21 Julio 2015
EN ESPERA. Un grupo de jóvenes tucumanos permaneció varado durante varias horas en el hall de Aeroparque. gentileza silvia díaz taballione
Para algunos, fue el final menos esperado -y menos deseado- para las vacaciones de invierno. Para otros, una cadena de contratiempos que trastoca la rutina laboral u otras obligaciones. Y para los porteños, que acaban de comenzar su receso de mitad de año, fue directamente una pesadilla.
Más de 100 vuelos de Aerolíneas Argentinas y de Austral, las dos compañías de bandera locales, fueron cancelados, demorados y/o reprogramados desde el sábado hasta hoy, y al cierre de esta edición el conflicto todavía estaba lejos de solucionarse. Las estimaciones extraoficiales indican que entre 15.000 y 20.000 pasajeros sufrieron estos cambios. Lo cierto es que la empresa no dio una versión oficial acerca de qué generó el conflicto, una auténtica “bola de nieve” que comenzó a rodar imparable desde el sábado. Desde ese día hasta los que se anunciaron para hoy, Aerolíneas canceló nueve vuelos desde y hacia Tucumán.
A Lourdes del Forno, psicóloga tucumana, el “efecto vacaciones” se le esfumó en cuestión de horas tras una semana de relax en Buenos Aires. Llegó el domingo dos horas y media antes de su vuelo a Aeroparque, cuando se dio con una cola de más de tres cuadras y un cuadro caótico en el aeropuerto porteño.
“Teníamos una tarifa promocional que no permite hacer el check in desde internet, sino que sólo puede hacerse en el mostrador. Estuvimos dos horas y media haciendo cola para que, al llegar mi turno, me dijeran que no había espacio en el avión, que reprogramarían mi viaje y que me tenía que dirigir a Atención al Cliente”, le contó a LA GACETA ayer, ya de vuelta en Tucumán. Cuando obtuvo esa respuesta, todavía le faltaba una hora y media de cola en Atención al Cliente para que le asignaran un hotel para pasar la noche en Buenos Aires y reprogramar su vuelo. “Fue muy desgastante, porque Aerolíneas no supo controlar la situación. Había gente gritando, dos hombres que casi se agarran a las trompadas, mujeres llorando porque llevaban horas en el aeropuerto con los chicos. Y lo peor es que la empresa no informaba nada. No había contención por parte de la compañía, y eso es imperdonable”, reclamó la pasajera. Dependiendo los casos, la empresa ofreció pasajes de vuelta en micro. “El problema es que había, por ejemplo, una mujer de Chaco con todos sus chicos que no tenía más opción que volver en colectivo (unas 15 horas), porque en avión le reprogramaban el viaje para varios días después”, contó.
Algunos tucumanos tomaron la opción de regresar en colectivo, en una unidad alquilada por Aerolíneas para superar la contingencia. “Menos mal que volvimos en ómnibus, porque nos reprogramaron el vuelo para el domingo a la mañana -deberíamos haber volado el sábado- pero el del domingo también se canceló”, le contó a LA GACETA Pablo Sánchez, un tucumano que regresaba de unas vacaciones en el exterior con su familia.
Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas, miró con ojos optimistas el conflicto que dejó a miles de pasajeros varados. Según dijo, lo que generó el caos fue el incremento de la oferta y de la demanda de pasajes, más un conflicto gremial en la compañía. “Aumentamos un 30% la operación -contó el funcionario a radio Del Plata, según publica el diario La Nación-. Fue increíble. No paramos de vender pasajes de avión”, declaró.
Ayer a la siesta arribó al aeropuerto Benjamín Matienzo el vuelo 1488, cuyo aterrizaje estaba programado para las 14.40, pero llegó a las 16. A bordo venían decenas de jovencitas que habían viajado a Disney para celebrar sus 15 años. “Estuvieron varias horas tiradas en Aeroparque, pero creo que peor la pasamos los padres desde acá, preocupados por la situación. Por suerte la compañía de turismo manejó todo el tema muy bien y nos tuvo informados todo el tiempo”, dijo Silvia Díaz Taballione, mamá de una de las adolescentes.
