10 Septiembre 2015
TODOS MOTIVADOS. Azconzábal mantiene al grupo conectado, desde el habitual titular al “decano” que no tuvo aún minutos en cancha a lo largo del torneo. la gaceta / foto de héctor peralta
Después de la bomba que clavó en el ángulo derecho del arco de Matías Scapparoni, Guillermo Acosta emprendió la marcha triunfal de su festejo, el del 1-0 parcial de Atlético frente a Independiente Rivadavia, en Mendoza, rumbo al banderín contrario del córner donde había ejecutado su obra de arte.
A lo lejos, se vio al petiso saltarín moviendo los brazos estilo Mick Jagger. “BB” hacía la famosa “gallinita” y lo primero que se le vino a la cabeza a los que conocen al volante ofensivo era que el show iba dedicado a su hijo Thiago. Error. Ni cerca.
Fue una especie de vendetta, cuenta Acosta, ya en el Complejo de Ojo de Agua, lejos de las tarjetas del juez Andrés Merlos. “La hinchada de ellos me estaba insultando bastante, por lo que medio que me tomé revancha con mi gol, aunque después fue peor la cosa, ja”, revela el ahora apodado “Gallo”, quien estuvo al borde de la amarilla por la bravuconada.
“Zafé, por suerte, pero el árbitro me había dicho que me controle: ‘ojo con la gallinita porque estás en el horno, voy a tener que amonestarte”, cuenta la infidencia Acosta, que zafó porque cortó rápido su sketch.
Fuera de bromas ya, a “BB” se lo vio medio abollado. Sufre las consecuencias de un patadón que le pegaron en la rodilla derecha y que ayer no lo dejó trabajar con normalidad. Entonces, surge la pregunta: ¿Si no está al 100% vale la pena arriesgar sabiendo que en la próxima parada hay que visitar a Patronato? “Uno siempre quiere jugar. Ahora vamos a ver qué dice el doctor. Si no estoy al 100% no me conviene arriesgar porque por ahí puedo sufrir una lesión más importante y perderme la parte final del campeonato”, se sincera uno de los puntos altos individuales del “decano”.
Acosta está en su mejor momento. “Se puede decir que sí, vengo metiendo goles, estoy jugando todos los partidos y en una posición que me encanta. Ojalá siga así”, desea quien no tiene problemas en dejar su lugar para que entre un compañero que esté bien.
Su actitud devela el clima grupal. “Este es un grupo muy unido, y cuando un plantel está así, las cosas van a salir bien. Esperemos brindar a fin de año”, se ilusiona el nuevo “Gallo” y se prende en la última y bromea. Si todo sigue como hasta ahora, el pase de “BB” rondaría los seis ceros. “Ja, ojalá, así cambiamos la casa y el auto. Dios quiera, je”.
A lo lejos, se vio al petiso saltarín moviendo los brazos estilo Mick Jagger. “BB” hacía la famosa “gallinita” y lo primero que se le vino a la cabeza a los que conocen al volante ofensivo era que el show iba dedicado a su hijo Thiago. Error. Ni cerca.
Fue una especie de vendetta, cuenta Acosta, ya en el Complejo de Ojo de Agua, lejos de las tarjetas del juez Andrés Merlos. “La hinchada de ellos me estaba insultando bastante, por lo que medio que me tomé revancha con mi gol, aunque después fue peor la cosa, ja”, revela el ahora apodado “Gallo”, quien estuvo al borde de la amarilla por la bravuconada.
“Zafé, por suerte, pero el árbitro me había dicho que me controle: ‘ojo con la gallinita porque estás en el horno, voy a tener que amonestarte”, cuenta la infidencia Acosta, que zafó porque cortó rápido su sketch.
Fuera de bromas ya, a “BB” se lo vio medio abollado. Sufre las consecuencias de un patadón que le pegaron en la rodilla derecha y que ayer no lo dejó trabajar con normalidad. Entonces, surge la pregunta: ¿Si no está al 100% vale la pena arriesgar sabiendo que en la próxima parada hay que visitar a Patronato? “Uno siempre quiere jugar. Ahora vamos a ver qué dice el doctor. Si no estoy al 100% no me conviene arriesgar porque por ahí puedo sufrir una lesión más importante y perderme la parte final del campeonato”, se sincera uno de los puntos altos individuales del “decano”.
Acosta está en su mejor momento. “Se puede decir que sí, vengo metiendo goles, estoy jugando todos los partidos y en una posición que me encanta. Ojalá siga así”, desea quien no tiene problemas en dejar su lugar para que entre un compañero que esté bien.
Su actitud devela el clima grupal. “Este es un grupo muy unido, y cuando un plantel está así, las cosas van a salir bien. Esperemos brindar a fin de año”, se ilusiona el nuevo “Gallo” y se prende en la última y bromea. Si todo sigue como hasta ahora, el pase de “BB” rondaría los seis ceros. “Ja, ojalá, así cambiamos la casa y el auto. Dios quiera, je”.
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