La Selección venció a Uruguay y superó la prueba de carácter

La Selección venció a Uruguay y superó la prueba de carácter

Agüero capitalizó en el área un centro de Zabaleta y convirtió el único gol del partido.

ES MÍA. Nicolás Otamendi, que se impone en el aire ante el salto de Alvaro Pereira, despeja el balón sin problemas. efe ES MÍA. Nicolás Otamendi, que se impone en el aire ante el salto de Alvaro Pereira, despeja el balón sin problemas. efe
Fue la prueba de carácter que Argentina necesitaba para saber realmente de qué está hecha en esta Copa. Ayer sólo importaba el resultado. El 1-0 tan fino y peligroso, tomó forma de triunfo luego de la enorme tapada de Sergio Romero a Abel Hernández cuando el tiempo de descuento corría sus últimas vueltas en la Serena.

Argentina necesitaba medirse con un rival como Uruguay. También necesitaba ganar porque una derrota le condicionaba su estadía en el torneo. Argentina no fue muy superior al “charrúa”, pero le alcanzó con lo realizado. Por condiciones naturales, intentó crear, diferenciarse del overol “celeste”. Llegó a dividir las aguas porque de fútbol sabe más que de cortar la pelota en la mitad de la cancha, como sí lo hizo Uruguay.

Fueron dos estrategias diferentes las que emplearon los rivales, ambas por creencia propia. Argentina es del culto del orden táctico ofensivo y del pase rasante o centro a la cabeza. Argentina ataca en bloque, con cuatro o cinco jugadores a la vez. A veces, se suman los laterales para convertirse en un equipo que agrede con ocho comensales. El “charrúa”, por caso, se defendió ayer con seis, incluyendo una línea de cuatro bien pegada a la medular de su área grande.

Entonces se trató de un choque de estilos, de virtudes. Y el que ataca por todos los medios le sacó una mínima ventaja al que se defiende con todos los medios posibles.

La Selección rompió la barrera uruguaya con la delicadeza de un cirujano plástico operando a una pulga. Fue quirúrgico lo suyo: arrancó con Lionel Messi y un toque corto a Javier Pastore, el que sabe poner brillo pero que también se opaca, todo en 90 minutos. El “Flaco” intentó un taco con giro que descolocó a su marca y entregó a la banda para Pablo Zabaleta. El pelado hizo lo que mejor sabe: buscar a su amigo Sergio Agüero con un centro a media altura. “Kun” metió un corte preciso entre sus marcas y cabeceó al primer palo. Golazo.

Después, sin quererlo Argentina debió ponerse el overol que utilizó Uruguay al inicio del juego y bancarse la parada contra un equipo que jamás se da por vencido. Sufrió pero ganó. Eso es lo que importa.

El punto débil del equipo de Martino sigue siendo la acción defensiva cuando el rival sorprende con un contraataque. Anoche, Romero fue clave cerrando bien su arco.

La Selección nunca se desesperó, ni cuando por momentos la pasaba mal. Supo mantenerse en su eje y buscar con paciencia su chance de gol.

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