02 Septiembre 2015
OBEDIENTE. Acosta, quien carga su colchoneta delante de Julio, podría volver a jugar en una posición extraña: lateral derecho. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA (ARCHIVO)
Ser “polifuncional” en una cancha de fútbol se transformó en estos tiempos en una mala palabra. “El que mucho abarca, poco aprieta”, argumentan sus detractores, apelando al dicho. Claramente para Juan Manuel Azconzábal, lejos de ser malo, el término es lo que le ha permitido cubrir espacios muchas veces vacíos a lo largo de la temporada.
El abanderado de ese auxilio que le proporcionaron jugadores flexibles es Guillermo Acosta. Luego de que Nicolás Romat viera la quinta amarilla el domingo pasado ante Guaraní, en la cabeza del entrenador se posó la idea de volver a aprovechar la disponibilidad táctica del jugador para enfrentar a Independiente Rivadavia, el domingo (dirigirá Andrés Merlos).
“Algunos jugadores tienen que estar preparados para jugar en cualquier lado y yo soy uno de ellos”, explica el “Bebé” que alguna vez había jugado de lateral derecho en San Jorge pero estaba claro que se trataba de algo extraño y prácticamente nuevo.
Incluso Acosta no venía jugando en su puesto natural hasta el último partido. El “Vasco”, ante la lesión de varios números cinco, lo ubicó en el círculo central, haciéndole conocer un nuevo sector de la cancha. ¿Pero cuál es su puesto natural? Todos imaginamos a un volante por derecha con mucha llegada pero en esta temporada jugó de todo.
Volante por derecha, volante por izquierda, lateral derecho y hasta volante central. También apareció como delantero en algunos pasajes de diversos partidos.
“Donde me ponga el técnico voy a tratar de hacer lo mejor para el equipo”, agrega el jugador nacido en Banda del Río Salí. Y vaya que lo ha hecho. Acosta no sólo ha cumplido en cada lugar de la cancha en los que le ha tocado jugar sino que se las ingenió como para llegar al arco contrario y convertirse en uno de los escoltas goleadores de Luis Rodríguez en el equipo en el torneo con cinco conquistas.
“Se hace muy fácil cuando estás rodeado de grandes jugadores como (Emanuel) Molina, (Leandro) González, Cristian (Menéndez) y obviamente el ‘Pulguita’”, aclara Acosta.
En Mendoza, seguramente volverá a estar en una posición “incómoda” aunque él la transforme en hábitat naturale. El entrenador no lo decidirá hoy, igualmente, en el entrenamiento de las 10 en Ojo de Agua. Lo hará a partir de mañana cuando comiencen los ejercicios tácticos y las sesiones de fútbol. Azconzábal puede estar tranquilo ya que en sus filas tiene a Acosta, el verdadero “comodín” que juega de todo.
El abanderado de ese auxilio que le proporcionaron jugadores flexibles es Guillermo Acosta. Luego de que Nicolás Romat viera la quinta amarilla el domingo pasado ante Guaraní, en la cabeza del entrenador se posó la idea de volver a aprovechar la disponibilidad táctica del jugador para enfrentar a Independiente Rivadavia, el domingo (dirigirá Andrés Merlos).
“Algunos jugadores tienen que estar preparados para jugar en cualquier lado y yo soy uno de ellos”, explica el “Bebé” que alguna vez había jugado de lateral derecho en San Jorge pero estaba claro que se trataba de algo extraño y prácticamente nuevo.
Incluso Acosta no venía jugando en su puesto natural hasta el último partido. El “Vasco”, ante la lesión de varios números cinco, lo ubicó en el círculo central, haciéndole conocer un nuevo sector de la cancha. ¿Pero cuál es su puesto natural? Todos imaginamos a un volante por derecha con mucha llegada pero en esta temporada jugó de todo.
Volante por derecha, volante por izquierda, lateral derecho y hasta volante central. También apareció como delantero en algunos pasajes de diversos partidos.
“Donde me ponga el técnico voy a tratar de hacer lo mejor para el equipo”, agrega el jugador nacido en Banda del Río Salí. Y vaya que lo ha hecho. Acosta no sólo ha cumplido en cada lugar de la cancha en los que le ha tocado jugar sino que se las ingenió como para llegar al arco contrario y convertirse en uno de los escoltas goleadores de Luis Rodríguez en el equipo en el torneo con cinco conquistas.
“Se hace muy fácil cuando estás rodeado de grandes jugadores como (Emanuel) Molina, (Leandro) González, Cristian (Menéndez) y obviamente el ‘Pulguita’”, aclara Acosta.
En Mendoza, seguramente volverá a estar en una posición “incómoda” aunque él la transforme en hábitat naturale. El entrenador no lo decidirá hoy, igualmente, en el entrenamiento de las 10 en Ojo de Agua. Lo hará a partir de mañana cuando comiencen los ejercicios tácticos y las sesiones de fútbol. Azconzábal puede estar tranquilo ya que en sus filas tiene a Acosta, el verdadero “comodín” que juega de todo.
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