23 Julio 2015
EN ALZA. Nahuel se entrena ininterrumpidamente desde hace dos semanas con el plantel. Antes lo hacía pero intercalado. la gaceta / foto de hector peralta
A sus 20 años, este hijo “de” un futbolista con pasado “decano”, dice que solo piensa en llegar; en trabajar para ganarse un lugar y, claro, lograr el objetivo de cualquier futbolista. “Vivir de esto, del fútbol” es su gran apuesta. Nahuel Sosa, heredero de Néstor Hugo, llegó el año pasado a Atlético por gestiones de su padre, recuerda.
No fue acomodo lo suyo, porque cuando pareció sentirse a la deriva su fútbol le tendió la mano desde el lateral izquierdo.
Llegó de Las Termas de Río Hondo siendo extremo, pero... “No bien pisé el club, el ‘Zurdo’ Aredes me puso de tres. Es una posición que me gusta y que me sienta bien”, dice con la voz entrecortada “Sosita”, justo cuando sus compañeros de la pensión lo cargan a los lejos.
Le fue difícil acomodarse en Atlético al ahora defensor. Hasta mitad de 2014 iba y venía todos los días de Las Termas. El club me daba una mano pero no podía seguir así y pedí mudarme a la pensión. Por suerte se dio y acá estoy”, cuenta quien estuvo en Estudiantes de La Plata y después recaló en Banfield, donde decidió cortar relación y volverse a su casa, en Santiago. “No me gustó. Era todo lo contrario a Estudiantes, donde quedé libre después de haber sido titular todo un año en Octava. Cambió el coordinador de inferiores y también mi suerte”, lamenta Nahuel, que agradece los consejos de sus mayores.
“‘Seba’ Longo me habla mucho, también el ‘Vasco’ y el ‘Zurdo’, que es un gran técnico. De ellos trato de captar conocimiento”, acepta quien admite ser un defensor con olfato de gol. “Soy de los que les gusta gambetear, salir permanentemente al ataque y cortar por el medio. El padre de un compañero de la Cuarta me dice que soy completo, pero para poder confirmarlo tengo que demostrarlo en la cancha”, siendo hoy un desconocido, Sosa vive con los pies pegados en la tierra. Y le va bien. Es el único de los juveniles que hace dos semanas entrena en exclusiva con el plantel superior.
Si tiene algo parecido a su padre, Néstor Nahuel asegura: “las ganas de jugar. En lo que sí somos distintos, según mi papá, es que yo no pateo nada comparado con él, ja”.
No fue acomodo lo suyo, porque cuando pareció sentirse a la deriva su fútbol le tendió la mano desde el lateral izquierdo.
Llegó de Las Termas de Río Hondo siendo extremo, pero... “No bien pisé el club, el ‘Zurdo’ Aredes me puso de tres. Es una posición que me gusta y que me sienta bien”, dice con la voz entrecortada “Sosita”, justo cuando sus compañeros de la pensión lo cargan a los lejos.
Le fue difícil acomodarse en Atlético al ahora defensor. Hasta mitad de 2014 iba y venía todos los días de Las Termas. El club me daba una mano pero no podía seguir así y pedí mudarme a la pensión. Por suerte se dio y acá estoy”, cuenta quien estuvo en Estudiantes de La Plata y después recaló en Banfield, donde decidió cortar relación y volverse a su casa, en Santiago. “No me gustó. Era todo lo contrario a Estudiantes, donde quedé libre después de haber sido titular todo un año en Octava. Cambió el coordinador de inferiores y también mi suerte”, lamenta Nahuel, que agradece los consejos de sus mayores.
“‘Seba’ Longo me habla mucho, también el ‘Vasco’ y el ‘Zurdo’, que es un gran técnico. De ellos trato de captar conocimiento”, acepta quien admite ser un defensor con olfato de gol. “Soy de los que les gusta gambetear, salir permanentemente al ataque y cortar por el medio. El padre de un compañero de la Cuarta me dice que soy completo, pero para poder confirmarlo tengo que demostrarlo en la cancha”, siendo hoy un desconocido, Sosa vive con los pies pegados en la tierra. Y le va bien. Es el único de los juveniles que hace dos semanas entrena en exclusiva con el plantel superior.
Si tiene algo parecido a su padre, Néstor Nahuel asegura: “las ganas de jugar. En lo que sí somos distintos, según mi papá, es que yo no pateo nada comparado con él, ja”.
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