Por Marcelo Androetto
06 Abril 2015
FESTEJARON CON LA “BANDA”. Ariel Rojas, Sebastián Driussi y Fernando Cavenaghi celebran el gol que marcó Sánchez, que le sirvió al equipo de Marcelo Gallardo para derrotar por la mínima diferencia a San Lorenzo, en el Monumental de Núñez. télam
BUENOS AIRES.- Otra vez, Sánchez. Otra vez River ganador, San Lorenzo perdedor, por 1-0, igual que en los dos antecedentes inmediatos, en esa Recopa Sudamericana que el “millonario” levantó frente al equipo del Papa Francisco, que esta vez no tuvo una feliz Pascua, futbolísticamente hablando.
¿Será el peso de las estadísticas, de esas 20 victorias de diferencia en Primera división? ¿Será el recuerdo de ese doble cruce de principios de 2015, con sendos triunfos y festejo “millonario” en la Sudamericana? ¿O será que Bauza es un técnico cauteloso por naturaleza y se saca la careta sobre todo cuando juega de visitante ante su “Bestia Negra” (es decir. River)? Probablemente sea un poco de todo eso. Porque en un primer tiempo globalmente mal jugado, el “ciclón” en ningún momento se plantó como lo que era, el líder en soledad del torneo antes del arraque de la octava fecha. Y en ese primer tiempo, apenas una vez pisó el área local, una escapada mal resuelta por Mussis. River, con toda sus limitaciones a cuestas, con más de medio equipo “muletto”, con línea de tres experimental atrás y el regreso a la titularidad de Barovero y el “tucu” Kranevitter -en buen nivel ambos-, tras sus respectivas lesiones. Con todas esas particularidades y la cabeza puesta en Tigres, en Monterrey, en la Libertadores, el equipo de Gallardo fue más que San Lorenzo. Por vocación ofensiva y por presión en todas las líneas. Tanto que en corners, River goleaba 5-0 al final de la primera etapa. Y en el inicio de la segunda, la embocó con una vieja fórmula, el desborde con centro de primera de Rojas por izquierda, y la llegada a todo vapor del uruguayo Sánchez por derecha, para tocar al gol. Y siguieron llegando los corners para River. Bauza al final reaccionó en el banco e hizo saltar a la cancha primero a Cauteruccio y después a Romagnoli. El “Pipi”, con poco, volvió a demostrar que es de los pocos distintos.
La única mancha de River fue que tenía el partido servido en bandeja y no lo supo deglutir a San Lorenzo, por eso terminó sufriendo -y con Kranevitter amonestado-, bajo el influjo de un resultado exiguo, que se le pudo escabullir sobre el final en esa que Barovero le tapó en gran forma a Villalba.
Ganó River y alcanzó la línea de su vencido y de Central. Ahora el equipo de Gallardo viaja a México con el antecedente de cuatro victorias al hilo, incluida la Supercopa Euroamericana frente al Sevilla. La vida le pinta mejor al “millo” que hace tres semanas atrás. San Lorenzo, en tanto, se lamentará por la oportunidad perdida, por una semana que arrancó “santa” pero terminó embarrado en el “pecado” imperdonable de no haberse animado a más.
¿Será el peso de las estadísticas, de esas 20 victorias de diferencia en Primera división? ¿Será el recuerdo de ese doble cruce de principios de 2015, con sendos triunfos y festejo “millonario” en la Sudamericana? ¿O será que Bauza es un técnico cauteloso por naturaleza y se saca la careta sobre todo cuando juega de visitante ante su “Bestia Negra” (es decir. River)? Probablemente sea un poco de todo eso. Porque en un primer tiempo globalmente mal jugado, el “ciclón” en ningún momento se plantó como lo que era, el líder en soledad del torneo antes del arraque de la octava fecha. Y en ese primer tiempo, apenas una vez pisó el área local, una escapada mal resuelta por Mussis. River, con toda sus limitaciones a cuestas, con más de medio equipo “muletto”, con línea de tres experimental atrás y el regreso a la titularidad de Barovero y el “tucu” Kranevitter -en buen nivel ambos-, tras sus respectivas lesiones. Con todas esas particularidades y la cabeza puesta en Tigres, en Monterrey, en la Libertadores, el equipo de Gallardo fue más que San Lorenzo. Por vocación ofensiva y por presión en todas las líneas. Tanto que en corners, River goleaba 5-0 al final de la primera etapa. Y en el inicio de la segunda, la embocó con una vieja fórmula, el desborde con centro de primera de Rojas por izquierda, y la llegada a todo vapor del uruguayo Sánchez por derecha, para tocar al gol. Y siguieron llegando los corners para River. Bauza al final reaccionó en el banco e hizo saltar a la cancha primero a Cauteruccio y después a Romagnoli. El “Pipi”, con poco, volvió a demostrar que es de los pocos distintos.
La única mancha de River fue que tenía el partido servido en bandeja y no lo supo deglutir a San Lorenzo, por eso terminó sufriendo -y con Kranevitter amonestado-, bajo el influjo de un resultado exiguo, que se le pudo escabullir sobre el final en esa que Barovero le tapó en gran forma a Villalba.
Ganó River y alcanzó la línea de su vencido y de Central. Ahora el equipo de Gallardo viaja a México con el antecedente de cuatro victorias al hilo, incluida la Supercopa Euroamericana frente al Sevilla. La vida le pinta mejor al “millo” que hace tres semanas atrás. San Lorenzo, en tanto, se lamentará por la oportunidad perdida, por una semana que arrancó “santa” pero terminó embarrado en el “pecado” imperdonable de no haberse animado a más.
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