Por Luis María Ruiz
24 Marzo 2015
Cristian Bulacio: “lo poco que tenía lo había conseguido trabajando”
Había sido calificado como “vago de miércoles” la semana pasada por la senadora Rojkés de Alperovich, según se advierte en un video. Ayer, el joven de 32 años habló con LA GACETA y aseguró que sólo pretendía que la primera dama garantizara más niveladoras para la zona, azotada por las inundaciones.
CAOS. Bulacio, parado frente a su casa, explica el desastre que generaron las inundaciones en la zona donde vive. la gaceta / fotos de antoni ferroni
“No me da vergüenza decirlo: no tengo trabajo fijo, pero hago lo que sea para ayudar a mi familia”. Cristian Bulacio está parado sobre el suelo aún barroso de su inundado y conmocionado pueblo, El Molino. Allí todavía resuena el grito que profirió el miércoles pasado la senadora nacional y primera dama tucumana, Beatriz Rojkés de Alperovich: “¡vago de miércoles!”
La frase estaba dirigida a Bulacio, y él asegura que le “dolió mucho”; sin embargo, el calificativo no perforó su orgullo. “No siento vergüenza”, insiste el joven, quien lleva vividos 28 de sus 32 años en esa localidad, ubicada a unos 15 kilómetros de Concepción y cercana al hoy amenazante río Jaya. Con voz serena y evidente timidez enuncia luego los oficios aprendidos desde que acabó la escuela primaria, a los 12 años, cuando tuvo que empezar a hacer changas en fincas de la zona junto a su padre. “Yo junto papas, hacho cañas, junto limones, trabajo en los arándanos... hago de todo. No tengo la suerte de entrar a alguna empresa. No puedo. Y lo poco que tenía lo había conseguido trabajando”, relata Bulacio, añorando lo que se llevaron de su casa el agua y el barro en los últimos 15 días.
El jornalero es uno de los protagonistas del video capturado el miércoles pasado con el teléfono celular de un vecino, en el que se observa a la senadora Rojkés de Alperovich en un tenso cruce con habitantes de El Molino. La grabación se viralizó el domingo pasado por las redes sociales y repercutió en medios de todo el país; por eso, Bulacio siente la necesidad de aclarar que no es un “vago de miércoles”. Incluso, hasta hace pocos días, tenía todo listo para tratar de progresar, y abandonar por fin la dura vida del cosechero. Pero a su anhelo también se lo llevó la terrible crecida.
Hace unas dos semanas, en una medianoche tormentosa, llegó la primera inundación. Bulacio se abocó con desesperación a que sus dos sobrinos, su abuela y una tía que padece problemas motrices llegaran a un lugar seguro. Por eso, el lodo se devoró los $ 14.000 que tenía ahorrados en su casa para viajar a Buenos Aires, donde iba a comprar ropa para vender en esta provincia. “Jamás tuve un plan social (estatal) y menos (anduve) con algún político. La política no me interesa. No me interesa”, subraya Bulacio, en diálogo con LA GACETA. Y agrega que, contrariamente a lo señalado por la esposa del gobernador José Alperovich, nadie lo “mandó” a discutir con ella. “No me pondría (sic) nunca en el juego de ningún político”, afirma.
La discusión
El miércoles de la semana pasada, al atardecer, Rojkés de Alperovich y una comitiva de dirigentes oficialistas (entre los que estaban la ministra de Desarrollo Social Beatriz Mirkin y el legislador alperovichista Iván Llorens Dip) llegaron a El Molino. Allí, observaron los destrozos que habían generado las sucesivas inundaciones en el pueblo y tomaron nota de algunos pedidos. Cuando subieron a la combi oficial para continuar su camino, fueron interceptados por un grupo de vecinos. Algunos les pedían que visitaran sus casas; Bulacio, en cambio, insistía para que fueran enviadas más máquinas niveladoras para evitar nuevas inundaciones.
La filmación que difundió el vecino -que nadie en el poblado quiso identificar- dura 6 minutos y 41 segundos. Allí se escucha a Bulacio preguntándole a Rojkés de Alperovich: “¿cómo podemos estar tranquilos, si acá no dormimos?” y señalándole que ella “tiene el poder para hacer las cosas”. “Por eso estoy acá”, le responde la senadora.
Segundos después, la discusión se torna más tensa. Incluso, la primera dama le reprocha al jornalero que se hiciera “el machito” en ese contexto. “Gracias por decirme que me lleve el río. Usted tiene una casa, una mansión allá”, le contesta Bulacio, apuntando con el índice hacia un lugar indefinido. Entonces, Rojkés de Alperovich expresa la frase que repercutió en todo el país. “¡Yo tengo 10 mansiones, no una, y estoy acá! ¡Yo puedo estar en mi mansión ahora, pedazo de animal, vago de miércoles!”, le dice al cosechero. “¿Vago? -lanza Bulacio, mientras la esposa del gobernador regresa a la combi- Eso no se dice. Y ustedes son todos ladrones”. Allí finaliza la grabación.
