Un consejo de notables puede ser la salida a la crisis electoral tucumana

Un consejo de notables puede ser la salida a la crisis electoral tucumana

Analistas advierten sobre la pérdida de legitimidad política. Según los politólogos consultados, es clave que la dirigencia busque una solución institucional para el problema político.

27 Agosto 2015
La aceleración de sucesos políticos y electorales desafortunados ha llevado a la sociedad a reaccionar y a salir a la calle a reclamar transparencia, nuevas elecciones, basta a los ataques entre la dirigencia y soluciones para salir de la crisis en la que se vio envuelta Tucumán y que se profundizó tras las elecciones del domingo pasado. Y las posibles salidas a esta turbulencia política e institucional pasan, en principio, por la conformación de un consejo de notables que descomprima el conflicto, como garantes de un acuerdo multisectorial, según consideran algunos de los analistas consultados por LA GACETA.

“Podría pensarse en un comité de potables, que sean garantes de una negociación que permita devolverle la normalidad a una provincia convulsionada por distintos hechos electorales”, sugiere el analista político Sergio Berensztein. La propuesta consiste en la conformación de una comisión de tres o cuatro personalidades respetadas por la sociedad que se constituyan en garantes del proceso electoral. “Esto contribuiría a dar señales de razonabilidad y gobernabilidad a este momento de la provincia; de otro modo sería un desastre porque daría pasado a un gobierno que un sector social lo consideraría ilegítimo y, por ende, tendría serias dificultades para gestionar Tucumán”, acota. Berensztein indica que ese mismo cuerpo de académicos, profesionales o religiosos diseñe una agenda que los políticos se comprometan a cumplir, con monitoreo en los avances de procesos como la futura instrumentación del voto con boleta electrónica, tal como manda la Constitución provincial.

Una iniciativa en esa orientación han promovido los integrantes del espacio Foro de Habitantes a Ciudadanos de Tucumán, con tres puntos básicos que promueven la necesidad de garantizar la transparencia al escrutinio definitivo, conservar la paz social y modernizar la ley electoral que garantice el sistema democrático, representativo, republicano y federal.

Problema de sistema

Lo que sucedió en las elecciones provinciales de Tucumán ha sido materia de estudio en el país y en el mundo. Carlos Germano, analista político, sostiene que el gran derrotado del domingo pasado ha sido el sistema electoral. “Después de la experiencia en Salta y en Capital Federal, con la aplicación de la boleta electrónica, ha quedado demostrado que la Argentina necesita de un sistema electoral del siglo XXI y no continuar con un régimen del siglo XIX. Tucumán es el fiel reflejo de este último”, señala el experto.

Según Germano, las pruebas de lo arcaico del sistema provincial han sido la quema de urnas y la multiplicidad de candidaturas que han desnaturalizado el proceso con experiencias traumáticas para los que votaron. Y recuerda que ya en otros tiempos Tucumán ha vivido situaciones sorprendentes como cuando en 1999 Ricardo Bussi (Fuerza Republicana) se acostó creyendo que era gobernador y, a la mañana siguiente, el resultado favoreció al peronista Julio Miranda. “Lo que está sucediendo ahora es producto de un gobierno hegemónico que gestionó durante los últimos 12 años y que termina de la peor manera, con un grado de incredulidad absoluta”, acota. Pero, a la vez, no cree que la propuesta del candidato opositor a la gobernación, José Cano, de promover una nueva votación solo para el cargo de gobernador y su vice, sea lo correcto. “Lo que creo que debería hacerse es abrir las urnas, hacer un recuento general y ver si hay compatibilidad con los telegramas. De otro modo, si persiste la incredulidad, se tendría que intervenir la junta electoral con otros profesionales para llegar a una conclusión y acabar con el estado de sospecha permanente”, indica.

Movilizados

Tras los resultados del domingo, un sector de la población tucumana se movilizó hacia plaza Independencia para denunciar lo que consideran un fraude electoral, a raíz de las irregularidades observadas en las elecciones. El sociólogo y filósofo Marcos Novaro observa que hay que ver si se sostiene la movilización. “Es lo que está generando un freno al intento oficial de cerrar la cuestión. Si la movilización se cae, seguramente el oficialismo hará lo mismo que hizo la Nación con el caso Nisman y con otros problemas institucionales, de enterrar el asunto y sacarlo de la escena pública y llevarlo al olvido”, puntualiza el analista.

Novaro advierte que hubo mucha torpeza y brutalidad en el medio, como la quema de urnas, la represión policial y ahora el intento por ingresar bolsas de voto al escrutinio definitivo. “Hay que ver cuán hábil es la oposición en este aspecto, pero la polarización no es conducente. Es fundamental que la sociedad vea que se puede consensuar una solución institucional a todo esto, pero veo poco probable que esta pase por una nueva elección”, considera. Además, advierte que la dirigencia debe estar a la altura de la circunstancia y no burlarse al oponente electoral, como la señal del Topo Gigio de Daniel Scioli, alineado con el candidato oficialista tucumano Juan Manzur, a Mauricio Macri, que apoya al radical Cano.

En una visión más general, Novaro cree que Tucumán es otra antesala de la contienda nacional. “El peronismo, con Scioli a la cabeza, se ve enfrentado a una competencia difícil y tiene miedo a perder; por eso recurre a cualquier arma. A su vez, Macri tiene miedo de que le hagan todo esto en las presidenciales de octubre”, analiza.

Una sí; la otra, no

Gabriela Pousa, analista Política y Master en Economía y Ciencias Políticas (Eseade), sostiene que la década ganada arrancó en marzo de 2003 con las elecciones de Catamarca, en la que se quemaron 10 urnas. “En aquella oportunidad, tuvieron que llamar a elecciones de nuevo y ahora no entiendo por qué el kirchnerismo no adopta el mismo criterio con el caso Tucumán”, se pregunta. En ese sentido, agrega que los candidatos no debieran temer a la voluntad popular porque “la gente no cambia de un día para otro su voto y, si lo hace, por algo lo hará”.

La clave para sostener el debate de estas cuestiones pasa por el compromiso de la sociedad. “La gente debe expresarse en las calles o fiscalizando y haciendo un seguimiento permanente de la gestión”, puntualiza.

Desde su perspectiva, la directora de Perspectivas Políticas.Info afirma que la oposición ha reaccionado tarde, con las consignas que han expresado ayer los referentes nacionales durante una conferencia de prensa. “De golpe aparecen 12 años después como la fuerza que lo pide todo”, agrega.

Pousa manifiesta que todos estos lamentables hechos pueden servirle de enseñanza a los gobernantes que vienen. “Sea quien fuere el próximo presidente de la Nación, tendrá que entender que la democracia no se la fortalece tan solo el 25 de octubre (elecciones presidenciales) o el 22 de noviembre (si hay balotaje), sino día tras día, porque de otro modo se repetirá la historia”, fundamenta.

En este aspecto, la especialista traza un paralelo acerca de lo que deberían hacer los políticos como el caso de la enseñanza que se le dicta a los niños para manejarse en la vida diaria. “Si a un chico le enseñas que no meta el dedo en el enchufe y, luego de 12 años te destroza la casa, es que no lo criaste bien y no aprendió nada. Ahora, si a un político le das un cheque en blanco, seguramente se comportará como un niño malcriado”, ejemplifica. Y enfatiza: “la crisis más grande que vivimos los argentinos es de principios y de reglas; cualquiera piensa que puede romperlas y aquí no pasa nada”.

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