24 Mayo 2015
VALENCIA. Rajoy y la alcaldesa Rita Barberá, en un acto de campaña. REUTERS
MADRID.- España celebrará comicios municipales y regionales que auguran el fin del bipartidismo y el inicio de una nueva etapa más plural y de pactos, que permita a los partidos emergentes Podemos y Ciudadanos presionar sobre las políticas del gobierno de Mariano Rajoy, al que aspiran desbancar de La Moncloa a fin de año.
Después de casi cuatro décadas de hegemonía, el Partido Popular (PP) de Rajoy y el Partido Socialista (PSOE), de Pedro Sánchez, se verán obligados a llegar a acuerdos con otros partidos para gobernar en 12 de las 13 comunidades autónomas (regiones) que van a las urnas y en la gran mayoría de las miles de administraciones municipales en juego. Pero, el PP perdería su mayoría absoluta en todas las comunidades menos una, Castilla y León, mientras el PSOE mantendría su único bastión, Asturias, y podría recuperar el poder en otras dos comunidades si llega a acuerdos con Podemos o Ciudadanos del catalán Albert Rivera.
El PP corre el riesgo de perder alcaldías como Madrid, su mayor reducto de poder, mientras que en Barcelona una iniciativa apoyada por Podemos está en condiciones de disputarle el gobierno a los nacionalistas de Convergencia i Unió (CiU). Podemos, la agrupación de Pablo Iglesias, tiene la oportunidad de entrar en las dos emblemáticas ciudades españolas. De hecho, un triunfo de Barcelona con el grupo Comú y la candidatura liderada por la activista Ada Colau, sería un trampolín para Podemos, que aspira a ocupar el espacio “socialdemócrata” que históricamente pertenece al PSOE. Y aunque el PP gane en votos, se producirá un cambio en la forma de gobernar y las alianzas postelectorales marcarán el camino de lo que puede ocurrir con las generales de fin de año.
Estas elecciones serán las más pluralistas desde el retorno de la democracia y, por lo tanto, las más impredecibles. Los expertos afirman que el voto joven está muy movilizado y marcará el resultado, que dependerá de los indecisos, en torno al 30%.
El Gobierno de Rajoy se había acostumbrado a gestionar el país gracias a su mayoría absoluta y al hecho de que, desde mayo de 2011, el PP ostenta un poder jamás alcanzado por un partido en España. Entonces, la derecha arrasó en elecciones municipales y autonómicas desarrolladas en medio de una fuerte convulsión social por el rechazo a las políticas de ajuste que había adoptado su predecesor, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Fue en vísperas de aquellos comicios que irrumpió el movimiento de los indignados o 15M (15 de mayo) tomando de forma espontánea las plazas de todo el país para reclamar un profundo cambio político y social y el fin de las políticas neoliberales. En las urnas, sin embargo, los ciudadanos castigaron al PSOE y dieron alas al PP. Pero, mucho cambió desde aquellas elecciones. (Télam)
Después de casi cuatro décadas de hegemonía, el Partido Popular (PP) de Rajoy y el Partido Socialista (PSOE), de Pedro Sánchez, se verán obligados a llegar a acuerdos con otros partidos para gobernar en 12 de las 13 comunidades autónomas (regiones) que van a las urnas y en la gran mayoría de las miles de administraciones municipales en juego. Pero, el PP perdería su mayoría absoluta en todas las comunidades menos una, Castilla y León, mientras el PSOE mantendría su único bastión, Asturias, y podría recuperar el poder en otras dos comunidades si llega a acuerdos con Podemos o Ciudadanos del catalán Albert Rivera.
El PP corre el riesgo de perder alcaldías como Madrid, su mayor reducto de poder, mientras que en Barcelona una iniciativa apoyada por Podemos está en condiciones de disputarle el gobierno a los nacionalistas de Convergencia i Unió (CiU). Podemos, la agrupación de Pablo Iglesias, tiene la oportunidad de entrar en las dos emblemáticas ciudades españolas. De hecho, un triunfo de Barcelona con el grupo Comú y la candidatura liderada por la activista Ada Colau, sería un trampolín para Podemos, que aspira a ocupar el espacio “socialdemócrata” que históricamente pertenece al PSOE. Y aunque el PP gane en votos, se producirá un cambio en la forma de gobernar y las alianzas postelectorales marcarán el camino de lo que puede ocurrir con las generales de fin de año.
Estas elecciones serán las más pluralistas desde el retorno de la democracia y, por lo tanto, las más impredecibles. Los expertos afirman que el voto joven está muy movilizado y marcará el resultado, que dependerá de los indecisos, en torno al 30%.
El Gobierno de Rajoy se había acostumbrado a gestionar el país gracias a su mayoría absoluta y al hecho de que, desde mayo de 2011, el PP ostenta un poder jamás alcanzado por un partido en España. Entonces, la derecha arrasó en elecciones municipales y autonómicas desarrolladas en medio de una fuerte convulsión social por el rechazo a las políticas de ajuste que había adoptado su predecesor, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Fue en vísperas de aquellos comicios que irrumpió el movimiento de los indignados o 15M (15 de mayo) tomando de forma espontánea las plazas de todo el país para reclamar un profundo cambio político y social y el fin de las políticas neoliberales. En las urnas, sin embargo, los ciudadanos castigaron al PSOE y dieron alas al PP. Pero, mucho cambió desde aquellas elecciones. (Télam)