30 Julio 2015
EN LA RUTA 65. El piquete comenzó el lunes y terminó ayer al mediodía. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
Los pobladores de las localidades de El Molino y La Angostura (Alpachiri) decidieron levantar el corte que mantenían desde el lunes en la ruta nacional 65. Adoptaron esta actitud ayer al mediodía, luego de que funcionarios provinciales asumieran el compromiso de acelerar los trabajos en los ríos Gastona, Chirimayo y Medinas. Los vecinos de estos pueblos temen que, si no se hacen las obras necesarias, se produzcan nuevas inundaciones el próximo verano
Si bien la situación se descomprimió en Alpachiri, los manifestantes hicieron una advertencia: si descubren que las promesas que les hicieron ayer no se concretan, retornarán a la 65 con nuevos piquetes.
Los lugareños iniciaron la protesta preocupados por las demoras en el avance en las obras que se venían realizando en esos cauces. “Como vecino, además de comisionado, estoy preocupado porque los días pasan y los trabajos van lentos. Todos queremos saber qué es lo que se tienen previsto para cambiar esta situación”, explicó el comisionado comunal Juan Manuel Moreno. El funcionario se transformó -pese al disgusto que le generó en un principio la protesta- en uno de los voceros de los manifestantes durante la visita que hicieron a El Molino el ministro de Desarrollo Productivo, Jorge Feijóo, y el titular de la Dirección Provincial del Agua (DPA), Juan Sirimaldi.
“Entendemos la angustia de ustedes, porque es tremendo que les entre el agua a la casa. Pero les venimos a traer la tranquilidad de que las obras proyectadas para evitar que vuelvan a sufrir las crecientes se van a hacer y que van a estar listas antes que llegue el verano”, les explicó Feijóo.
En medio de un clima tenso, el funcionario admitió demoras en las obras, pero dijo que respondieron a problemas vinculados con la escasez de maquinas adecuadas y a los trabajos que se realizan en terrenos con enormes piedras.
Compromiso
De acuerdo con un acta-compromiso firmada entre los funcionarios y algunos vecinos, la Provincia acordó intensificar las tareas en la naciente del Gastona (Jaya, Las Pavas y El Conventillo). Además, el lunes, una empresa privada iniciaría en El Molino la construcción de una toma de riego, que no sólo garantizará la distribución de agua para las fincas de la zona, sino que también evitarían el desborde del cauce a la altura del pueblo. Para abordar los ríos Chirimayo y Medinas (en la zona de La Calera) se contratarán nuevas maquinas. Incluso, los habitantes de esas localidades del sur sugirieron los nombres de empresas de esa zona que, según ellos, disponen de topadoras y de retroexcavadoras adecuadas para operar en esos ríos.
“Los recursos están disponibles y si es necesario aumentar las horas de trabajo para profundizar las obras, lo vamos a hacer”, aseguró Sirimaldi. Luego de escuchar los términos del acta-compromiso, los manifestantes se mostraron conformes con la respuesta brindada por los funcionarios y decidieron liberar el tránsito.
Bajo el agua
A principios de marzo, los vecinos de El Molino y de La Angostura tuvieron que abandonar sus casas, porque los desbordes de los ríos causaron inundaciones y las viviendas quedaron bajo el agua.
Tiempo después, la Provincia envió máquinas para reencauzar los ríos y construir defensas, ya que la fuerza del agua había sido descomunal. Sin embargo, los meses empezaron a correr y la angustia de los vecinos se incrementó al advertir que ya se había ido la primera mitad del año y que no se veían grandes avances en los trabajos. Eso motivó la protesta que terminó ayer.
Si bien la situación se descomprimió en Alpachiri, los manifestantes hicieron una advertencia: si descubren que las promesas que les hicieron ayer no se concretan, retornarán a la 65 con nuevos piquetes.
Los lugareños iniciaron la protesta preocupados por las demoras en el avance en las obras que se venían realizando en esos cauces. “Como vecino, además de comisionado, estoy preocupado porque los días pasan y los trabajos van lentos. Todos queremos saber qué es lo que se tienen previsto para cambiar esta situación”, explicó el comisionado comunal Juan Manuel Moreno. El funcionario se transformó -pese al disgusto que le generó en un principio la protesta- en uno de los voceros de los manifestantes durante la visita que hicieron a El Molino el ministro de Desarrollo Productivo, Jorge Feijóo, y el titular de la Dirección Provincial del Agua (DPA), Juan Sirimaldi.
“Entendemos la angustia de ustedes, porque es tremendo que les entre el agua a la casa. Pero les venimos a traer la tranquilidad de que las obras proyectadas para evitar que vuelvan a sufrir las crecientes se van a hacer y que van a estar listas antes que llegue el verano”, les explicó Feijóo.
En medio de un clima tenso, el funcionario admitió demoras en las obras, pero dijo que respondieron a problemas vinculados con la escasez de maquinas adecuadas y a los trabajos que se realizan en terrenos con enormes piedras.
Compromiso
De acuerdo con un acta-compromiso firmada entre los funcionarios y algunos vecinos, la Provincia acordó intensificar las tareas en la naciente del Gastona (Jaya, Las Pavas y El Conventillo). Además, el lunes, una empresa privada iniciaría en El Molino la construcción de una toma de riego, que no sólo garantizará la distribución de agua para las fincas de la zona, sino que también evitarían el desborde del cauce a la altura del pueblo. Para abordar los ríos Chirimayo y Medinas (en la zona de La Calera) se contratarán nuevas maquinas. Incluso, los habitantes de esas localidades del sur sugirieron los nombres de empresas de esa zona que, según ellos, disponen de topadoras y de retroexcavadoras adecuadas para operar en esos ríos.
“Los recursos están disponibles y si es necesario aumentar las horas de trabajo para profundizar las obras, lo vamos a hacer”, aseguró Sirimaldi. Luego de escuchar los términos del acta-compromiso, los manifestantes se mostraron conformes con la respuesta brindada por los funcionarios y decidieron liberar el tránsito.
Bajo el agua
A principios de marzo, los vecinos de El Molino y de La Angostura tuvieron que abandonar sus casas, porque los desbordes de los ríos causaron inundaciones y las viviendas quedaron bajo el agua.
Tiempo después, la Provincia envió máquinas para reencauzar los ríos y construir defensas, ya que la fuerza del agua había sido descomunal. Sin embargo, los meses empezaron a correr y la angustia de los vecinos se incrementó al advertir que ya se había ido la primera mitad del año y que no se veían grandes avances en los trabajos. Eso motivó la protesta que terminó ayer.
Temas
Inundaciones 2015