23 Agosto 2015
Gandur y la fiscala Rosa Paz, que ayer se integró a la Junta en representación del Ministerio Público. FOTO LA GACETA.
Los teléfonos de la Junta Electoral Provincial (JEP) recién "se sosegaron" dos horas después del inicio de los comicios. No fue sencillo organizar los puestos de votación, pero a esta hora la actividad es normal, según Antonio Gandur, presidente del órgano y de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. "Ojalá que tengamos suerte hoy", había deseado antes el magistrado, en el fragor de los reclamos e inconvenientes que suscitó la constitución de las mesas con un promedio de 20 fiscales.
Gandur supervisa la elección junto a Ana María Rosa Paz, la fiscala convocada ayer para reemplazar a su jefe, el ministro público Edmundo Jiménez, que fue separado por no ofrecer garantías de imparcialidad.
Darío Almaraz, secretario de la JEP, explicó que algunas escuelas no disponen de edificios apropiados para acomodar mesas tan voluminosas. "La presencia de tantos fiscales puede llegar a complicar el tránsito de votantes", dijo.
Más allá de esta dificultad provocada por la multiplicidad de acoples, dirigentes de PRO plantearon a la Junta que faltaban sus votos testigo en escuelas del interior. De inmediato, Rafael Sánchez y Arturo Forenza recibieron nuevas boletas con el sello oficial de la JEP para distribuir en los lugares donde detectaron el problema (sin el voto testigo, el presidente de mesa no puede declarar la validez del sufragio del partido en cuestión). Luego, Oscar López, candidato a legislador del partido FE, acudió a la Junta para denunciar el "copamiento" de las mesas con fiscales oficialistas.
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