19 Julio 2015
CRISIS. Los cañeros aseguran que viven en situación de “quebranto”. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL (ARCHIVO)
La agroindustria azucarera aun espera que sea realidad el aumento del porcentaje de mezcla del programa Bioetanol. Mientras, la zafra sigue su marcha con dificultades, en particular, para el pequeño productor.
Además, en el sector cañero cuestionaron la reforma de la Ley Azucarera N° 8573, aprobada semanas atrás en el Legislatura. Otto Gramajo, titular del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu), afirmó que la nueva norma, que establece un nuevo mecanismo para cubrir el cupo de exportación por parte de los ingenios, no contrarrestará el desequilibrio actual en la venta al exterior.
“No han respetado el pedido de los cañeros y los legisladores no nos han consultado. No preguntaron nuestra opinión cuando se hizo Ley Azucarera, en 2013, tampoco lo hicieron ahora. Hicieron una ley nueva para modificar la última norma. Los legisladores sancionaron leyes a espalda de los cañeros y del pueblo”, remarcó.
La normativa dispuso que todos los ingenios exporten azúcar “físico”, pero lo denominados “alcoholeros” (producen alcohol de caña) lo harán en menor nivel respecto de los que no están dentro del programa Bioetanol o “azucareros”. Bajo el plan de Biocombustibles, los ingenios “alcholeros” habían sustituido alcohol por exportación.
Gramajo expresó que con esa medida no se solucionará la actual crisis azucarera. “Vamos a tener que exportar mucho igualmente con precios externos bajos. Inclusive, no salió el 2% (de aumento en la mezcla de alcohol de caña de azúcar en las naftas). Este año será de quebranto”, afirmó el cañero.
Sergio Fara, presidente de la Unión Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT), también planteo que se aguarda el anuncio del Gobierno nacional de la suba de la proporción de mezcla, condición que también se extiende al ámbito de las industrias. “Esperábamos con entusiasmo el incremento de dos puntos porcentuales del corte en los combustibles, ya que es sumamente importante para destrabar un poco la crisis”, dijo.
“El precio del azúcar que se vende en el mercado interno es de total quebranto, producto de la falta de previsibilidad del Estado de no disponer una financiación urgente para esta campaña. Hoy, la situación económica del productor es traumática y tiene que malvender su producto”, insistió el dirigente cañero, manteniendo la postura expresada en la última movilización multisectorial de los productores en la provincia.
Fara insistió en que no se han logrado, según el compromiso del Gobierno provincial ante los referentes gremiales, líneas de financiación para la actual campaña y de prefinanciación para la zafra. A eso se suma que todavía no se concretó el desembolso entre los agricultores cañeros de los $ 40 millones de subsidios de la Nación para cubrir gastos de cosecha y flete. “No basta con la firma del convenio. Ese dinero debe llegar al productor. De esa manera no lo podemos utilizar”, dijo Fara.
“Hay una presión impositiva tremenda y eso no puede seguir existiendo, hasta tanto no se solucione la situación de crisis. Tiene que implementarse una moratoria amplia (AFIP) y que se ajuste a la realidad”, añadió.
Según Fara, en el segmento de los productores se registraron operaciones por alrededor de $ 220 por la bolsa de azúcar de 50 kilogramos. “Con ese precio, no podemos hacer frente a nada”, aseguró. “La mayoría de los cañeros chicos no está levantando la caña. No lo hacemos porque queremos, sino porque no dan los número y no tenemos el financiamiento necesario”, describió el titular de UCIT.
Gramajo, por su parte, afirmó: “El Gobierno cree que con una limosna de $ 40 millones, vana a poder solucionar el problema. Son necesarios $ 1.500 millones para poder subvencionar la zafra. Y lo pedimos como préstamo flexible, no como un subsidio”.
Además, en el sector cañero cuestionaron la reforma de la Ley Azucarera N° 8573, aprobada semanas atrás en el Legislatura. Otto Gramajo, titular del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu), afirmó que la nueva norma, que establece un nuevo mecanismo para cubrir el cupo de exportación por parte de los ingenios, no contrarrestará el desequilibrio actual en la venta al exterior.
“No han respetado el pedido de los cañeros y los legisladores no nos han consultado. No preguntaron nuestra opinión cuando se hizo Ley Azucarera, en 2013, tampoco lo hicieron ahora. Hicieron una ley nueva para modificar la última norma. Los legisladores sancionaron leyes a espalda de los cañeros y del pueblo”, remarcó.
La normativa dispuso que todos los ingenios exporten azúcar “físico”, pero lo denominados “alcoholeros” (producen alcohol de caña) lo harán en menor nivel respecto de los que no están dentro del programa Bioetanol o “azucareros”. Bajo el plan de Biocombustibles, los ingenios “alcholeros” habían sustituido alcohol por exportación.
Gramajo expresó que con esa medida no se solucionará la actual crisis azucarera. “Vamos a tener que exportar mucho igualmente con precios externos bajos. Inclusive, no salió el 2% (de aumento en la mezcla de alcohol de caña de azúcar en las naftas). Este año será de quebranto”, afirmó el cañero.
Sergio Fara, presidente de la Unión Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT), también planteo que se aguarda el anuncio del Gobierno nacional de la suba de la proporción de mezcla, condición que también se extiende al ámbito de las industrias. “Esperábamos con entusiasmo el incremento de dos puntos porcentuales del corte en los combustibles, ya que es sumamente importante para destrabar un poco la crisis”, dijo.
“El precio del azúcar que se vende en el mercado interno es de total quebranto, producto de la falta de previsibilidad del Estado de no disponer una financiación urgente para esta campaña. Hoy, la situación económica del productor es traumática y tiene que malvender su producto”, insistió el dirigente cañero, manteniendo la postura expresada en la última movilización multisectorial de los productores en la provincia.
Fara insistió en que no se han logrado, según el compromiso del Gobierno provincial ante los referentes gremiales, líneas de financiación para la actual campaña y de prefinanciación para la zafra. A eso se suma que todavía no se concretó el desembolso entre los agricultores cañeros de los $ 40 millones de subsidios de la Nación para cubrir gastos de cosecha y flete. “No basta con la firma del convenio. Ese dinero debe llegar al productor. De esa manera no lo podemos utilizar”, dijo Fara.
“Hay una presión impositiva tremenda y eso no puede seguir existiendo, hasta tanto no se solucione la situación de crisis. Tiene que implementarse una moratoria amplia (AFIP) y que se ajuste a la realidad”, añadió.
Según Fara, en el segmento de los productores se registraron operaciones por alrededor de $ 220 por la bolsa de azúcar de 50 kilogramos. “Con ese precio, no podemos hacer frente a nada”, aseguró. “La mayoría de los cañeros chicos no está levantando la caña. No lo hacemos porque queremos, sino porque no dan los número y no tenemos el financiamiento necesario”, describió el titular de UCIT.
Gramajo, por su parte, afirmó: “El Gobierno cree que con una limosna de $ 40 millones, vana a poder solucionar el problema. Son necesarios $ 1.500 millones para poder subvencionar la zafra. Y lo pedimos como préstamo flexible, no como un subsidio”.
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