28 Junio 2015
Las acusaciones contra Ilarraz mantienen expectantes a los vecinos del barrio Ñuñorco
Las imputaciones por supuestos abusos sexuales contra el sacerdote se realizaron en Entre Ríos. Él sostiene que es inocente Algunos feligreses de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús creen en la inocencia del cura; otros esperan que la Justicia resuelva el caso
OFICIO. El cura Justo Ilarraz (izquierda) fue enviado a una iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Monteros por el obispo José María Rossi (derecha).
CONCEPCIÓN.- Unos defienden su inocencia mientras que otros se mantienen cautos y prefieren que sea la justicia la que deje en claro el caso.
Lo cierto es que el proceso judicial que enfrenta el sacerdote Justo José Ilarraz en Entre Ríos por presuntos abusos sexuales que habría cometido cuando -entre 1985 y 1993- fue prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná, mantiene expectantes y divididos a los feligreses de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Monteros, ubicada en el barrio Ñuñorco. En esa comunidad religiosa se desempeñó Ilarraz hasta 2012 cuando se conocieron las denuncias en su contra.
“Los medios de comunicación comenzaron a informar sobre los supuestos casos de abusos del cura y enseguida éste desapareció del barrio. Algunos dicen que de vez en cuando regresa a ésta iglesia. Pero yo no lo vi más”, dijo un vecino de la zona que sólo se identificó como Carlos y que, según dijo, vive a pocos metros del templo. “No se involucraba mucho con la vecindad. Tenía su grupo y el resto le era indiferente. Desconozco cómo era este sacerdote. Por eso, por el bien de todos, es muy importante que la justicia se encargue de esclarecer las denuncias que carga”, agregó.
Ilarraz, después de ser separado del Seminario, vivió un tiempo en Roma y luego retornó a la Argentina, radicándose en esta ciudad. Aquí ofició misas en las parroquias del barrio Alvear y del Hospital Miguel Belascuain. Después, por decisión del obispo José María Rossi, pasó a desempeñarse en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. “Es un tema difícil de aceptar. Uno está incrédulo, porque nunca nos sacudió de cerca una denuncia de tamaña gravedad. Por eso anhelo que este hecho tenga un pronto final y que quede todo en claro”, señaló María Elena Fajre. “Este es un barrio tranquilo, de gente solidaria. No estamos acostumbrados a los escándalos. Particularmente nunca nada me hizo sospechar de algún comportamiento indebido del sacerdote. Tampoco escuché nada de él hasta que los medios se encargaron de dar a conocer las denuncias que lo llevó a la justicia”, agregó.
Tenaz defensa
María Rosa Rivadeo reconoció que la feligresía vive con “mucho dolor” el proceso judicial que enfrenta Ilarraz. “Creo en su versión del caso. De que todo esto es un invento. Él una vez nos contó cómo se había involucrado con los que ahora lo acusan. Y fue en función de pastor nada más. Pero hay que gente acostumbrada a las mentiras, a destruir a los que hacen el bien”, dijo. “Estoy convencida de que hay una justicia divina y que será la que finalmente prevalecerá. La de los hombres no es confiable”, continuó.
Mario Juárez, otro vecino que fue entrevistado, también ensayó una encendida defensa del religioso. “Aquí era una buena persona. Ayudaba a la gente. Nunca anduvo en nada raro. Por eso estamos sorprendidos por las denuncias en su contra”, sostuvo.
Acusación penal
En abril pasado el ex seminarista Leonardo Galván, condenado por la justicia local a 12 años de prisión al ser hallado culpable de abusar de un menor de Monteros, reavivó el caso Ilarraz al denunciar que un fiscal de Entre Ríos y un funcionario de los tribunales de aquí, lo visitaron en la cárcel para proponerle que testimoniara en contra del sacerdote, para así poder quedar en libertad. “Me negué a hacerlo porque no conocía nada de él”, dijo ante los jueces que lo sentenciaron. Galván precisamente fue colaborador del cura en la iglesia del barrio Ñuñorco.
