19 Julio 2015
LA TESIS. Desjardins exhibe el trabajo con el que culminó su licenciatura. la gaceta / foto de oscar ferronato
“Algunas veces, la ficción es un reflejo, con maquillaje, de la realidad. Otras, termina siendo superada con creces por esta”, sentenció Victoria Desjardins en el último párrafo de la tesis con la que se recibió de licenciada en Letras. La joven tucumana analizó el crimen de Paulina Lebbos a la luz de “Reparación”, una obra de teatro de la española Carmen Resino, y estudió el comportamiento de los foristas de LAGACETA.com a lo largo de los nueve años de publicaciones del caso.
“En 2013 leí la obra de Resino y la conecté con el caso Lebbos. En la obra de teatro Resino usa nombres de personas que son genéricos: víctima, juez, testigo, y en el prólogo hace la salvedad de que cualquier lector, en cualquier parte del mundo, podía colocar el nombre y la cara que quiera a los personajes. En Tucumán no hay otra cara que no sea la de Paulina y la de su padre Alberto, en su reclamo de justicia”, comentó Desjardins.
“Reparación” es una obra de teatro dentro de otra. Una joven, la víctima, acusa al juez, que a la vez es su padre, por el abuso sexual que sufrió de parte de otros magistrados. “El juez le dice a su hija que todo lo hizo para protegerle su herencia y su fortuna, pero a ella no le importa, quiere justicia”, explicó la joven licenciada.
Al comparar la obra con el caso Lebbos, Desjardins encontró que la figura de la víctima se asemejaba al reclamo de Alberto Lebbos. “Hay una relación entre el poder político y el Judicial en todo el desarrollo de la causa, como otro de los puntos coincidentes”, agregó.
El coro
Resino utiliza en su obra la figura del coro, que como una figura silenciosa aprueba o rechaza los dichos de los personajes. “Por ejemplo, hay una parte en la que el juez dice ‘yo soy la figura importante de la justicia’, y entre paréntesis: ‘susurro de desaprobación por el coro’”, describió Desjardins. Esa figura fue tomada para la tesis, utilizando los comentarios de los foristas de LA GACETA, en las notas publicadas en cada uno de los nueve aniversarios del crimen de Paulina (ocurrido el 26 de febrero de 2006, y que aún sigue impune).
“El coro siempre tuvo una respuesta negativa a las figuras de autoridad. Lo que si cambia es la percepción de Lebbos, que al principio lo criticaban porque creían que quería hacer política con la muerte de su hija. Con el tiempo eso cambió, y los comentarios son de acompañamiento y solidaridad”, dijo la joven.
La obra de teatro culmina con el director subiendo al escenario y quedando sólo con la víctima. A ella le ordena que se desnude, luego de decirle que no encontrará justicia. Terminan bailando sobre el escenario, con las luces apagadas. Sin reparación. “Ojalá que este caso no termine así”, anheló Desjardins.
“En 2013 leí la obra de Resino y la conecté con el caso Lebbos. En la obra de teatro Resino usa nombres de personas que son genéricos: víctima, juez, testigo, y en el prólogo hace la salvedad de que cualquier lector, en cualquier parte del mundo, podía colocar el nombre y la cara que quiera a los personajes. En Tucumán no hay otra cara que no sea la de Paulina y la de su padre Alberto, en su reclamo de justicia”, comentó Desjardins.
“Reparación” es una obra de teatro dentro de otra. Una joven, la víctima, acusa al juez, que a la vez es su padre, por el abuso sexual que sufrió de parte de otros magistrados. “El juez le dice a su hija que todo lo hizo para protegerle su herencia y su fortuna, pero a ella no le importa, quiere justicia”, explicó la joven licenciada.
Al comparar la obra con el caso Lebbos, Desjardins encontró que la figura de la víctima se asemejaba al reclamo de Alberto Lebbos. “Hay una relación entre el poder político y el Judicial en todo el desarrollo de la causa, como otro de los puntos coincidentes”, agregó.
El coro
Resino utiliza en su obra la figura del coro, que como una figura silenciosa aprueba o rechaza los dichos de los personajes. “Por ejemplo, hay una parte en la que el juez dice ‘yo soy la figura importante de la justicia’, y entre paréntesis: ‘susurro de desaprobación por el coro’”, describió Desjardins. Esa figura fue tomada para la tesis, utilizando los comentarios de los foristas de LA GACETA, en las notas publicadas en cada uno de los nueve aniversarios del crimen de Paulina (ocurrido el 26 de febrero de 2006, y que aún sigue impune).
“El coro siempre tuvo una respuesta negativa a las figuras de autoridad. Lo que si cambia es la percepción de Lebbos, que al principio lo criticaban porque creían que quería hacer política con la muerte de su hija. Con el tiempo eso cambió, y los comentarios son de acompañamiento y solidaridad”, dijo la joven.
La obra de teatro culmina con el director subiendo al escenario y quedando sólo con la víctima. A ella le ordena que se desnude, luego de decirle que no encontrará justicia. Terminan bailando sobre el escenario, con las luces apagadas. Sin reparación. “Ojalá que este caso no termine así”, anheló Desjardins.