Los senderos de montaña de Tucumán, marcados entre selva, pastizales de altura, terrenos áridos de piedra y cardón, habitados por comunidades autóctonas y restos de sus culturas originarias, están abiertos a todos. Pero no siempre contamos con la información para recorrerlos. Dependemos de alguien que conozca el trayecto, los tiempos, distancias y la dificultad del camino, que nos aconseje cuándo podemos hacerlo por cuenta propia y cuándo conviene contar con un guía.
El proyecto "Huella Indígena", que elaboró la Asociación Argentina de Montaña (AAM) para señalizar rutas de trekking, en el que están relevados 225 kilómetros de senderos de distinta dificultad, conforma un circuito que une Tafí del Valle, Amaicha, Raco, El Siambón, Anfama, entre otras locaciones. Apunta a fomentar el montañismo desde una perspectiva sustentable y con respeto hacia las comunidades que estos senderos atraviesan.
La propuesta, presentada ante el Ente Tucumán Turismo, tiende a promover, desarrollar y permitir el crecimiento de las comunidades locales, fomentar el montañismo y cuidar el medio ambiente. Permite, también, que cada caminante pueda elegir su camino, contando con la información necesaria para organizar su salida.
Incluye la elaboración de una guía impresa, con el apoyo de un sitio web que complete la información, mapas, folletos para entregar a los turistas, cartelería para señalizar los senderos (con la indicación de distancias, dificultad, altura y características del terreno) y hasta una aplicación para descargar los tracks en el celular, con una reseña del recorrido, datos geográficos, culturales, históricos, además de información sobre los refugios y guías locales.
"No estamos inventando nada nuevo. Este tipo de trabajo, que ofrecemos en forma gratuita a la comunidad, es lo que se hizo con los senderos del sur del país, con el proyecto Huella Andina, y es lo que hacen los europeos en los Alpes, por ejemplo", comentó Nicolás Kusnezov, presidente de la AAM.
El circuito de 225 kilómetros, consta de tramos de distinta dificultad, que ascienden hasta 4.200 metros sobre el nivel del mar y que pueden hacerse en forma separada.
El punto de partida es Yerba Buena, para ir hacia El Siambón, a lo largo de 20 kilómetros de caminata tranquila. Una distancia similiar, con un recorrido de dificultad intermedia es el que hay hasta Anfama, y otros 15 kilómetros hasta La Ciénaga; para volver a bajar hacia Tafí del Valle, con 11 kilómetros de caminata a través de un valle verde, salpicado por las huellas de culturas antiguas, construcciones circulares de piedra, y menhires que testifican que hace cientos de años ese territorio ya estaba habitado.
La escuela n° 338 de La Cíenaga, que se cerró como establecimiento educativo se convertirá en un refugio para caminantes de montaña, de acuerdo con el convenio que firmaron el Ente Tucumán Turismo y el Ministerio de Educación, en el marco del Proyecto Sendero de Largo Recorrido Yerba Buena - Tafí del Valle.
Entre construcciones de piedra y menhires
El valle de Tafí y los dos principales cordones que lo enmarcan, las cumbres Calchaquíes por el costado oriental y el cordón de el Aconquija por el costado occidental, conforman la principal reserva arqueológica de la provincia.
Es la cultura agroalfarera más antigua del país, que ha habitado el valle y sus montañas en un período de un poco más de 1.000 años (entre el 300 AC y el 800 DC) que se fue extinguiendo por motivos hoy ignorados, ha dejado restos arqueológicos que son motivo del disfrute del caminante.
De Tafí del Valle a San José, el trayecto se pone más desafiante, por senderos poco demarcados y con una inclinación de hasta 45°, lo que hace necesario contar con un guía. La primera parte del recorrido, de unas ocho horas, comienza en la cooperativa "El Takellar", a la altura de Rodeo Grande, sobre la ruta provincial 325, hasta el refugio de "La Ollada", donde se puede pasar la noche. Ya descansados, al día siguiente, se puede emprender la caminata hasta el punto más alto, en El Muñoz, a 4.200 metros de altura. El descenso se hace hacia la localidad de San José, cercana a Santa María, después de caminar a lo largo de un total de 38 kilómetros.
Entre El Muñoz y el valle de Santa María, se puede ver una muestra más de la cultura Tafí, en el sitio conocido como el Pucará, construido en piedra sin ninguna argamasa, que contiene pequeños menhires y del que se estima que tienen unos 1.000 años de antigüedad.
Desde Amaicha del Valle, (a 40 km de San José) parte otro recorrido, también de cierta complejidad, hacia Anca Juli, a lo largo de 42 kilómetros por terrenos rocosos. El descenso hacia Raco presenta una dificultad intermedia, por senderos marcados, pero con inclinación, a lo largo de 17 kilómetros. La bajada a Yerba Buena es un paseo de 22 kilómetros, en una zona cálida pero a la sombra de los altos árboles que conforman la selva de yungas.