Por Nicolás Iriarte
24 Septiembre 2015
SOBRESALIENTE. Acosta lanza un pase durante el primer tiempo; el “Bebé” fue una de las figuras de Atlético en el partido. la gaceta / foto de héctor peralta
La racha de Atlético jugando en casa continúa agrandándose y obliga a ponerse creativos para presentarla. Decir que ya lleva 20 partidos invicto, después de su victoria ante All Boys, no es poca cosa pero el fenómeno tiene otros perfiles interesantes.
De esos 20, dos son de la temporada anterior pero los 1.620 minutos (18 partidos) que el equipo lleva disputados en el Monumental en esta campaña, en sólo cinco estuvo abajo en el marcador. Cinco. El número representa menos del 0,5% del tiempo y curiosamente el mérito se lo lleva Central Córdoba, el peor equipo del campeonato.
Los santiagueños, sin embargo, no fueron los que más cerca estuvieron de romper el hechizo bajo el que se sienten jugadores, cuerpo técnico e hinchas durante cada partido en 25 de mayo y Chile desde hace más de 10 meses.
El equipo que más lo complicó en su patio y -pese a no ponerse en ventaja- fue All Boys, anoche. El trébol de situaciones clarísimas de gol con las que contó el equipo de José Romero bastaron para comenzar a asustar al “decano”.
All Boys, como pocos equipos en esta temporada, salió a lastimar a Atlético sin temor a recibir heridas. Los supersticiosos no se sacaban de la cabeza un dato: la última derrota del equipo de Juan Manuel Azconzábal (quien no sabe lo que es perder como local) había sido un miércoles por la noche y ante Huracán, otro equipo de Capital Federal.
Después de ese vendaval negro como la camiseta del visitante, el gol de Cristian Menéndez sobre el final del primer tiempo parecía que tiraba por tierra todos los miedos, pero no.
En el mejor momento de Atlético llegó el empate y un mano a mano que salvó Cristian Lucchetti hizo lo que nadie hasta aquí había hecho en el José Fierro: hacer pensar que Atlético iba a perder.
La sensación no duró mucho gracias a la gran jugada de Guillermo Acosta y la brillante definición del “Polaco” quien recuperó la memoria goleadora un poco tarde pero cuando las conquistas siguen siendo valiosas. Tan valiosas como el triunfo de Atlético que quedó a tres partidos de lograr algo impensado: evitar la derrota en su estadio durante una temporada completa.
El verdadero objetivo es superador pero este también vale.
De esos 20, dos son de la temporada anterior pero los 1.620 minutos (18 partidos) que el equipo lleva disputados en el Monumental en esta campaña, en sólo cinco estuvo abajo en el marcador. Cinco. El número representa menos del 0,5% del tiempo y curiosamente el mérito se lo lleva Central Córdoba, el peor equipo del campeonato.
Los santiagueños, sin embargo, no fueron los que más cerca estuvieron de romper el hechizo bajo el que se sienten jugadores, cuerpo técnico e hinchas durante cada partido en 25 de mayo y Chile desde hace más de 10 meses.
El equipo que más lo complicó en su patio y -pese a no ponerse en ventaja- fue All Boys, anoche. El trébol de situaciones clarísimas de gol con las que contó el equipo de José Romero bastaron para comenzar a asustar al “decano”.
All Boys, como pocos equipos en esta temporada, salió a lastimar a Atlético sin temor a recibir heridas. Los supersticiosos no se sacaban de la cabeza un dato: la última derrota del equipo de Juan Manuel Azconzábal (quien no sabe lo que es perder como local) había sido un miércoles por la noche y ante Huracán, otro equipo de Capital Federal.
Después de ese vendaval negro como la camiseta del visitante, el gol de Cristian Menéndez sobre el final del primer tiempo parecía que tiraba por tierra todos los miedos, pero no.
En el mejor momento de Atlético llegó el empate y un mano a mano que salvó Cristian Lucchetti hizo lo que nadie hasta aquí había hecho en el José Fierro: hacer pensar que Atlético iba a perder.
La sensación no duró mucho gracias a la gran jugada de Guillermo Acosta y la brillante definición del “Polaco” quien recuperó la memoria goleadora un poco tarde pero cuando las conquistas siguen siendo valiosas. Tan valiosas como el triunfo de Atlético que quedó a tres partidos de lograr algo impensado: evitar la derrota en su estadio durante una temporada completa.
El verdadero objetivo es superador pero este también vale.
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