23 Septiembre 2015
PROCESOS. La borra que recubre a los capullos se la aprovecha para tejer una vez que se procesa. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO.
La seda es una fibra natural súper resistente, tanto que durante años EEUU la utilizó para la fabricación de paracaídas. Su descubrimiento se mezcla con leyendas, al igual que la forma en la que los primeros huevos del gusano de seda cruzaron los límites de China. Durante cientos de años fue uno de los secretos mejor guardados y cualquier filtración se pagaba con la vida. En Tucumán, la cátedra de Granja de la facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT incorporó en la década de 1990 la Sericicultura (cría de gusanos de seda) en la currícula. De esta manera rescató un conocimiento que se tenía, ya que en 1950 había funcionado un laboratorio. Actualmente, no hay en el país otra universidad que enseñe esto dentro de una carrera de grado, destaca Julio Barrionuevo, ingeniero zootecnista y profesor de la cátedra.
“En los 90, la crisis azucarera de los minifundistas nos llevó a proponer una alternativa de producción. Pensamos en los recursos que teníamos y la cría de gusanos era viable”, comenta Barrionuevo. Ejemplares de moreras se encuentran diseminados por todo el interior de la provincia, lo cual reducía los costos de alimento que, en cualquier, producción pecuaria representa el 70% del presupuesto. Para conseguir huevos, Barrionuevo, tuvo que viajar a Francia, ya que la actividad en el país se había extinguido.
Tanto los capullos como los hilos de seda que se obtienen han sido usados por los alumnos para realizar tejidos, bijouterie y otras aplicaciones. También por tejedoras. Barrionuevo destaca el interés de Marita Castro, quien utilizó los hilos de seda para la manufactura de randas. Ese trabajo le valió una mención especial en el ciclo Generarte. “Nuestro objetivo es la promoción de la actividad como proyecto productivo que rescata la mano de obra femenina del campo”, comenta el ingeniero.
La facultad tiene un convenio de colaboración con la escuela agrotécnica de Los Sarmiento. Allí funciona la única devanadora (sirve para armar el hilo) del NOA; según el docente. Allí también crían gusanos y desde la facultad envían, a veces, los capullos.
El proceso
Una mariposa pone unos 400 huevos. “Luego se pasa a un telaino (especie de bastidor) unos 20.000 huevos que pesan 10 gramos”, cuenta Barrionuevo. En esta fase ya se puede vender para la cría.
Una vez en el telaino, los huevos se colocan en un incubador durante 12 días hasta que nacen las larvas (miden 1,5 milímetros). Durante un mes, esas larvas comen la hoja picada de la morera y cambian cuatro veces la piel (mudas) hasta que alcanzan los 9 centímetros. Ya están listas para comenzar a tejer el capullo que protegerá a la crisálida durante su metamorfosis. Para extraer el filamento es necesario que el ciclo se interrumpa antes de que se conviertan en mariposas porque arruinarían el capullo. “Para eso se los meten en hornos a 80°”, agrega el ingeniero. El capullo está recubierto de una borra que también se aprovecha para tejer y por 1.300 metros de filamento continuo con el que se armará el hilo.
Cada hebra de seda está formada por 50 filamentos. El hilo se compone de dos proteínas principales: la sericina y la fibroína y tiene forma triangular, a eso le debe su brillo. La seda cruda tiene aspecto rústico; con los sucesivos procesos se refina.
De China a Argentina
El origen- La historia más extendida es que el descubrimiento de la seda fue producto del azar y sucedió cuando un capullo cayó desde la rama de una morera a la taza de una emperatriz. Ella vio que en el agua caliente el capullo se desarmaba en un extenso filamento y mandó a tejer una túnica.
En Argentina.- En el siglo XVIII llegaron las primeras moreras y gusanos de seda (Bombix mori) a la Argentina, a través del naturalista español Ramón María de Termeyer, quien perteneció a la Compañía de Jesús y fue misionero en América. Luego, la producción fue impulsada durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento. Pero nunca llegó a prosperar.
Ley 25.747.- En 2003 el Congreso sancionó una ley para la creación de un programa de promoción y producción del gusano de seda.
Producción.- China produce cerca del 70% de la seda mundial, seguida por Brasil, India, Tailandia y Vietnam.