Más de 100 vuelos de Aerolíneas Argentinas y de Austral, las dos compañías de bandera locales, fueron cancelados, demorados y/o reprogramados desde el sábado hasta hoy, y al cierre de esta edición el conflicto todavía estaba lejos de solucionarse. Las estimaciones extraoficiales indican que entre 15.000 y 20.000 pasajeros sufrieron estos cambios. Lo cierto es que la empresa no dio una versión oficial acerca de qué generó el conflicto, una auténtica “bola de nieve” que comenzó a rodar imparable desde el sábado. Desde ese día hasta los que se anunciaron para hoy, Aerolíneas canceló nueve vuelos desde y hacia Tucumán.
A Lourdes del Forno, psicóloga tucumana, el “efecto vacaciones” se le esfumó en cuestión de horas tras una semana de relax en Buenos Aires. Llegó el domingo dos horas y media antes de su vuelo a Aeroparque, cuando se dio con una cola de más de tres cuadras y un cuadro caótico en el aeropuerto porteño.
“Teníamos una tarifa promocional que no permite hacer el check in desde internet, sino que sólo puede hacerse en el mostrador. Estuvimos dos horas y media haciendo cola para que, al llegar mi turno, me dijeran que no había espacio en el avión, que reprogramarían mi viaje y que me tenía que dirigir a Atención al Cliente”, le contó a LA GACETA ayer, ya de vuelta en Tucumán. Cuando obtuvo esa respuesta, todavía le faltaba una hora y media de cola en Atención al Cliente para que le asignaran un hotel para pasar la noche en Buenos Aires y reprogramar su vuelo. “Fue muy desgastante, porque Aerolíneas no supo controlar la situación. Había gente gritando, dos hombres que casi se agarran a las trompadas, mujeres llorando porque llevaban horas en el aeropuerto con los chicos. Y lo peor es que la empresa no informaba nada. No había contención por parte de la compañía, y eso es imperdonable”, reclamó la pasajera. Dependiendo los casos, la empresa ofreció pasajes de vuelta en micro. “El problema es que había, por ejemplo, una mujer de Chaco con todos sus chicos que no tenía más opción que volver en colectivo (unas 15 horas), porque en avión le reprogramaban el viaje para varios días después”, contó.
Algunos tucumanos tomaron la opción de regresar en colectivo, en una unidad alquilada por Aerolíneas para superar la contingencia. “Menos mal que volvimos en ómnibus, porque nos reprogramaron el vuelo para el domingo a la mañana -deberíamos haber volado el sábado- pero el del domingo también se canceló”, le contó a LA GACETA Pablo Sánchez, un tucumano que regresaba de unas vacaciones en el exterior con su familia.
Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas, miró con ojos optimistas el conflicto que dejó a miles de pasajeros varados. Según dijo, lo que generó el caos fue el incremento de la oferta y de la demanda de pasajes, más un conflicto gremial en la compañía. “Aumentamos un 30% la operación -contó el funcionario a radio Del Plata, según publica el diario La Nación-. Fue increíble. No paramos de vender pasajes de avión”, declaró.
Ayer a la siesta arribó al aeropuerto Benjamín Matienzo el vuelo 1488, cuyo aterrizaje estaba programado para las 14.40, pero llegó a las 16. A bordo venían decenas de jovencitas que habían viajado a Disney para celebrar sus 15 años. “Estuvieron varias horas tiradas en Aeroparque, pero creo que peor la pasamos los padres desde acá, preocupados por la situación. Por suerte la compañía de turismo manejó todo el tema muy bien y nos tuvo informados todo el tiempo”, dijo Silvia Díaz Taballione, mamá de una de las adolescentes.
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