Luto bajo el cielo gris
Bulacio tiene los ojos enrojecidos, porque acaba de volver del sepelio de María, una mujer embarazada cuya muerte profundizó la sensación de tristeza en El Molino.
Algunos hablan de un accidente; otros, de un hecho más grave. Ayer, más allá de cuál sea la verdad del caso, la mayoría de los vecinos estuvo en el sepelio. El cielo gris acompañaba el luto de siete niños que quedaron sin su madre.
Frente a la casa manchada por el barro, en la que vive junto a sus padres y dos sobrinos, Bulacio dice que prefiere no hablar sobre el caso de María. Sí sobre el cielo gris, indicio de una nueva posible tormenta. “Lo único que le pedía (a la senadora) y le pido todavía son las máquinas. Son la única solución para que uno pueda dormir tranquilo acá. No sé por qué ella se enojó y me trató así; ella lo sabrá; pero en ningún momento la ofendí ni la traté mal. La situación nuestra es desesperante, porque estamos durmiendo a la orilla de la ruta y con miedo a que nos llegue el agua de nuevo hasta acá. Había un metro de barro en mi casa, en la casa de mi abuela, y todos los vecinos igual”, agrega el cosechero, afligido.
Alicia de Bulacio, madre del joven que discutió con Rojkés, afirma que el domingo pasado vio la filmación y que sintió “bronca”.
“Nosotros queríamos sentir una palabra de alivio, y (la senadora) no nos dio nada, nos vino a maltratar, nada más”, sostiene la mujer. Ella considera que la esposa del gobernador ha agredido a su hijo. “Me sentí mal. Esta señora (por Rojkés) tiene muchos estudios, y que venga a tratar mal, no sólo a mi hijo, sino a todo el pueblo... A todos nos ha tratado de animales, dijo que nos lleve el río...”, expresa Alicia de Bulacio. E insiste en que su hijo “no le faltó el respeto a la senadora”. “Ella encima dice que es mandado (por la oposición). Pero él lo que pide son máquinas, que se nos solucione el problema del río, y esto no es sólo para él, sino para toda la gente”, añade la madre del cosechero. Y aclara que no quedó conforme con el pedido de disculpas de la esposa del gobernador.
Cristian Bulacio, pese a haber quedado en el centro de la polémica por su discusión con la primera dama, no siente miedo. “¿Miedo a qué, si no hice nada malo? El único miedo que tenemos acá es el río, nada más, y por eso buscamos una solución para el pueblo de El Molino y de La Angostura”, remarca el joven. Luego, responde la última pregunta:
- ¿Acepta el pedido de disculpas?
- Sí, o sea, yo no sé qué le habrá pasado. No voy a hablar mal de ella; me comentaron que hubo disculpas, pero no sé nada más.
La frase estaba dirigida a Bulacio, y él asegura que le “dolió mucho”; sin embargo, el calificativo no perforó su orgullo. “No siento vergüenza”, insiste el joven, quien lleva vividos 28 de sus 32 años en esa localidad, ubicada a unos 15 kilómetros de Concepción y cercana al hoy amenazante río Jaya. Con voz serena y evidente timidez enuncia luego los oficios aprendidos desde que acabó la escuela primaria, a los 12 años, cuando tuvo que empezar a hacer changas en fincas de la zona junto a su padre. “Yo junto papas, hacho cañas, junto limones, trabajo en los arándanos... hago de todo. No tengo la suerte de entrar a alguna empresa. No puedo. Y lo poco que tenía lo había conseguido trabajando”, relata Bulacio, añorando lo que se llevaron de su casa el agua y el barro en los últimos 15 días.
El jornalero es uno de los protagonistas del video capturado el miércoles pasado con el teléfono celular de un vecino, en el que se observa a la senadora Rojkés de Alperovich en un tenso cruce con habitantes de El Molino. La grabación se viralizó el domingo pasado por las redes sociales y repercutió en medios de todo el país; por eso, Bulacio siente la necesidad de aclarar que no es un “vago de miércoles”. Incluso, hasta hace pocos días, tenía todo listo para tratar de progresar, y abandonar por fin la dura vida del cosechero. Pero a su anhelo también se lo llevó la terrible crecida.
Hace unas dos semanas, en una medianoche tormentosa, llegó la primera inundación. Bulacio se abocó con desesperación a que sus dos sobrinos, su abuela y una tía que padece problemas motrices llegaran a un lugar seguro. Por eso, el lodo se devoró los $ 14.000 que tenía ahorrados en su casa para viajar a Buenos Aires, donde iba a comprar ropa para vender en esta provincia. “Jamás tuve un plan social (estatal) y menos (anduve) con algún político. La política no me interesa. No me interesa”, subraya Bulacio, en diálogo con LA GACETA. Y agrega que, contrariamente a lo señalado por la esposa del gobernador José Alperovich, nadie lo “mandó” a discutir con ella. “No me pondría (sic) nunca en el juego de ningún político”, afirma.
