30 Agosto 2015
la gaceta / foto de analía jaramillo
A la inversa de lo que sería vivir apretado por la tensión y la presión que significa ser protagonista en la pelea por el ascenso a Primera, en Atlético están inmersos en un estado de liberación de deseos y de conciencia. Se sienten iluminados en esta recta con destino de Primera. Es una cuestión onda mosqueteros: todos para uno, uno para todos. El vedetismo, la manzana podrida de cualquier vestuario, tiene prohibida la entrada. Tan fina es la cuestión que a cualquiera que se le pregunta, sea súper titular o súper suplente, a coro dirá: “lo primero es el equipo”.
Leandro González aporta también a la causa. Es uno de los peligrosos de la ofensiva de Juan Manuel Azconzábal, aunque desde algunas fechas se le torció la mira. Los goles, sus amores, vienen haciéndole el popular “osooooo”.
Igualmente, hablar de materia pendiente o de frustración personal es mucho, dice “LG”. “No, no, enojado no estoy. Obviamente, soy consciente de las situaciones que tengo y de que tendría que tener más efectividad. Atravieso una rachita negativa; la pelota no entra. Al principio sí lo hacía, ahora no. Por eso sueño en todos los partidos hacer un gol”, es un deseo personal el del ex Estudiantes, aunque éste no se impone al credo generalizado del bienestar del grupo. Por eso, si Leandro no marca, intenta que sus amigos lo hagan. “Es lo que me pide el técnico, que trate de aportar movilidad en ataque y, por ahí, dejar los espacios para otros compañeros. Cualquiera que haga el gol es importante. Es verdad que es lindo convertir, pero todos apuntamos al mismo objetivo”, y ese objetivo es llegar a la A. Y para llegar al Edén resulta necesario tener cualidades. Una de ellas, además de la contundencia, es la paciencia y la escasa amistad del plantel con la ansiedad. Por ejemplo, en vez de desesperar por ver el partido del viernes por la noche entre Central Córdoba y Patronato, González acató la regla primera del hogar: a esa hora, a las 21, el televisor es de Isabella. Es hora de dibujitos.
Enterado del 0-0, “LG” suspiró: “estamos ante una linda posibilidad de descontarle puntos a Patronato, que es lo que queríamos: que ellos empiecen a ceder. Estas son oportunidades que te da el campeonato y que debemos aprovechar para así llegar al partido contra ellos (fecha 34) con la menor cantidad de puntos de diferencia posible”, explica. Guaraní, la visita de hoy a las 17, tiene una tendencia a perder cuando viaja (cayó en 11 de 15 duelos), es el invitado de turno. “Es peligroso, sí, pero eso no quita que nosotros no debemos ser protagonistas y a la vez responsables. No podemos subestimarlo porque de visitante no gane nunca. Sabemos que tienen la urgencia de sumar puntos cuanto antes y eso hace que se vengan a meter un poco atrás. Conocen la dinámica que tenemos nosotros de local, donde no perdimos y estamos invictos. Será un partido en el que tendremos que tener paciencia y ser inteligentes. Está la posibilidad de descontar puntos y eso hace que el equipo salga muy enchufado”.
El Monumental fue durante esta campaña 2015 el mejor aliado de Atlético. Es el único equipo que no perdió en casa, además de que apenas cayó en cinco oportunidades en todo el torneo. Entonces hoy, cuando reciba a los misioneros, la misión es clara: ganar o ganar.
“De acá al final, o hasta que pasemos a Patronato y tengamos una ventaja abultada, no nos queda otra que ganar. Tenemos que hacer historia”, lo dice un González con toda la ilusión del mundo.
Leandro González aporta también a la causa. Es uno de los peligrosos de la ofensiva de Juan Manuel Azconzábal, aunque desde algunas fechas se le torció la mira. Los goles, sus amores, vienen haciéndole el popular “osooooo”.
Igualmente, hablar de materia pendiente o de frustración personal es mucho, dice “LG”. “No, no, enojado no estoy. Obviamente, soy consciente de las situaciones que tengo y de que tendría que tener más efectividad. Atravieso una rachita negativa; la pelota no entra. Al principio sí lo hacía, ahora no. Por eso sueño en todos los partidos hacer un gol”, es un deseo personal el del ex Estudiantes, aunque éste no se impone al credo generalizado del bienestar del grupo. Por eso, si Leandro no marca, intenta que sus amigos lo hagan. “Es lo que me pide el técnico, que trate de aportar movilidad en ataque y, por ahí, dejar los espacios para otros compañeros. Cualquiera que haga el gol es importante. Es verdad que es lindo convertir, pero todos apuntamos al mismo objetivo”, y ese objetivo es llegar a la A. Y para llegar al Edén resulta necesario tener cualidades. Una de ellas, además de la contundencia, es la paciencia y la escasa amistad del plantel con la ansiedad. Por ejemplo, en vez de desesperar por ver el partido del viernes por la noche entre Central Córdoba y Patronato, González acató la regla primera del hogar: a esa hora, a las 21, el televisor es de Isabella. Es hora de dibujitos.
Enterado del 0-0, “LG” suspiró: “estamos ante una linda posibilidad de descontarle puntos a Patronato, que es lo que queríamos: que ellos empiecen a ceder. Estas son oportunidades que te da el campeonato y que debemos aprovechar para así llegar al partido contra ellos (fecha 34) con la menor cantidad de puntos de diferencia posible”, explica. Guaraní, la visita de hoy a las 17, tiene una tendencia a perder cuando viaja (cayó en 11 de 15 duelos), es el invitado de turno. “Es peligroso, sí, pero eso no quita que nosotros no debemos ser protagonistas y a la vez responsables. No podemos subestimarlo porque de visitante no gane nunca. Sabemos que tienen la urgencia de sumar puntos cuanto antes y eso hace que se vengan a meter un poco atrás. Conocen la dinámica que tenemos nosotros de local, donde no perdimos y estamos invictos. Será un partido en el que tendremos que tener paciencia y ser inteligentes. Está la posibilidad de descontar puntos y eso hace que el equipo salga muy enchufado”.
El Monumental fue durante esta campaña 2015 el mejor aliado de Atlético. Es el único equipo que no perdió en casa, además de que apenas cayó en cinco oportunidades en todo el torneo. Entonces hoy, cuando reciba a los misioneros, la misión es clara: ganar o ganar.
“De acá al final, o hasta que pasemos a Patronato y tengamos una ventaja abultada, no nos queda otra que ganar. Tenemos que hacer historia”, lo dice un González con toda la ilusión del mundo.
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