Cavenaghi, en pos de la leyenda

Cavenaghi, en pos de la leyenda

LA NOCHE DE SU VIDA. Cavenaghi está ante el gran desafío de su carrera. reuters (archivo) LA NOCHE DE SU VIDA. Cavenaghi está ante el gran desafío de su carrera. reuters (archivo)
05 Agosto 2015
BUENOS AIRES, (Marcelo Androetto, especial para LG Deportiva).- La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Hace apenas dos meses, Fernando Cavenaghi, atornillado al banco de suplentes, deshojaba la margarita sobre si emigrar o quedarse en River a ver qué pasaba. Y vaya si pasaron cosas: como consecuencia de un efecto dominó por causas ajenas y virtudes propias, fue elegido por Marcelo Gallardo para que encabece las huestes que esta noche irán a la carga por la Copa Libertadores.

“Es la oportunidad más linda de su carrera”, definió el “Muñeco” a su apuesta. Con Teo Gutiérrez en Lisboa, Rodrigo Mora lesionado y Tabaré Viudez entre algodones, el técnico decidió confiar en un símbolo riverplatense, décimo goleador histórico del club (111 tantos). Ni el electrizante “Pity” Martínez ni el polifacético Driussi: ante Tigres, “Cavegol” formará una inédita pareja con Lucas Alario.

“Todavía tiene ese olfato para estar en el área y definir. Nos va a dar experiencia y esa cuota de gol que es una de sus principales virtudes”, apuntó el habitualmente visionario Gallardo.

A Cavenaghi le cabe el mote, al decir de Sabina, de “tan joven y tan viejo como un Rolling Stone”. Porque a sus 31 años y cuando muchos lo daban por acabado y cuestionaban sus kilos de más, se despachó con 11 goles en el torneo local -inolvidable póker en Rafaela incluido- y en los 76 minutos que tuvo en cancha en la actual Libertadores en cinco partidos, siempre saliendo desde el banco- aportó lo suyo, sobre todo en Asunción con aquel inicio de jugada que derivó en el gol de Alario y el pasaporte a la final asegurado.

Ante Tigres, Cavenaghi jugará el partido de su vida. Los hinchas de River se entusiasman con el recuerdo del doblete de Crespo ante América de Cali hace 19 años. Aquel centrodelantero estaba en los inicios de su carrera, éste, en el ocaso. Eso es lo de menos: si llegara a pegar un alarido decisivo en la noche del Monumental, el “Torito” irá derechito al bronce de los inmortales. Y podrá decir, con toda justicia, “soy leyenda”.

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