01 Septiembre 2015
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Luego de ocho días de reclamos por transparencia electoral y denuncias de presunto fraude en los comicios provinciales, esta noche no hubo concentraciones de indignados en la plaza Independencia. A las 20, horario en que eran convocadas las protestas, marchaban integrantes de la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad, con Alberto Lebbos a la cabeza, y militantes del Partido Obrero, entre ellos José Kobak.
De todos modos, el padre de Paulina Lebbos, la joven estudiante que fue asesinada en 2006, tomó el megáfono y, frente a la Casa de Gobierno, y brindó un discurso en el que exigió Justicia por las víctimas de la impunidad, cargó contra el Gobierno y le envió un mensaje a la ciudadanía. "Ayer éramos 10.000 personas, hoy parece que mucho piensan que no hay que luchar. Yo les digo que vale la pena luchar", exclamó.
El cese de las concentraciones en el principal paseo público de la ciudad se dan 24 horas después de que el candidato por el Acuerdo para el Bicentenario, José Cano, marchara junto a referentes de la oposición . Desde un colectivo ploteado con su rostro, en la explanada de la Casa de Gobierno, criticó el sistema electoral, sostuvo su denuncia de supuesto fraude y entonó las estrofas del Himno Argentino.
La manifestaciones comenzaron el pasado lunes 24, un día después de las elecciones provinciales que estuvieron marcadas por episodios de violencia, detenidos y quema de urnas en algunas localidades del interior. Mientras una multitud (cerca de 20.000 personas) clamaba claridad en los comicios, la Policía reprimió a los manifestantes. Hasta hoy no se esclareció quién dio la orden para desatar la violencia.
Como respuesta a la violencia impartida por la Policía, los indignados regresaron el martes masivamente con consignas políticas y cívicas. Se estima que hubo unas 30.000 personas en la plaza Independencia aquella noche, donde las manifestaciones se desarrollaron de manera pacífica. El grado de violencia vivido fue tal que las protestas se multiplicaron también en el interior de la provincia y en ciudades como Capital Federal, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y Salta, entre otras.
Así, miles de manifestantes se congregaron cada noche frente a la Casa de Gobierno, con cacerolas, pancartas y hasta disfraces para exigir transparencia. El sábado fue el único día en que la protesta fue escasa.
De todos modos, el padre de Paulina Lebbos, la joven estudiante que fue asesinada en 2006, tomó el megáfono y, frente a la Casa de Gobierno, y brindó un discurso en el que exigió Justicia por las víctimas de la impunidad, cargó contra el Gobierno y le envió un mensaje a la ciudadanía. "Ayer éramos 10.000 personas, hoy parece que mucho piensan que no hay que luchar. Yo les digo que vale la pena luchar", exclamó.
El cese de las concentraciones en el principal paseo público de la ciudad se dan 24 horas después de que el candidato por el Acuerdo para el Bicentenario, José Cano, marchara junto a referentes de la oposición . Desde un colectivo ploteado con su rostro, en la explanada de la Casa de Gobierno, criticó el sistema electoral, sostuvo su denuncia de supuesto fraude y entonó las estrofas del Himno Argentino.
La manifestaciones comenzaron el pasado lunes 24, un día después de las elecciones provinciales que estuvieron marcadas por episodios de violencia, detenidos y quema de urnas en algunas localidades del interior. Mientras una multitud (cerca de 20.000 personas) clamaba claridad en los comicios, la Policía reprimió a los manifestantes. Hasta hoy no se esclareció quién dio la orden para desatar la violencia.
Como respuesta a la violencia impartida por la Policía, los indignados regresaron el martes masivamente con consignas políticas y cívicas. Se estima que hubo unas 30.000 personas en la plaza Independencia aquella noche, donde las manifestaciones se desarrollaron de manera pacífica. El grado de violencia vivido fue tal que las protestas se multiplicaron también en el interior de la provincia y en ciudades como Capital Federal, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y Salta, entre otras.
Así, miles de manifestantes se congregaron cada noche frente a la Casa de Gobierno, con cacerolas, pancartas y hasta disfraces para exigir transparencia. El sábado fue el único día en que la protesta fue escasa.
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