Usos.- La seda se usa para indumentaria, alfombras y lencería. También para hilos de sutura porque es hipoalergénica, no causa infecciones y es reabsorbida. Además, tiene la propiedad de ser fresca en verano y caliente en el invierno.
Mercados.- India, Italia y Japón son los principales importadores de seda cruda para procesar. El precio unitario de la seda cruda es cerca de 20 veces más alto que el del algodón crudo.
“En los 90, la crisis azucarera de los minifundistas nos llevó a proponer una alternativa de producción. Pensamos en los recursos que teníamos y la cría de gusanos era viable”, comenta Barrionuevo. Ejemplares de moreras se encuentran diseminados por todo el interior de la provincia, lo cual reducía los costos de alimento que, en cualquier, producción pecuaria representa el 70% del presupuesto. Para conseguir huevos, Barrionuevo, tuvo que viajar a Francia, ya que la actividad en el país se había extinguido.
Tanto los capullos como los hilos de seda que se obtienen han sido usados por los alumnos para realizar tejidos, bijouterie y otras aplicaciones. También por tejedoras. Barrionuevo destaca el interés de Marita Castro, quien utilizó los hilos de seda para la manufactura de randas. Ese trabajo le valió una mención especial en el ciclo Generarte. “Nuestro objetivo es la promoción de la actividad como proyecto productivo que rescata la mano de obra femenina del campo”, comenta el ingeniero.
La facultad tiene un convenio de colaboración con la escuela agrotécnica de Los Sarmiento. Allí funciona la única devanadora (sirve para armar el hilo) del NOA; según el docente. Allí también crían gusanos y desde la facultad envían, a veces, los capullos.
El proceso
Una mariposa pone unos 400 huevos. “Luego se pasa a un telaino (especie de bastidor) unos 20.000 huevos que pesan 10 gramos”, cuenta Barrionuevo. En esta fase ya se puede vender para la cría.
Una vez en el telaino, los huevos se colocan en un incubador durante 12 días hasta que nacen las larvas (miden 1,5 milímetros). Durante un mes, esas larvas comen la hoja picada de la morera y cambian cuatro veces la piel (mudas) hasta que alcanzan los 9 centímetros. Ya están listas para comenzar a tejer el capullo que protegerá a la crisálida durante su metamorfosis. Para extraer el filamento es necesario que el ciclo se interrumpa antes de que se conviertan en mariposas porque arruinarían el capullo. “Para eso se los meten en hornos a 80°”, agrega el ingeniero. El capullo está recubierto de una borra que también se aprovecha para tejer y por 1.300 metros de filamento continuo con el que se armará el hilo.
Cada hebra de seda está formada por 50 filamentos. El hilo se compone de dos proteínas principales: la sericina y la fibroína y tiene forma triangular, a eso le debe su brillo. La seda cruda tiene aspecto rústico; con los sucesivos procesos se refina.
De China a Argentina
El origen- La historia más extendida es que el descubrimiento de la seda fue producto del azar y sucedió cuando un capullo cayó desde la rama de una morera a la taza de una emperatriz. Ella vio que en el agua caliente el capullo se desarmaba en un extenso filamento y mandó a tejer una túnica.
En Argentina.- En el siglo XVIII llegaron las primeras moreras y gusanos de seda (Bombix mori) a la Argentina, a través del naturalista español Ramón María de Termeyer, quien perteneció a la Compañía de Jesús y fue misionero en América. Luego, la producción fue impulsada durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento. Pero nunca llegó a prosperar.
Ley 25.747.- En 2003 el Congreso sancionó una ley para la creación de un programa de promoción y producción del gusano de seda.
Producción.- China produce cerca del 70% de la seda mundial, seguida por Brasil, India, Tailandia y Vietnam.
Usos.- La seda se usa para indumentaria, alfombras y lencería. También para hilos de sutura porque es hipoalergénica, no causa infecciones y es reabsorbida. Además, tiene la propiedad de ser fresca en verano y caliente en el invierno.
Mercados.- India, Italia y Japón son los principales importadores de seda cruda para procesar. El precio unitario de la seda cruda es cerca de 20 veces más alto que el del algodón crudo.
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