Tafí se sacude el polvo y vuelve a la calma

Tafí se sacude el polvo y vuelve a la calma

El viento dio algo de tregua ayer y permitió que se avanzara con las obras de reparación en la villa veraniega. Ayer a la tarde, la luz había vuelto a más de la mitad del valle. Prioridad para los evacuados de El Grateo. El Mollar también sufrió la furia del Zonda.

 LARGAS COLAS. El jueves a la tarde la estación de servicio volvió a vender combustibles, cuando volvió la luz.LA GACETA / Fotos de Analia Jaramillo LARGAS COLAS. El jueves a la tarde la estación de servicio volvió a vender combustibles, cuando volvió la luz.LA GACETA / Fotos de Analia Jaramillo
08 Agosto 2015

No tan sólo el pronóstico anunciaba fuertes vientos para la madrugada del jueves. Los animales fueron los primeros en advertir a los vecinos de Tafí del Valle que algo extraño estaba por ocurrir. “Los cabritos saltaban de un lado para otro y los gallos comenzaron a cantar a las 6 de la tarde (a las 18 del miércoles). Son cosas a las que uno no les da bolilla, pero los animales siempre advierten antes que nadie”, piensa ahora, como dato de color, el intendente del pueblo veraniego, Jorge Yapura Astorga.

Pero ahora sí están decididos a hacerle caso al conocimiento popular, ese que no puede explicarse en los libros, pero que nunca falla: “los viejos dicen que después del viento Zonda llega el frío intenso. El garrotillo. Que no nos sorprenda que mañana (por hoy) amanezca nevado”, continúa el jefe municipal. Por eso, las tareas para recomponer las casas, calles y servicios dañados en Tafí se realizaban ayer contra viento y marea. O, mejor, contra viento y más viento, porque a pesar de que ayer había disminuído la velocidad, el cielo continuaba soplando sin pausa. A diferencia del jueves, cuando al mediodía el termómetro marcaba 32°C y predominaba una fuerte resolana, ayer la temperatura había disminuído y las típicas nubes que aparecen en el valle pasado el mediodía tomaron posesión del paisaje.



Reconstrucción

Pasado el vendaval, es tiempo de comenzar a reconstruir las 320 casas que han sido azotadas por la naturaleza. En la zona de El Rodeo, algunos veraneantes comenzaban a llegar, apurados para ganarle a la noche y poner las cosas en su lugar. “Vamos a tratar de techar lo que se voló. Si el viento nos deja, claro. Esperamos terminar antes de que oscurezca”, dijo Federico Budani, trepado en el techo reparando las chapas junto a sus dos hijos. “Por suerte fue solamente el techo. La sacamos barata, dentro de todo”, celebró.

En otros barrios de veraneantes, como Las Siringuillas y Las Nubes, los caseros apuran a los dueños para que se pongan manos a la obra. “El problema es que después del viento suele venir la helada —dice el cuidador Sebastián Arce, en consonancia con los pronósticos del intendente—, o inlcuso la nieve. Entonces es importante que la gente venga a buscar o a proteger las cosas que se puedan arruinar”, advierte el casero, que asegura haber estado “colgado del techo como murciélago” para que el furioso Zonda no se lo llevara el jueves por la mañana. Alrededor de las 8 fue cuando se registraron las ráfagas de más de 100 km/h.

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Algunos propietarios, ante el inmenso daño provocado por el viento, se limitaron a recoger los muebles y bienes para protegerlos de la intemperie hasta poder comenzar a reconstruir sus casas.

Prioridades

Según Yapura Astorga, ayer llegaron 800 chapas para volver a techar las casas de los tafinistos que más daños sufrieron. Por la ruta 307, además, desfilaban camiones cargados con postes de luz y de teléfono para devolver los servicios en Tafí y en El Mollar, que aunque en menor medida, también estuvo complicado. “Un 50% de Tafí del Valle y El Mollar ya están con luz. Seguimos trabajando y vamos a darle prioridad a la gente que está alojada en casas de familiares y a las 31 familias evacuadas en el camping municipal, sobre todo los vecinos ”, dijo el intendente.

Ayer se cumplía a rajatabla la máxima que reza que después de la tormenta siempre llega la calma. Después de la tormenta de viento y de tierra, la villa veraniega más concurrida de Tucumán se sacudió el polvo y volvió a ponerse en marcha, sin lamentos ni reproches.

El Mollar, desolado
El pueblo de los menhires espera los arreglos


Parecía como si todo el pueblo hubiese decidido abandonarlo, o encerrarse en sus casas. Las calles de El Mollar estaban vacías y en algunas de ellas todavía continuaba el reguero de postes y ramas caídas que daban testimonio del viento que azotó esta zona del Valle Calchaquí. “Nosotros nos salvamos de casualidad. Estábamos al lado de la puerta, viendo cómo se volaba todo, y cayó un poste muy cerca nuestro”, contaron José Tolaba y su mujer, Celina Chaile. Ambos atienden un antiguo miniservice en el centro de esa villa veraniega, y si bien ese no fue el sector más afectados, les preocupa los destrozos que causó el vendaval en la zona de Casas Viejas, donde vive su hijo. “Había comprado a crédito las chapas para techar la casilla, pero el viento se las destruyó, ya no sirven para nada”, lamentó Celina. En su local había luz, pero en la casa de al lado aún no habían recuperado el servicio.



Consejos cuando sopla el Zonda

Cerrar las casas.- Es para evitar la entrada de aire seco y caliente. Es aconsejable tapar todas las pequeñas aberturas (como los marcos de puertas y ventanas) con trapos húmedos. Se puede aumentar artificialmente la humedad del ambiente, mediante el rociado del piso o paredes. Además, se puede colocar a hervir una olla con dos litros de agua o utilizar un vaporizador.

Salir lo menos posible.- Reducir al mínimo la permanencia en el exterior y evitar exponerse a la radiación solar por un período prolongado. Es bueno tomar duchas de agua fría.

Cuidado con los árboles.- Si estamos en la calle lo mejor es ubicarse lejos de los árboles, especialmente los grandes y frondosos, que son los primeros que arrastra el Zonda. Tratar de estacionar automóviles lejos de los árboles.

Estar atentos.- Hay que ser cuidadoso cuando se está en lugares descubiertos porque las ráfagas pueden acarrear objetos (como chapas, tejas, etcétera.) y producir accidentes.

Protección física.- Hay que evitar la inhalación del polvo suspendido en el aire y protegerse los ojos. También hay que evitar realizar esfuerzos físicos. Si es alérgico o asmático, consultar al médico.

No tocar metales.- Evitar tocar objetos metálicos porque el cuerpo puede producir incómodas descargas de electricidad estática.

Nada de fogatas.- Evitar hacer fuego al aire libre. Apagar completamente la colilla del cigarrillo antes de tirarla, para no provocar posibles incendios.

Inflamables.- Suma precaución con el manejo de materiales inflamables y elementos que pueden provocar chispas o fuego, dado que la sequedad del ambiente durante el Zonda aumenta la posibilidad de incendios.

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