La discusión
El miércoles de la semana pasada, al atardecer, Rojkés de Alperovich y una comitiva de dirigentes oficialistas (entre los que estaban la ministra de Desarrollo Social Beatriz Mirkin y el legislador alperovichista Iván Llorens Dip) llegaron a El Molino. Allí, observaron los destrozos que habían generado las sucesivas inundaciones en el pueblo y tomaron nota de algunos pedidos. Cuando subieron a la combi oficial para continuar su camino, fueron interceptados por un grupo de vecinos. Algunos les pedían que visitaran sus casas; Bulacio, en cambio, insistía para que fueran enviadas más máquinas niveladoras para evitar nuevas inundaciones.
La filmación que difundió el vecino -que nadie en el poblado quiso identificar- dura 6 minutos y 41 segundos. Allí se escucha a Bulacio preguntándole a Rojkés de Alperovich: “¿cómo podemos estar tranquilos, si acá no dormimos?” y señalándole que ella “tiene el poder para hacer las cosas”. “Por eso estoy acá”, le responde la senadora.
Segundos después, la discusión se torna más tensa. Incluso, la primera dama le reprocha al jornalero que se hiciera “el machito” en ese contexto. “Gracias por decirme que me lleve el río. Usted tiene una casa, una mansión allá”, le contesta Bulacio, apuntando con el índice hacia un lugar indefinido. Entonces, Rojkés de Alperovich expresa la frase que repercutió en todo el país. “¡Yo tengo 10 mansiones, no una, y estoy acá! ¡Yo puedo estar en mi mansión ahora, pedazo de animal, vago de miércoles!”, le dice al cosechero. “¿Vago? -lanza Bulacio, mientras la esposa del gobernador regresa a la combi- Eso no se dice. Y ustedes son todos ladrones”. Allí finaliza la grabación.
Luto bajo el cielo gris
Bulacio tiene los ojos enrojecidos, porque acaba de volver del sepelio de María, una mujer embarazada cuya muerte profundizó la sensación de tristeza en El Molino.
Algunos hablan de un accidente; otros, de un hecho más grave. Ayer, más allá de cuál sea la verdad del caso, la mayoría de los vecinos estuvo en el sepelio. El cielo gris acompañaba el luto de siete niños que quedaron sin su madre.
Frente a la casa manchada por el barro, en la que vive junto a sus padres y dos sobrinos, Bulacio dice que prefiere no hablar sobre el caso de María. Sí sobre el cielo gris, indicio de una nueva posible tormenta. “Lo único que le pedía (a la senadora) y le pido todavía son las máquinas. Son la única solución para que uno pueda dormir tranquilo acá. No sé por qué ella se enojó y me trató así; ella lo sabrá; pero en ningún momento la ofendí ni la traté mal. La situación nuestra es desesperante, porque estamos durmiendo a la orilla de la ruta y con miedo a que nos llegue el agua de nuevo hasta acá. Había un metro de barro en mi casa, en la casa de mi abuela, y todos los vecinos igual”, agrega el cosechero, afligido.
Alicia de Bulacio, madre del joven que discutió con Rojkés, afirma que el domingo pasado vio la filmación y que sintió “bronca”.
“Nosotros queríamos sentir una palabra de alivio, y (la senadora) no nos dio nada, nos vino a maltratar, nada más”, sostiene la mujer. Ella considera que la esposa del gobernador ha agredido a su hijo. “Me sentí mal. Esta señora (por Rojkés) tiene muchos estudios, y que venga a tratar mal, no sólo a mi hijo, sino a todo el pueblo... A todos nos ha tratado de animales, dijo que nos lleve el río...”, expresa Alicia de Bulacio. E insiste en que su hijo “no le faltó el respeto a la senadora”. “Ella encima dice que es mandado (por la oposición). Pero él lo que pide son máquinas, que se nos solucione el problema del río, y esto no es sólo para él, sino para toda la gente”, añade la madre del cosechero. Y aclara que no quedó conforme con el pedido de disculpas de la esposa del gobernador.
Cristian Bulacio, pese a haber quedado en el centro de la polémica por su discusión con la primera dama, no siente miedo. “¿Miedo a qué, si no hice nada malo? El único miedo que tenemos acá es el río, nada más, y por eso buscamos una solución para el pueblo de El Molino y de La Angostura”, remarca el joven. Luego, responde la última pregunta:
- ¿Acepta el pedido de disculpas?
- Sí, o sea, yo no sé qué le habrá pasado. No voy a hablar mal de ella; me comentaron que hubo disculpas, pero no sé nada más.
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