Aunque la competencia en el mundo de la electrónica haya crecido bastante durante las dos décadas que pasaron desde la edición de su primer disco, The Chemical Brothers no se deja amedrentar. Tiene con qué pelearla, está claro, y con su última producción, “Born in the echoes”, demuestra que todavía tiene mucha tela por cortar, o discos por pinchar. Es muy difícil escuchar el octavo trabajo del dúo inglés y no sentirse en el medio de una fiesta electrónica, o al menos tentado de mover la cabeza (o cualquier parte del cuerpo). Sobre todo cuando se escuchan temas como “EML Ritual”, “Sometimes I feel so deserted” y “Reflexion”. El tema que aspira a hit es “Go”, registrado con la colaboración de Q-Tip.
“Born in the echoes” es un buen trabajo de Chemical Brothers pero no llega a la altura de los grandes éxitos de la banda, como “Galvanize” o “Hey boy, hey girl”. Algo parecido pasa con el tema que le da nombre al disco y en el que participa Cat Le Bon. De todos modos, siempre vale subrayar la buena química de Tom Rowlands y Ed Simons con sus colaboradores.
El último track del disco, “Wide open”, en el que canta Beck, bajan un poco los decibeles y se constituye en un cierre perfecto. Es el tema que se pondría en el auto tras una noche de fiesta. No parece casualidad.