Por Abrehu Carlos
22 Marzo 2015
El senador nacional Carlos Almirón (FR) murió el 17 de diciembre de 1999. La cobertura de la vacante desató una borrasca política que alcanzó su máxima intensidad en mayo del año siguiente.
El modo de reemplazo estaba regulado por la Constitución Nacional de 1994, que en su cláusula transitoria cuarta favorecía la conservación de la banca por el bussismo. Aún no votaba el electorado a los senadores, experiencia que tuvo lugar antes en 1951 y en 1973. La Legislatura era la gran electora.
Pese al cepo constitucional, el gobierno de Julio Miranda maniobró para que la Cámara provincial bloqueara la aplicación de la letra constitucional. Lo político prevalecía sobre lo jurídico. Miranda, en el ámbito comarcano, estaba empeñado en fortalecer su administración, para lo cual necesitaba dividir a sus adversarios. En ese esquema, el debilitamiento del bussismo era una prioridad de primer orden.
Las primeras fintas
La convención radical que sesionó el 30 de abril dio mandato a sus legisladores para que no voten a un radical, ya que la banca es de FR. Prevalecía la idea de no hacerle el juego al peronismo. Se invocó, además, el fallo del juez electoral Jorge Parache que desestimaba el pliego presentado por el radical Miguel Mibelli como candidato a ocupar la plaza de Almirón
Javier Morof, apoderado de FR, pidió a la comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura que rechazara el pliego de Mibelli y de todo otro pretendiente que no sea republicano. Argumentó que en octubre del 95 la Justicia Electoral Nacional reconoció que Antonio Domingo Bussi y Almirón podían ser candidatos.
La situación judicial del ex jefe de la represión militar se complicaba día a día. Ante eso, en FR se puso en marcha un complejo mecanismo de selección del sucesor de Almirón. No obstante, el ultrabussista Roberto de la Orden proclamó la banca es de Bussi o de nadie.
Pero la Cámara de Diputados de la Nación le asestó un golpe decisivo a la chance del ex gobernador al rechazarle su diploma por manifiesta inhabilidad moral y carencia de idoneidad constitucional.
A todo esto, el juez electoral Jorge Parache declaró nula la asamblea radical por falta de quórum, ante una demanda de Mibelli. Este incluyó al ex diputado Armando Neri Santillán como suplente. Desde Buenos Aires, el senador justicialista Jorge Yoma vaticinaba: la banca será de la Alianza, de la que formaba parte la UCR. Bussi, en tanto, esperaba un fallo favorable de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Un complejo proceso electivo se ponía en marcha. Consagró a Pablo Walter como candidato suplente a la banca de Almirón. Y el apoderado Morof presentó el pliego Bussi-Walter en la comisión de Asuntos Constituciones de la Legislatura. Esta, por mayoría, dio dictamen favorable al dúo Mibelli-Santillán (Alianza), pese a que no estaba certificado por el juez Parache. El PJ votó por expreso pedido del gobernador Miranda, manifestó Gerónimo Vargas Aignasse. Mibelli no puede ser electo senador porque la banca le pertenece a FR, analizó el constitucionalista Luis Iriarte.
La traba en el Congreso
La Legislatura, con el voto de 14 peronistas, tres radicales, Gumersindo Parajón (Pueblo Unido) y Javier Lobo Aragón ungió a Mibelli-Santillán. En contra votaron el Movimiento Independiente, los dos bloques de origen republicano, los aliancistas Rubén Chebaia y Rodolfo Succar, así como cuatro peronistas cercanos a Olijela Rivas.
Sin embargo, en el Senado, antes de terminar mayo frustraron el intento de Mibelli. Hubo rechazos en el PJ y en la UCR. Había razones jurídicas.
El modo de reemplazo estaba regulado por la Constitución Nacional de 1994, que en su cláusula transitoria cuarta favorecía la conservación de la banca por el bussismo. Aún no votaba el electorado a los senadores, experiencia que tuvo lugar antes en 1951 y en 1973. La Legislatura era la gran electora.
Pese al cepo constitucional, el gobierno de Julio Miranda maniobró para que la Cámara provincial bloqueara la aplicación de la letra constitucional. Lo político prevalecía sobre lo jurídico. Miranda, en el ámbito comarcano, estaba empeñado en fortalecer su administración, para lo cual necesitaba dividir a sus adversarios. En ese esquema, el debilitamiento del bussismo era una prioridad de primer orden.
Las primeras fintas
La convención radical que sesionó el 30 de abril dio mandato a sus legisladores para que no voten a un radical, ya que la banca es de FR. Prevalecía la idea de no hacerle el juego al peronismo. Se invocó, además, el fallo del juez electoral Jorge Parache que desestimaba el pliego presentado por el radical Miguel Mibelli como candidato a ocupar la plaza de Almirón
Javier Morof, apoderado de FR, pidió a la comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura que rechazara el pliego de Mibelli y de todo otro pretendiente que no sea republicano. Argumentó que en octubre del 95 la Justicia Electoral Nacional reconoció que Antonio Domingo Bussi y Almirón podían ser candidatos.
La situación judicial del ex jefe de la represión militar se complicaba día a día. Ante eso, en FR se puso en marcha un complejo mecanismo de selección del sucesor de Almirón. No obstante, el ultrabussista Roberto de la Orden proclamó la banca es de Bussi o de nadie.
Pero la Cámara de Diputados de la Nación le asestó un golpe decisivo a la chance del ex gobernador al rechazarle su diploma por manifiesta inhabilidad moral y carencia de idoneidad constitucional.
A todo esto, el juez electoral Jorge Parache declaró nula la asamblea radical por falta de quórum, ante una demanda de Mibelli. Este incluyó al ex diputado Armando Neri Santillán como suplente. Desde Buenos Aires, el senador justicialista Jorge Yoma vaticinaba: la banca será de la Alianza, de la que formaba parte la UCR. Bussi, en tanto, esperaba un fallo favorable de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Un complejo proceso electivo se ponía en marcha. Consagró a Pablo Walter como candidato suplente a la banca de Almirón. Y el apoderado Morof presentó el pliego Bussi-Walter en la comisión de Asuntos Constituciones de la Legislatura. Esta, por mayoría, dio dictamen favorable al dúo Mibelli-Santillán (Alianza), pese a que no estaba certificado por el juez Parache. El PJ votó por expreso pedido del gobernador Miranda, manifestó Gerónimo Vargas Aignasse. Mibelli no puede ser electo senador porque la banca le pertenece a FR, analizó el constitucionalista Luis Iriarte.
La traba en el Congreso
La Legislatura, con el voto de 14 peronistas, tres radicales, Gumersindo Parajón (Pueblo Unido) y Javier Lobo Aragón ungió a Mibelli-Santillán. En contra votaron el Movimiento Independiente, los dos bloques de origen republicano, los aliancistas Rubén Chebaia y Rodolfo Succar, así como cuatro peronistas cercanos a Olijela Rivas.
Sin embargo, en el Senado, antes de terminar mayo frustraron el intento de Mibelli. Hubo rechazos en el PJ y en la UCR. Había razones jurídicas.
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