 10 que nunca” por el Día de la Madre desborda, sobre todo, mucha emoción, aunque eso sí podrá ser percibido por la audiencia a través de cinco entrevistas a mamás con distintos estilos, profesiones, historias y modos de contarla (además de Lonac estuvieron la rectora de la UNT, Alicia Bardón, y mujeres a cargo de diferentes fundaciones solidarias). Sendos shows del mariachi José Ríos y de Fra Tenori completan la propuesta para homenajear a las madres.
Tanto el productor Ariel Rearte como los conductores, Soler y Rubén Brasero, coincidieron en que la potencia de las historias de las invitadas -casi todas con mensajes de superación a partir de un momento adverso- no estaba prevista de antemano. “Llegamos a ellas casi sin buscarlo, porque en las entrevistas uno va buceando”, admitió Mariana. Rearte destacó que, de todos modos, la idea desde un primer momento era hacer un programa más reflexivo, alejado de lo puramente festivo o banal. Lo consiguieron. Pruebas de eso fueron las varias veces que se paralizó el estudio ante testimonios como el de Lonac, que contó de la pérdida que sufrió de chica y que moldeó su carácter, o el de las representantes de “Era en abril”, grupo que nuclea a madres que sufrieron la muerte de sus hijos.
Emoción sí, pero lágrimas no. Por lo menos para los conductores, que en todo momento recordaron que, antes que cualquier reflexión, la de hoy es una fecha fundamentalmente festiva.
Lo que se ve en pantalla: que Mariana Soler escucha atenta las historias de los invitados y se identifica con su conmoción, aunque siempre sale del paso con una frase alegre. Que se mantiene entera cuando recuerda a Oscar Asensio -amigo suyo y productor del canal, fallecido hace dos semanas-, que dice su nombre sonriendo. Lo que no se ve en pantalla: que la conductora permanece revuelta después de cada historia, que con sutiles toquecitos bajo los párpados controla que una lágrima no barra el maquillaje. Que cuando escucha la voz de Asensio (en una canción que suena de fondo) descubre su límite: “¡no vale llorar!”, dice. Y que luego pide respetuosamente que bajen el volumen; las ausencias imprevistas ponen a prueba cualquier autodominio.
Hay varios contrastes más, pero todos derivan en lo mismo: lo que usted verá hoy en Canal 10, desde las 11.45, es sólo una parte -editada, prolija, grabada con anterioridad- de un todo que, sin ser caótico, tuvo dosis de ansiedad, entusiasmo y vertiginosidad. El programa especial de “Más 10 que nunca” por el Día de la Madre desborda, sobre todo, mucha emoción, aunque eso sí podrá ser percibido por la audiencia a través de cinco entrevistas a mamás con distintos estilos, profesiones, historias y modos de contarla (además de Lonac estuvieron la rectora de la UNT, Alicia Bardón, y mujeres a cargo de diferentes fundaciones solidarias). Sendos shows del mariachi José Ríos y de Fra Tenori completan la propuesta para homenajear a las madres.
Tanto el productor Ariel Rearte como los conductores, Soler y Rubén Brasero, coincidieron en que la potencia de las historias de las invitadas -casi todas con mensajes de superación a partir de un momento adverso- no estaba prevista de antemano. “Llegamos a ellas casi sin buscarlo, porque en las entrevistas uno va buceando”, admitió Mariana. Rearte destacó que, de todos modos, la idea desde un primer momento era hacer un programa más reflexivo, alejado de lo puramente festivo o banal. Lo consiguieron. Pruebas de eso fueron las varias veces que se paralizó el estudio ante testimonios como el de Lonac, que contó de la pérdida que sufrió de chica y que moldeó su carácter, o el de las representantes de “Era en abril”, grupo que nuclea a madres que sufrieron la muerte de sus hijos.
Emoción sí, pero lágrimas no. Por lo menos para los conductores, que en todo momento recordaron que, antes que cualquier reflexión, la de hoy es una fecha fundamentalmente festiva.
Temas
Canal 10 de Tucumán