Un festejo temprano que después se convirtió en caras de preocupación

Llegaron de a poco, con rostros de felicidad y se fueron acomodando en el búnker del Acuerdo para el Bicentenario montado en el hotel Catalinas Park. Eran apenas unas decenas de simpatizantes del espacio opositor pasadas las 19, que con el correr de los minutos se entusiasmaron con los datos que llegaban de los fiscales. “Ganamos la elección”, gritaba una señora que, con bandera en mano, se abrazaba con otras damas ubicadas cerca suyo. Uno de los primeros en llegar al hotel fue el ex legislador José Ricardo Ascárate, uno de los armadores de José Manuel Cano. Ante las cámaras, explicaba que los datos eran fehacientes y que caminaban hacia la victoria. Un poco más tarde, el salón comenzó a llenarse de militantes, en especial de seguidores de Silvia Elías de Pérez y de su segundo en la lista de legisladores por la Capital, el dirigente bancario Eduardo Bourlé. Al grito de -“Alperovich tiene miedo”, vivaron a Cano y a Domingo Amaya, cuando anunciaron que la victoria estaba de su lado. Con el correr de las horas, y tras escuchar las palabras de los dirigentes nacionales que vinieron a acompañar al radical (ver nota central), la alegría trocó en dudas. Por ello, un grupo de simpatizantes se trasladó al Correo, para exigir transparencia. Minutos después, todos los imitaron y el salón quedó vacío. Y la puerta del Correo colmada de reclamos.