Dos presos murieron ayer luego de que prendieran fuego a un colchón del calabozo de la Brigada de Investigaciones Norte, en Yerba Buena. El incendio ocurrió a las 10.30 y fallecieron Francisco Emanuel Gallardo de 20 años y Mateo Boris Visa, de 22. El Gobierno aseguró que se trataba de dos peligrosos delincuentes, en tanto que los familiares protestaron por las condiciones en las que permanecían detenidos.
El comisario Luis Mansilla, jefe de la Unidad Regional Norte, informó que todos los detenidos están procesados por la Justicia y señaló que 14 personas, entre ellos tres policías, fueron internadas por principio de asfixia. Sin embargo, dijo que por cuestiones de seguridad no podía detallar la población total de presos que había en el calabozo cuando ocurrió el incendio. Fuentes judiciales aseguraron que eran 19 los detenidos.
Mansilla contó que el incendio se produjo cuando los policías de esa dependencia quisieron realizar una requisa de rutina en el calabozo. Al parecer los presos prendieron fuego a un colchón y las llamas se propagaron por toda la celda. “Este calabozo está destinado a alojar detenidos que son de un grado extremo de peligrosidad. Todos ellos están procesados por hechos agravados y muchos de ellos son reincidentes. Este es un alojamiento que cuenta con todas las medidas de seguridad para este tipo de detenidos”, señaló.
“Los controles son rutinarios y se realizan periódicamente luego de la visita de los familiares durante el fin de semana”, difundió el Gobierno a través de un comunicado de prensa.
Los familiares de los detenidos llegaron a la Brigada Norte después del mediodía. La dependencia se encuentra al lado de la comisaría de Yerba Buena. Francisco Antonio Vallejo, que tenía a su hermano detenido, y Lourdes Gallardo (hermana de uno de los que falleció) coincidieron en que el motín que derivó en el incendio comenzó porque, siempre de acuerdo a la versión de los familiares de las víctimas, los policías se habrían negado a darles las pastillas que consumen habitualmente. “Los mantienen ‘idos’ para que estén tranquilos”, dijo Vallejo.
La versión de los familiares fue rechazada por la Policía, aunque el fiscal de Instrucción Diego López Ávila analiza la posible citación de los allegados a los detenidos para que declaren en tribunales, contaron fuentes judiciales.
Denuncia contra policías
Lourdes Gallardo, en tanto, asegura que su familia está vinculada con la Policía. “Seis de mis siete hermanos roban para la Policía. Dos de ellos estaban detenidos acá y les daban bebidas y drogas para que estén tranquilos. Franco (Gallardo) estaba detenido desde hace dos semanas por una tentativa de robo y tenía un celular dentro del calabozo. Él nos avisó del motín y que iban a quemar (colchones). Tengo un video en el que un comisario me dice: ‘quedate tranquila, si vos sabés que con vos arreglamos siempre’”, dijo la mujer.
La denunciante había sido detenida junto a sus hermanos en El Colmenar y, según afirmó, la dejaron salir para que busque dinero y libere a sus hermanos. “Si no les traía la plata me dijeron que les iban a ‘poner’ dos armas y dos motos robadas. Denuncié todo en la Fiscalía III° pero cuando volví para ver que había pasado, la denuncia había desaparecido”, concluyó Gallardo.
Fuentes de la Fiscalía confirmaron la existencia de esa denuncia y aseguraron que hay una investigación en marcha. La fiscala Carmen Reuter dispuso que los Gallardo sean trasladados de la comisaría de El Colmenar (los alojaron en la Brigada Norte) y solicitó a los jefes policiales el traslado de los comisarios que estaban a cargo de la dependencia de esa localidad.
A pesar de esto, se conoció que el fiscal López Ávila abrió una investigación de oficio al conocerse las declaraciones de la hermana de uno de los fallecidos.
Fuentes policiales y judiciales comentaron que los dos jóvenes que murieron por asfixia estuvieron acusados por varios robos. Por otra parte, uno de los presos que fue internado ya había tenido un episodio similar cuando estuvo alojado en el instituto Roca, hace cuatro años. Casi todos los detenidos tenían orden judicial de ser alojados en el penal de Villa Urquiza, pero continuaban en la comisaría “por falta de cupo”.