06 Agosto 2015
LA PREVIA. El grupo de hinchas tucumanos, pertenecientes a la FIlial Federico Vairo, posan para la foto frente a un local de hamburguesas, muy cerca del estadio Monumental, en el barrio de Núñez. foto de emilia torretta
La pasión por el fútbol y el amor por la camiseta no tienen límites ni fronteras. Y más aún en Argentina. Un grupo de simpatizantes tucumanos de River, que pertenecen a la filial Federico Vairo, están acostumbrados a seguir al “millonario” por todo el país y por eso ni se les pasó por la cabeza no acompañar a su equipo en un duelo tan importante como lo es una final de la Copa Libertadores.
Emilia Torretta, responsable de organizar los viajes, contó algunos detalles de la excursión. “La mitad de los chicos que viajamos somos socios con abono y entonces conseguimos las entradas al instante cuando salen a la venta. La otra parte del grupo las consiguió a través de otras filiales. Personalmente me encargo con tiempo de contratar el minibus y buscar la gente que quiere acompañarnos. El socio siempre tiene prioridad en los partidos importantes y las personas que viajan están vinculadas al club o a la filial”, explicó.
El grupo partió el martes por la tarde y llegó a Buenos Aires ayer, cerca del mediodía. Como ya es costumbre, antes de ingresar al Monumental hacen una previa muy especial. “Siempre nos reunimos en un local de avenida Libertador, muy cerca del Monumental. Tenemos un grupo grande de amigos con los que nos encontrarnos. Nos reunimos antes de cada partido con chicos de Córdoba, Buenos Aires, San Juan, San Luis y Mendoza. Prácticamente de todo el país”, agregó Emilia.
¿La previa ya se transformó en una cábala? “Podría decirse que si. Aparte aprovechamos para encontrarnos porque no nos vemos casi nunca, aunque estamos en contacto casi todos los días por medio del WhatsApp. Además, a los que recién se integran al grupo los traemos a estos encuentros para que sientan lo que se vive en esos momentos y terminan todos siendo amigos de los que ya conocen esta movida”, respondió.
Torretta cuenta que esta experiencia le dio buenos resultados. Con orgullo comienza a contar cada uno de los logros de los que fueron testigos
“Fuimos campeones de la Sudamericana porque nos reunimos durante todo el certamen y en la final contra Atlético Nacional. También nos juntamos antes del encuentro contra Boca que ganamos en el Monumental por octavos de final de la Libertadores. Luego estuvimos en el duelo de ida contra Guaraní en el que también festejamos. Desde que nos encontramos, ganamos todos los partidos y fuimos campeones el año pasado. Por eso nuestras expectativas son las mejores”, contó orgullosa de tantos éxitos.
“En El Monumental lo seguimos siempre. Desde que se armó la filial, un año antes de que River descienda, lo seguíamos en la B Nacional, de visitante y de local. Después cuando ascendimos también. Venimos a nuestra casa por lo menos dos veces al mes”, concluyó Emilia.
En el grupo, casi siempre hay un hincha, el más fanático, y en este caso, Enzo Burgos no es la excepción. “Digamos que tengo un fanatismo terrible, locura y enfermedad. Prácticamente esperé toda una vida para ver a River por primera vez jugar una final. Estoy hablando y a la vez tiemblo de la emoción porque esto es indescriptible para mí. No tengo una cábala personal. En realidad la cábala son mis amigos. Con este grupo venimos alentando a River desde hace muchos años. Esa es mi verdadera cábala”, concluyó Renzo.
Los tucumanos ingresaron muy temprano al Monumental para ser testigos de la final que esperaron durante 19 años. Desafiaron el frío y la lluvia para vivir ese momento con una enorme pasión.
Emilia Torretta, responsable de organizar los viajes, contó algunos detalles de la excursión. “La mitad de los chicos que viajamos somos socios con abono y entonces conseguimos las entradas al instante cuando salen a la venta. La otra parte del grupo las consiguió a través de otras filiales. Personalmente me encargo con tiempo de contratar el minibus y buscar la gente que quiere acompañarnos. El socio siempre tiene prioridad en los partidos importantes y las personas que viajan están vinculadas al club o a la filial”, explicó.
El grupo partió el martes por la tarde y llegó a Buenos Aires ayer, cerca del mediodía. Como ya es costumbre, antes de ingresar al Monumental hacen una previa muy especial. “Siempre nos reunimos en un local de avenida Libertador, muy cerca del Monumental. Tenemos un grupo grande de amigos con los que nos encontrarnos. Nos reunimos antes de cada partido con chicos de Córdoba, Buenos Aires, San Juan, San Luis y Mendoza. Prácticamente de todo el país”, agregó Emilia.
¿La previa ya se transformó en una cábala? “Podría decirse que si. Aparte aprovechamos para encontrarnos porque no nos vemos casi nunca, aunque estamos en contacto casi todos los días por medio del WhatsApp. Además, a los que recién se integran al grupo los traemos a estos encuentros para que sientan lo que se vive en esos momentos y terminan todos siendo amigos de los que ya conocen esta movida”, respondió.
Torretta cuenta que esta experiencia le dio buenos resultados. Con orgullo comienza a contar cada uno de los logros de los que fueron testigos
“Fuimos campeones de la Sudamericana porque nos reunimos durante todo el certamen y en la final contra Atlético Nacional. También nos juntamos antes del encuentro contra Boca que ganamos en el Monumental por octavos de final de la Libertadores. Luego estuvimos en el duelo de ida contra Guaraní en el que también festejamos. Desde que nos encontramos, ganamos todos los partidos y fuimos campeones el año pasado. Por eso nuestras expectativas son las mejores”, contó orgullosa de tantos éxitos.
“En El Monumental lo seguimos siempre. Desde que se armó la filial, un año antes de que River descienda, lo seguíamos en la B Nacional, de visitante y de local. Después cuando ascendimos también. Venimos a nuestra casa por lo menos dos veces al mes”, concluyó Emilia.
En el grupo, casi siempre hay un hincha, el más fanático, y en este caso, Enzo Burgos no es la excepción. “Digamos que tengo un fanatismo terrible, locura y enfermedad. Prácticamente esperé toda una vida para ver a River por primera vez jugar una final. Estoy hablando y a la vez tiemblo de la emoción porque esto es indescriptible para mí. No tengo una cábala personal. En realidad la cábala son mis amigos. Con este grupo venimos alentando a River desde hace muchos años. Esa es mi verdadera cábala”, concluyó Renzo.
Los tucumanos ingresaron muy temprano al Monumental para ser testigos de la final que esperaron durante 19 años. Desafiaron el frío y la lluvia para vivir ese momento con una enorme pasión.
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