Por Guillermo Monti
20 Junio 2015
Divertida, tierna y, sobre todo, imaginativa
La mudanza de Minnesota a San Francisco modifica la vida de Riley. Ella está en una edad difícil -11 años- y esos cambios abruptos se viven en su interior: Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Disgusto, las emociones básicas que la dominan, tendrán que ayudarla a encontrar el equilibrio.
Pixar tiene la fórmula para emocionar sin golpear bajo. No es una alquimia protegida por siete cerraduras; queda expuesta en las maravillas que administra tomándose todo el tiempo del mundo. De la saga “Toy Story”, pasando por “Wall-E” y “Up”, hay un hilo que conecta el universo Pixar y en el que “Intensamente” encastra armónicamente. Personajes entrañables, historias sorprendentes, la acostumbrada perfección del universo visual; genuina humanidad y espíritu de fiesta. Todo eso tiene “Intensamente”, montado -como siempre- en un plano que libera de todas las convenciones a la imaginación.
Dos años se tomó Pixar para estrenar su decimoquinta película (“Monsters University” vio la luz en junio de 2013). Eso habla del cuidado con el que trató este proyecto, conducido por Peter Docter -uno de los principales talentos del estudio- y Ronaldo Del Carmen.
“Intensamente” es la primera aproximación de Pixar a la preadolescencia, con todo lo que eso implica. Para abordar los cambios que la edad impone a la adorable Riley, acelerados por el estrés que provoca la llegada a una nueva ciudad, la solución fue meterse bajo la piel de la protagonista. La película es entonces de las emociones, con Alegría y Tristeza a la cabeza, entidades en pugna y a la vez obsesionadas por mantener las cosas bajo control.
Todo lo que ocurre en la psiquis de Riley es un festival creativo, un mundo en sí mismo en el que las reglas y los escenarios van mutando; laberintos de recuerdos, abismos, salas asombrosas (como la del pensamiento abstracto) y hasta una fortaleza tenebrosa -el subconsciente- habitada por la peor de las pesadillas (toque maravilloso y de inmediata identificación, para más datos).
Es posible que a los más chiquitos les cueste decodificar muchas de las claves de “Intensamente”, lo que no quiere decir que no vayan a pasarla genial. Ese es otro activo de Pixar: su capacidad para abrazar a todos.
Dos años se tomó Pixar para estrenar su decimoquinta película (“Monsters University” vio la luz en junio de 2013). Eso habla del cuidado con el que trató este proyecto, conducido por Peter Docter -uno de los principales talentos del estudio- y Ronaldo Del Carmen.
“Intensamente” es la primera aproximación de Pixar a la preadolescencia, con todo lo que eso implica. Para abordar los cambios que la edad impone a la adorable Riley, acelerados por el estrés que provoca la llegada a una nueva ciudad, la solución fue meterse bajo la piel de la protagonista. La película es entonces de las emociones, con Alegría y Tristeza a la cabeza, entidades en pugna y a la vez obsesionadas por mantener las cosas bajo control.
Todo lo que ocurre en la psiquis de Riley es un festival creativo, un mundo en sí mismo en el que las reglas y los escenarios van mutando; laberintos de recuerdos, abismos, salas asombrosas (como la del pensamiento abstracto) y hasta una fortaleza tenebrosa -el subconsciente- habitada por la peor de las pesadillas (toque maravilloso y de inmediata identificación, para más datos).
Es posible que a los más chiquitos les cueste decodificar muchas de las claves de “Intensamente”, lo que no quiere decir que no vayan a pasarla genial. Ese es otro activo de Pixar: su capacidad para abrazar a todos.
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