El Papa instó a garantizar techo, trabajo y tierra
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Francisco condenó la proliferación de armas nucleares, el avance del narcotráfico y los ataques al medio ambiente. Exhortó a “limitar todo tipo de abuso o usura contra los países en vía de desarrollo”.
NUEVA YORK.- El papa Francisco condenó en Naciones Unidas el “flagelo de la guerra”, abogó por la no proliferación de armas nucleares, llamó a luchar contra la “cultura del descarte” y advirtió sobre las consecuencias del narcotráfico, que mata “silenciosamente” a millones de personas en el mundo.
El pontífice dedicó su discurso ante los representantes de los líderes mundiales a subrayar las luces y sombras que ha tenido la ONU a lo largo de sus 70 años de existencia, a la que instó a respetar su carta constitutiva, “sin segundas intenciones”, para alcanzar la paz. Francisco habló en español y durante 48 minutos, ante más de 150 líderes mundiales. El Papa, además, pidió a los mandatarios, diplomáticos y funcionarios presentes en el recinto a “dejar de lado intereses sectoriales e ideologías para buscar el bien común”.
El discurso del Papa, interrumpido 25 veces por los aplausos del auditorio y ovacionado de pie al final, se caracterizó por sus numerosas alusiones a la necesidad de promover mayor equidad y velar por el desarrollo sostenible de los países.
El líder espiritual de 1.200 millones de católicos criticó con dureza el grave pecado que supone la exclusión social y económica. “Hay otro tipo de conflictividad no siempre tan explicitada, pero que silenciosamente viene cobrando la muerte de millones de personas. Otra clase de guerra viven muchas de nuestras sociedades con el fenómeno del narcotráfico. Una guerra asumida y pobremente combatida”, aseveró.
“El narcotráfico, por su propia dinámica, va acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción. Corrupción que ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones”, alertó en su discurso en español.
Seguridad y finanzas
El Papa pidió a Naciones Unidas que se conceda a todos los países, sin excepción, una “participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones”, en especial en el Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas. “Esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura, sobre todo con los países en vías de desarrollo”, fundamentó. “Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”, agregó.
Francisco citó su encíclica ‘Laudato si’ para afirmar que hay un “verdadero derecho ambiental” que no es respetado, y sostener que el abuso y la destrucción del medio ambiente “van acompañados por un imparable proceso de exclusión”. En este sentido, el Pontífice detalló un sinnúmero de situaciones que conforman la hoy “tan difundida e inconscientemente consolidada ‘cultura del descarte’”, por lo que reclamó “soluciones urgentes y efectivas”.
“Los más pobres son los que más sufren, por un triple motivo: son descartados por la sociedad, obligados a vivir del descarte y deben sufrir las consecuencias del ambiente. Es la cultura del descarte”, precisó. “La adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre Mundial que iniciará hoy mismo (por ayer), es una importante señal de esperanza. Confío también que la Conferencia de París sobre cambio climático logre acuerdos fundamentales y eficaces”, añadió.
Dignidad humana
Francisco exhortó a los gobernantes a “garantizar el mínimo absoluto de dignidad que tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra” e insistió en advertir que “la guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente”.
El Papa condenó la persecución de los cristianos y otras minorías cristianas, que a raíz del “odio y la locura” fueron puestos en la disyuntiva de “huir o de pagar su adhesión al bien y a la paz con la propia vida o con la esclavitud”.
Sin armas
“Una ética y un derecho basados en la amenaza de destrucción mutua -y posiblemente de toda la humanidad- son contradictorios y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser ‘Naciones Unidas por el miedo y la desconfianza’”, dijo el pontífice. “Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no Proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos”, pidió. (DyN-Télam-www.lanacion.com.ar)
Martín Fierro en la ONU
EL PAPA RECITÓ UNA PARTE DEL POEMA, SOBRE EL QUE HABÍA ESCRITO CUANDO ERA CARDENAL
Francisco recitó ayer en la ONU el fragmento del Martín Fierro en el que se hace referencia a las dificultades que conllevan las peleas entre hermanos, lo que lo hizo merecedor del aplauso de los participantes de la 70° Asamblea. “El gaucho Martín Fierro canta: los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”, sostuvo. El 10 de noviembre de 2013, Infobae reactualizó el recuerdo del Martín Fierro, escrita en 2002 por el entonces cardenal Jorge Bergoglio. Lo que sigue es el mensaje que el Arzobispo de Buenos Aires dirigió a la comunidad educativa, y en el cual reflexiona sobre la problemática del país y sobre qué es ser una Nación: “Antes que un “poema épico” abstracto, Martín Fierro es una obra de denuncia, con una clara intención: oponerse a la política oficial y proponer la inclusión del gaucho dentro del país que se estaba construyendo: ‘Es el pobre en su orfandá de la fortuna el desecho porque naides toma a pecho el defender a su raza. Debe el gaucho tener casa, Escuela, Iglesia y derechos’. Y Martín Fierro cobró vida más allá de la intención del autor, convirtiéndose en el prototipo del perseguido por un sistema injusto y excluyente”.