La resurrección creativa de M. Night Shyamalan

La resurrección creativa de M. Night Shyamalan

“WAYWARD PINES”. Matt Dillon y Toby Jones: se viene el estallido.  “WAYWARD PINES”. Matt Dillon y Toby Jones: se viene el estallido.
Decían en Hollywood que M. Night Shyamalan se había secado como una higuera. Que había perdido el toque que hizo de “El sexto sentido” un fenómeno. Que ya no era capaz de alcanzar el nivel de “El protegido” (una de las mejores películas de superhéroes, para más datos). Que ni siquiera podía sostener un éxito comercial equiparable a “Signos”. Se había decretado en Hollywood la muerte creativa de Shyamalan y el certificado de defunción estaba firmado por “La dama del agua”, “La aldea”, “El fin de los tiempos”, “Airbender, el último guerrero” y “Después de la Tierra”. Cinco películas malas, cinco fracasos. Pero Shyamalan resucitó y ¿dónde si no? En la televisión.

Shyamalan adaptó la trilogía de novelas que Blake Crouch ambientó en un idílico pueblito de Idaho llamado Wayward Pines. Allí llega Ethan Burke, agente del FBI atormentado por un pasado complejo y un matrimonio tambaleante. Burke debe encontrar a dos compañeros a los que se tragó la tierra y en Wayward Pines parecen estar las respuestas.

El arranque de la serie remite sin escalas a “Twin Peaks”. Pero a no confundirse, los secretos en Wayward Pines esconden otra clase de realidad y se revelan hacia los capítulos 4 y 5. Justo en la mitad de los 10 que conforman la primera temporada. Cruzado ese Rubicón quedará expuesta la distopía: Wayward Pines es un arca que navega en un futuro apocalíptico, acosada por demonios interiores y exteriores.

Para Shyamalan el salvajismo de los monstruos que acechan Wayward Pines es apenas una metáfora del peligro verdadero y permanente: la organización basada en el miedo y la represión, representada por un gran hermano que todo lo ve y todo lo oye. La serie viaja de Ballard a Orwell y se regala un capítulo final explosivo y perturbador.

En Fox no sueltan prenda sobre una segunda temporada, a pesar de que a “Wayward Pines” le fue muy bien con la audiencia y recibió esas críticas positivas que para Shyamalan parecían cosa del pasado remoto. De lo que se habla es de que una potencial continuación contaría con un reparto distinto. Es un riesgo, teniendo en cuenta que uno de los activos del programa es la calidad del cast (Melissa Leo, Toby Jones, Matt Dillon, Carla Gugino, Shannyn Sossamon y Terrence Howard, que se esfuma demasiado rápido).

Como experimento de manipulación colectiva, “Wayward Pines” da la talla. También como trama de misterio/suspenso/acción. Sin ser una maravilla, claro. Mucho para un Shyamalan del que casi nada se esperaba.

OFERTAS Y DEMANDAS

“Dark Matter”
Efectos especiales ochentosos y actuaciones de medio pelo le bajan el pulgar a la serie canadiense, basada en un comic book que proponía mucho más. Seis delincuentes espaciales afrontan una potencial redención. Para ultrafanáticos de la ciencia ficción.

“Proof”
Matthew Modine es el millonario Ivan Turing (ejem), enfermo de cáncer y obsesionado por saber si hay algo más allá de la muerte. Le encarga a Jennifer Beals que investigue casos de gente que fue, vio algo y volvió. Pronóstico muuuuy reservado.

“Wet Hot American Summer...”
Netflix subirá el viernes los ocho capítulos de “Wet hot american summer: first day of camp”. La serie funcionará de precuela de la película satírica de culto de 2001. Mantiene el reparto súper estelar, con Bradley Cooper y Amy Poehler a la cabeza. Atentos.

Joyas
Allison Tolman


Si algo faltaba en “Fargo” era un poco de sentido común, un personaje capaz de mantener los pies sobre la Tierra -nada menos- entre tanto sinsentido. Los hermanos Coen se lo dieron a Frances McDormand y ella se robó la película. La vara quedó altísima: ¿quién podía calzarse esos zapatos en la versión para la TV? Una actriz consagrada, seguramente... Pero no, en la piel de Molly Solverson se acomodó una texana casi desconocida. Una tal Allison Tolman, retada a interpelar un reparto de lujo, encabezado por Martin Freeman y Billy Bob Thornton. Tolman le sacó el jugo a su mirada de un celeste cristalino y a su sonrisa capaz de desarmar un transformer. Emponchada para soportar el frío de Dakota fue desenredando la brillante trama de la serie. Apacible, amable, perspicaz y decidida, la Molly Solverson de Tolman perdió el Globo de Oro (a manos de Maggie Gyllenhaal) y el Emmy (en duelo con Kathy Bates). Fueron dos injusticias.

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