Por Soledad Nucci
18 Abril 2015
Hacia dónde va La Perón
Romero contó en qué consisten los proyectos detrás de las cercos. En algunos casos, se adecuan al Código de Ordenamiento Urbano. En otros, surgen dudas. En las veredas de la avenida se erige una veintena de frentes de obras. LA GACETA recorrió esas edificaciones con el director de Planeamiento de la Municipalidad.
DIMENSIONES. La Perón tiene una longitud de 6,5 kilómetros. la gaceta / foto de inés quinteros orio
Quién lo hubiera pensado. Una década atrás, la avenida Perón, en la ciudad de Yerba Buena, era una sucesión de matorrales. Hoy, en cambio, en sus orillas se erige una veintena de frentes de obras, sin contar las viviendas unifamiliares. Desde que amanece y hasta que el sol se esconde, se observan obreros y máquinas. Es tal el boom inmobiliario, que un funcionario del Gobierno municipal opina que habría que modificar el Código de Ordenamiento Urbano, con el objetivo de evitar las excesivas densificaciones.
“En las franjas próximas a la montaña hay que tener precaución, ya que es una zona de riesgo. Ahí, la densidad potencial por hectárea debería llegar a los 100 habitantes, en vez de los 150 actuales”, dice Daniel Romero -arquitecto, 67 años y responsable de la Dirección de Planeamiento de la Municipalidad-. Mientras habla, señala el esqueleto de “Casonas del Corte condominios”, una construcción situada, justamente, al pie del cerro, frente a la rotonda de Horco Molle.
Se trata de tres torres de edificios, de planta baja y cuatro pisos cada una, con estacionamiento. “Toda la documentación técnica ha sido aprobada. Esta obra no se encuentra clausurada”, aclara Romero, parado en la angosta vereda de la Perón. Son las 9 de la mañana y el arquitecto emprende una caminata de 6,5 kilómetros, desde ese lugar hacia el Camino del Perú.
La aclaración se debe a que, en 2012, ese proyecto inmobiliario fue objetado por dos concejales de la oposición, Mariano Campero y Javier Jantus, y por el entonces secretario de bienestar universitario de la Universidad Nacional de Tucumán, Mauricio Argiró, quienes habían juntado unas 2.500 firmas de vecinos para detener la obra, porque argumentaban que se estaba violando la reglamentación, especialmente en lo que hace al Factor de Ocupación del Suelo (FOS), que establece la superficie máxima que debe ser ocupada con los usos establecidos, y al Factor de Ocupación Total (FOT), que fija la superficie máxima construible.
Luego, Romero retoma su caminata hasta al complejo llamado Domus, a la altura del 3.200. En ese punto, el diario le pregunta:
- ¿Estos edificios respetan el Código? ¿Acaso la línea de retiro municipal no debería ser de seis metros?
- Aquí hicimos algunas concesiones. Los dejamos que se corran hacia la vereda porque consideramos que eso no afecta el entorno. Se vinieron unos dos metros de más sobre la línea municipal.
- Pero al permitirles eso, también se exceden en la altura.
- Sí, es cierto. Al tener un menor retiro, superan un poco la altura exigida. Sin embargo, no creemos que eso haya causado un impacto urbano.
El trayecto continúa tierras abajo. Romero transita ahora por la vereda de unas oficinas corporativas, llamadas AlterCity Business Park. El proyecto consta de seis inmuebles de baja altura, aunque de momento han levantado tres. “Estos edificios de perímetro libre aseguran el cuidado de los espacios verdes”, explica, y pone de ejemplos, además, las edificaciones de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino y del Colegio Santa Rosa, localizadas más adelante.
De ese lado de la vereda norte, se encuentran también las tierras destinadas a la construcción del supermercado Gómez Pardo, cuyo proyecto fue aprobado por la intendencia en 2012. Le siguen unas torres residenciales denominadas Terrazas Park y un predio destinado a convertirse en una concesionaria de automóviles de la marca BMW -según Romero-.
Posteriormente, se observan las obras de City Place y de Yerba Buena Design, dos conjuntos habitacionales y de negocios que se cimentan al lado del Open Plaza, el primer centro comercial de esta avenida.
Un barrio privado y un country completan el paisaje de esa acera. Tras atravesar campos de caña de azúcar, se erige el edificio de la empresa León Alperovich Group. En total, harán tres torres.