Pedido de careo
En Entre Ríos, en tanto, los querellantes del caso pedirán un careo entre el ex arzobispo Estanisalo Karlic y el cura imputado. Aspiran a que quede en claro si el pedido de perdón del cardenal lanzado hace un tiempo fue hecho en referencia a los abusos sexuales que habría cometido Ilarraz. Este sacerdote afirma que el pedido se relacionó con la situación por la que pasó la Iglesia a mediados de los 90 luego de que se hicieran las primeras denuncias internas por los supuestos abusos. (C)
Lo cierto es que el proceso judicial que enfrenta el sacerdote Justo José Ilarraz en Entre Ríos por presuntos abusos sexuales que habría cometido cuando -entre 1985 y 1993- fue prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná, mantiene expectantes y divididos a los feligreses de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Monteros, ubicada en el barrio Ñuñorco. En esa comunidad religiosa se desempeñó Ilarraz hasta 2012 cuando se conocieron las denuncias en su contra.
“Los medios de comunicación comenzaron a informar sobre los supuestos casos de abusos del cura y enseguida éste desapareció del barrio. Algunos dicen que de vez en cuando regresa a ésta iglesia. Pero yo no lo vi más”, dijo un vecino de la zona que sólo se identificó como Carlos y que, según dijo, vive a pocos metros del templo. “No se involucraba mucho con la vecindad. Tenía su grupo y el resto le era indiferente. Desconozco cómo era este sacerdote. Por eso, por el bien de todos, es muy importante que la justicia se encargue de esclarecer las denuncias que carga”, agregó.
Ilarraz, después de ser separado del Seminario, vivió un tiempo en Roma y luego retornó a la Argentina, radicándose en esta ciudad. Aquí ofició misas en las parroquias del barrio Alvear y del Hospital Miguel Belascuain. Después, por decisión del obispo José María Rossi, pasó a desempeñarse en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. “Es un tema difícil de aceptar. Uno está incrédulo, porque nunca nos sacudió de cerca una denuncia de tamaña gravedad. Por eso anhelo que este hecho tenga un pronto final y que quede todo en claro”, señaló María Elena Fajre. “Este es un barrio tranquilo, de gente solidaria. No estamos acostumbrados a los escándalos. Particularmente nunca nada me hizo sospechar de algún comportamiento indebido del sacerdote. Tampoco escuché nada de él hasta que los medios se encargaron de dar a conocer las denuncias que lo llevó a la justicia”, agregó.
Tenaz defensa
María Rosa Rivadeo reconoció que la feligresía vive con “mucho dolor” el proceso judicial que enfrenta Ilarraz. “Creo en su versión del caso. De que todo esto es un invento. Él una vez nos contó cómo se había involucrado con los que ahora lo acusan. Y fue en función de pastor nada más. Pero hay que gente acostumbrada a las mentiras, a destruir a los que hacen el bien”, dijo. “Estoy convencida de que hay una justicia divina y que será la que finalmente prevalecerá. La de los hombres no es confiable”, continuó.
Mario Juárez, otro vecino que fue entrevistado, también ensayó una encendida defensa del religioso. “Aquí era una buena persona. Ayudaba a la gente. Nunca anduvo en nada raro. Por eso estamos sorprendidos por las denuncias en su contra”, sostuvo.
Acusación penal
En abril pasado el ex seminarista Leonardo Galván, condenado por la justicia local a 12 años de prisión al ser hallado culpable de abusar de un menor de Monteros, reavivó el caso Ilarraz al denunciar que un fiscal de Entre Ríos y un funcionario de los tribunales de aquí, lo visitaron en la cárcel para proponerle que testimoniara en contra del sacerdote, para así poder quedar en libertad. “Me negué a hacerlo porque no conocía nada de él”, dijo ante los jueces que lo sentenciaron. Galván precisamente fue colaborador del cura en la iglesia del barrio Ñuñorco.
Pedido de careo
En Entre Ríos, en tanto, los querellantes del caso pedirán un careo entre el ex arzobispo Estanisalo Karlic y el cura imputado. Aspiran a que quede en claro si el pedido de perdón del cardenal lanzado hace un tiempo fue hecho en referencia a los abusos sexuales que habría cometido Ilarraz. Este sacerdote afirma que el pedido se relacionó con la situación por la que pasó la Iglesia a mediados de los 90 luego de que se hicieran las primeras denuncias internas por los supuestos abusos. (C)
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