Expertos ayudan a mujeres a procesar sus divorcios

Por Penélope Green / The New York Times

NUEVA YORK – Son arquitectas, ejecutivas, psicólogas. Han trabajado en finanzas, la industria editorial y la TV aunque algunas han retrocedido o abandonado la fuerza laboral al nacer sus hijos.

El divorcio es lo que tienen en común. Sus historias son variadas: la esposa proveedora del hogar cuyo esposo no vio despegar lo suficiente su propia carrera y encontró consuelo en un romance; el esposo que no se adaptó a la paternidad; la esposa con títulos universitario que permaneció en casa con su hijo, pero perdió su camino en el matrimonio mientras el esposo prosperaba en su carrera.

Una mañana dominical, siete de ellas se reunieron en un taller en una centenaria casa en Brooklyn, Nueva York. Mezclando ejercicios motivacionales con una rutina de ejercicios físicos, el taller era encabezado por una ex ejecutiva de la industria musical convertida en orientadora de estilo de vida, Elise Pettus.

Durante los dos últimos años, Pettus, de 52 años, ha usado su casa para ayudar a las mujeres atrapadas en la maleza del divorcio. Ofrece una sensación de comunidad y recursos al organizar talleres sobre temas como derecho colaborativo, litigio y mediación, crianza de adolescentes, planeación financiera, bienes raíces, duelo, citas románticas y sexo en la mediana edad. Untied (Desatar, en inglés) es el nombre que ella da a su negocio accidental. Su empresa es un uso inteligente e intuitivo de una casa que quedó vacía. Pettus vio un mercado nicho cuando pasó por su propio divorcio hace cinco años. Ella no está sola en sus esfuerzos. Los sistemas de apoyo popular que rodean al proceso han estado creciendo, según Lauren Behrman, sicoterapeuta que se especializa en divorcios. “El mayor desafío es hacer saber a la gente que tiene opciones”, dijo Behrman. “Ese divorcio no tiene que ser este horrible proceso de litigio de tierra quemada. Pero la clave es conseguir al profesional correcto primero. Si uno entra en el despacho de un litigante, las cosas van a tomar cierto camino. Si uno entra en el consultorio de un profesional de la salud mental, podrían seguir otro”.

Casi dos tercios de los divorcios de personas mayores de 50 años son iniciados por mujeres, muestra la AARP, organización que atiende las necesidades de los mayores de 50 años.

Las orientadoras post-divorcio, otra especialidad en boga, ofrecen servicios individuales, que pueden incluir una sesión para planear qué decir al abogado propio, para facilitar el proceso y minimizar los honorarios legales. SAS for Women es una empresa de orientación post-divorcio iniciada hace tres años por dos mujeres que habían pasado por divorcios muy diferentes, dijo Liza Caldwell, una de las directoras de SAS.

“Nos dimos cuenta de que había mucho más en torno al divorcio que solo el papeleo”, dijo. “¿Cómo va a pagar una mujer el divorcio? ¿Cómo va a regresar al trabajo, si ha sido una mamá que se quedaba en casa? ¿Cómo va a ayudar a sus hijos a sanar?”

Wevorce, una empresa emergente tecnológica, ofrece un algoritmo y un sitio web que pretende conectar a personas en proceso de divorcio con expertos certificados en todos los campos, desde las finanzas hasta la salud mental, como hace Untied.

Pettus no estaba legalmente divorciada cuando celebró su primer evento, un panel encabezado por un estratega financiero que se enfocó en mujeres que pasaban por divorcios financieramente complejos. Envió correos a amigas y amigas de sus amigas, y 19 personas asistieron a una charla sobre las 10 cosas que se deben hacer de inmediato después de decidir divorciarse, entre ellas: “Asegúrese de que su ex ya no es la persona designada para tomar decisiones médicas en su nombre. Abra una cuenta bancaria separada. Cambie su testamento”. Reunió a abogados y mediadores para otro panel, y asistieron más mujeres. Hubo servicio de comida y un patrocinador de vinos (“El vino es importante al inicio del proceso de divorcio”, dijo Pettus). “Las mujeres van a pasar por este período aterrador, pero también van a resolver quiénes quieren o querían ser, antes de que los años de matrimonio excluyeran todo”, dijo. “Están en su esplendor. Divorciarse es una especie de regalo. Una se siente mucho menos inhibida cuando una de las peores cosas que podrían haber sucedido ya sucedió. Una ya se paseó por la plaza del pueblo desnuda”.