“Esta construcción se adecua al Código. No obstante, en algún momento rechazamos la documentación, porque pensamos que estaban haciendo un quinto piso. Finalmente, comprendimos que se trataba de un remate arquitectónico”, razona.
En la mano sur, casi en frente, otra marca avanza en el armado de una concesionaria de automóviles. “Si logramos mantener controlados a todos los desarrollos inmobiliarios, la Perón será un pulmón verde para el resto de la ciudad. Lamentablemente, hay mucha construcción clandestina”, concluye Romero.
“En las franjas próximas a la montaña hay que tener precaución, ya que es una zona de riesgo. Ahí, la densidad potencial por hectárea debería llegar a los 100 habitantes, en vez de los 150 actuales”, dice Daniel Romero -arquitecto, 67 años y responsable de la Dirección de Planeamiento de la Municipalidad-. Mientras habla, señala el esqueleto de “Casonas del Corte condominios”, una construcción situada, justamente, al pie del cerro, frente a la rotonda de Horco Molle.
Se trata de tres torres de edificios, de planta baja y cuatro pisos cada una, con estacionamiento. “Toda la documentación técnica ha sido aprobada. Esta obra no se encuentra clausurada”, aclara Romero, parado en la angosta vereda de la Perón. Son las 9 de la mañana y el arquitecto emprende una caminata de 6,5 kilómetros, desde ese lugar hacia el Camino del Perú.
La aclaración se debe a que, en 2012, ese proyecto inmobiliario fue objetado por dos concejales de la oposición, Mariano Campero y Javier Jantus, y por el entonces secretario de bienestar universitario de la Universidad Nacional de Tucumán, Mauricio Argiró, quienes habían juntado unas 2.500 firmas de vecinos para detener la obra, porque argumentaban que se estaba violando la reglamentación, especialmente en lo que hace al Factor de Ocupación del Suelo (FOS), que establece la superficie máxima que debe ser ocupada con los usos establecidos, y al Factor de Ocupación Total (FOT), que fija la superficie máxima construible.
Luego, Romero retoma su caminata hasta al complejo llamado Domus, a la altura del 3.200. En ese punto, el diario le pregunta:
- ¿Estos edificios respetan el Código? ¿Acaso la línea de retiro municipal no debería ser de seis metros?
- Aquí hicimos algunas concesiones. Los dejamos que se corran hacia la vereda porque consideramos que eso no afecta el entorno. Se vinieron unos dos metros de más sobre la línea municipal.
- Pero al permitirles eso, también se exceden en la altura.
- Sí, es cierto. Al tener un menor retiro, superan un poco la altura exigida. Sin embargo, no creemos que eso haya causado un impacto urbano.
El trayecto continúa tierras abajo. Romero transita ahora por la vereda de unas oficinas corporativas, llamadas AlterCity Business Park. El proyecto consta de seis inmuebles de baja altura, aunque de momento han levantado tres. “Estos edificios de perímetro libre aseguran el cuidado de los espacios verdes”, explica, y pone de ejemplos, además, las edificaciones de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino y del Colegio Santa Rosa, localizadas más adelante.
De ese lado de la vereda norte, se encuentran también las tierras destinadas a la construcción del supermercado Gómez Pardo, cuyo proyecto fue aprobado por la intendencia en 2012. Le siguen unas torres residenciales denominadas Terrazas Park y un predio destinado a convertirse en una concesionaria de automóviles de la marca BMW -según Romero-.
Posteriormente, se observan las obras de City Place y de Yerba Buena Design, dos conjuntos habitacionales y de negocios que se cimentan al lado del Open Plaza, el primer centro comercial de esta avenida.
Un barrio privado y un country completan el paisaje de esa acera. Tras atravesar campos de caña de azúcar, se erige el edificio de la empresa León Alperovich Group. En total, harán tres torres.
“Esta construcción se adecua al Código. No obstante, en algún momento rechazamos la documentación, porque pensamos que estaban haciendo un quinto piso. Finalmente, comprendimos que se trataba de un remate arquitectónico”, razona.
En la mano sur, casi en frente, otra marca avanza en el armado de una concesionaria de automóviles. “Si logramos mantener controlados a todos los desarrollos inmobiliarios, la Perón será un pulmón verde para el resto de la ciudad. Lamentablemente, hay mucha construcción clandestina”, concluye Romero.
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