18 Abril 2015
ASEDIADO. Marc Márquez responde a todos los pedidos de los fanáticos. la gaceta / foto de juan pablo sánchez noli
Es inevitable: la chapa de campeón del mundo es imán de fanáticos. Obliga hasta al más parco, a ser, por lo menos, muy simpático. Para Marc Márquez no es un problema la fama de ser el monarca de MotoGP, al contrario porque la sonrisa de punta a punta que porta en todo momento delata una alegría que roza el placer. Es en extremo simpático. “Aquí, la gente lo vive mucho y se nota que tiene muchas ganas de moto”, describió con entusiasmo el español en una de las dos conferencias de prensa que tenía pautada para ayer. “Siempre es bueno, aunque tenga que estar más tiempo en la oficina o en el box”, explicó. Y agregó entre risas: “porque si voy andando por ahí, te paran donde sea”. Lo que pasa en realidad es que él se detiene, muchas veces, sin hacer caso a lo que piden los encargados de prensa del equipo Honda. “Se nota que hay una sola carrera en Sudámerica porque la viven muy bien”, reconoció.
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