“La mayoría de los accidentes son por fallas humanas”

Tras el siniestro del avión en los Alpes franceses el estado psicológico de los pilotos quedó bajo la lupa. A 11.000 km de distancia de ese hecho que conmovió al mundo, el piloto tucumano Mauricio Falci cuenta cómo es la vida de quienes comandan aviones y por qué hay que seguir confiando en este medio de transporte.

Falci tiene 37 años. Después de una larga y costosa preparación, que incluyó horas de vuelo en el Aeroclub hasta un perfeccionamiento en EE.UU., cumplió su sueño: es piloto de Aerolíneas Argentinas.

- ¿Qué fue lo primero que sentiste cuando te enteraste de la caída del avión en Francia?

- La verdad es que sentí una profunda pena y me sorprendió mucho. En una situación normal, los accidentes de avión deberían ser cero. Al común de la gente sí le causa otro tipo de sensación más fuerte por la falta de conocimiento. De por sí, la mayoría de las personas son aprehensivas al vuelo en avión por naturaleza, quizás porque el hombre no ha sido diseñado para andar a 12 km sobre el nivel del mar. El transporte aéreo sigue siendo el más seguro del mundo, incluso tenemos aviones nuevos y con altísima tecnología. La gente está muy capacitada, estudió mucho.

- ¿Cómo cumplen las funciones en la cabina?

- Está todo escrito. En cada punto del recorrido, hay previsto un “plan B” por si hay una falla. Todo está en una gran cantidad de manuales. Existen procedimientos de descenso de emergencia. Son un par las fallas cruciales que te hacen descender un avión: falla en un motor, despresurización de la cabina, humo en cabina y para todo está estipulado una serie de acciones a realizar. Para tener en cuenta: si falla un motor, el avión puede despegar perfectamente y volar de manera segura hasta el aeropuerto próximo más adecuado.

- Cada vez los avances tecnológicos son mayores. ¿Qué porcentaje de responsabilidad humana y qué de cuestión tecnológica hay en los accidentes?

- El mayor porcentaje se lo lleva la falla humana, desde el punto de vista tecnológico están minimizadas a niveles muy bajos las fallas. Cuando ocurren accidentes es por una sucesión de errores, nunca por uno sólo. Estamos volando aviones nuevos y, además, equipados con la última tecnología. El problema es que el ser humano no es perfecto entonces el error siempre va a existir. Para disminuirlos al mínimo tenemos entrenamientos obligatorios cada seis meses en simuladores que imitan exactamente el funcionamiento y fallas en el avión. Están en Ezeiza. Los procedimientos están estandarizados. No hay nada librado al azar.

-¿Qué tan “de punta” o modernos son nuestros aviones?

- Los aviones con los que volamos hoy en día son de última generación. La empresa para la que trabajo incorporó muchos aviones nuevos.

- ¿Cuántos años se estudia para ser piloto comercial?

- Son varias etapas. Se deben cumplir horas específicas de entrenamiento y la teoría correspondiente. Es una carrera bastante costosa. En Argentina lo mínimo requerido para poder estar en una aerolínea es cumplir 900 horas de vuelo.

- ¿Es fácil la vida de un piloto?

- (Se ríe) Un día puedo arrancar a las 3 am, y otro a las 18. Siempre se respetan a rajatabla los tiempos mínimos de descansos y los máximos de servicios según un decreto de ley que nos rige. A fin de mes recibís la planificación de vuelos del mes siguiente así que ya sabés qué días trabajás, los horarios, los destinos, todo. Yo disfruto mucho cada vez que salgo a trabajar.

- ¿Sos consciente que cada vez que volás podés morir?

- No pienso en eso, lo tengo asociado a que eso sucede cuando no cumplís los procedimientos establecidos.

- ¿Y cómo manejás psicológicamente el hecho de tener en tus manos la vida de casi 200 personas en cada vuelo?

- Con mucha tranquilidad, porque estoy capacitado para ello y, además, yo también tengo familia a la que quiero volver a ver.