Si hay una cruz con la que cargan los llamados viejos del plantel de Atlético es la pesadilla de no haber logrado el ascenso a Primera en el torneo de Transición pasado cuando parecía que ya era un hecho, a falta de una rueda. Ese golpe traducido en fracaso, luego de que Huracán goleara 4-1 al “decano” en el desempate en Mendoza, creó un hematoma que sólo sanará si el equipo logra subir a la máxima categoría.
Lo que pasó, pasó, pero también dejó una lección de esas que, por su dolor, siempre está presente. “No podemos especular. El año pasado lo hicimos y quedamos afuera de todo. Hay que ganar y seguir pisándoles los talones a los dos de arriba”, asegura Guillermo Acosta, uno de los que vivió en carne propia la debacle con el “globito” en la tierra del buen vino y que ahora piensa en ganar todos los partidos que juegue.
Villa Dálmine será la próxima prueba. “Es un rival difícil que tiene una cancha grande, nos contó el técnico, así que debemos hacer prevalecer nuestro forma”, ratifica el futbolista quizás más polifuncional que dispone el entrenador hoy en día en Atlético. Acosta rindió de lateral derecho, de carrilero por ambos costados y también de volante central.
En la única posición en la que no jugaría sería en la de arquero. No le dan los centímetros, podría decirse. “Mientras pueda aportarle al equipo, no importa la posición en donde me toque estar”, dice “BB”, y firma: “Siempre estoy preparado para lo que venga”.
Y lo inminente para el equipo “decano” es Dálmine, pero después llegarán otros dos huesos duros: Brown de Madryn y Santamarina, hoy escolta del líder Patronato. “Levantamos cabeza después de lo del miércoles y, creo, debemos seguir por ese camino”, cierra.
Las cinco amarillas de Cáceres, todo un drama
El saldo de la derrota a manos de Central Córdoba, hace dos miércoles, sumado al triunfo del domingo pasado sobre Ferro, en el Monumental, dejó un sabor agridulce en la concentración “decana”.
Es que justo en este momento en el que el equipo tiende a buscar su levantada definitiva, un soldado importante se perderá el duelo del domingo, a las 19.30, en casa de Villa Dálmine, provincia de Buenos Aires. Pablo Cáceres cargó con amarillas en los últimos dos partidos y deberá pagar un fecha de suspensión por llegar a cinco.
La caída de Cáceres es una baja sensible, ya que el cuerpo técnico no cuenta con un lateral izquierdo por naturaleza. El pase hasta ahora frustrado de Guillermo Cosaro es, en cierta forma, sal que recae sobre esa herida.
Por eso ayer, en una nueva práctica a puertas cerradas, Juan Azconzábal probó con Nicolás Romat por izquierda y con Franco Quiroga, que vuelve después de dos fechas por roja directa, por derecha. Esa será la única variante en cuanto a nombres. Atlético formará con: Lucchetti; Quiroga, Bianchi, Sbuttoni, Romat; Molina, Acosta, Julio, González; Rodríguez y Díaz. Hoy, sesión en el complejo.