21 Marzo 2015
BREVE. Zaffaroni habló ocho minutos, y ningún abogado le hizo preguntas. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Apenas ocho minutos duró la declaración testimonial que brindó el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Eugenio Zaffaroni en el juicio por delitos de lesa humanidad que se sustancia contra el ex juez federal Manlio Martínez. La obstinación de los abogados intervinientes en el proceso, de no ser quien comience la ronda de preguntas, hizo que el tribunal decida finalizar la exposición a poco de iniciada.
A las 9.38 Zaffaroni se sentó ante al tribunal, integrado por Hugo Cataldi (presidente), José Asis y Mario Garzón. Cataldi lo saludó, y le refirió las formalidades legales del caso. Luego, le dijo que habían decidido citarlo a raíz de que había sido nombrado por el imputado.
Martínez, que fue juez federal entre 1974 y 1984, está sospechado por sus “acciones y omisiones” durante la investigación de la matanza de cinco militantes de Montoneros ocurrida en mayo de 1976, en un domicilio particular de esta capital. Según la Fiscalía, su desempeño habría producido la legitimación de la ejecución extrajudicial del grupo por parte de policías y militares y habría asegurado la impunidad para quienes la llevaron adelante. También se aborda la detención posterior del dueño del inmueble, ordenada por él.
Durante una declaración, Martínez había dicho que en aquellos años los magistrados trabajaban con “fales” en la cabeza, en referencia a que los militares los amenazaban con el Fusil Automático Liviano (de allí la denominación “FAL”). Durante esos dichos, indicó que se había comunicado con magistrados que fueron sus contemporáneos, para que contaran lo vivido. En ese contexto mencionó a Zaffaroni. En concreto, dijo que había intercambiado correos electrónicos con este. El tribunal resolvió citar al ex ministro de la Corte.
Zaffaroni confirmó el intercambio de mails, pero dijo que no conocía en persona a Martínez. Expresó que no recordaba haber estado en Tucumán durante la dictadura y dijo desconocer cómo era el trabajo de los magistrados en la provincia durante aquellos años. “No tengo conocimiento particular sobre lo sucedido en la Justicia federal de la provincia”, afirmó.
Cataldi se dirigió, entonces, al fiscal general Diego Velasco, para ver si este indagaría a Zaffaroni. “En base a las preguntas de las defensa, esta Fiscalía tendrá interés o no para manifestar alguna pregunta. Pero nosotros, al no haberlo ofrecido (como testigo a Zaffaroni), y ante su manifestación de que no conoce la situación que se vivía en Tucumán ni a Martínez, no tenemos interés (de hacerle preguntas)”, dijo. Algo similar le respondieron los querellantes Bernardo Lobo Bugeau y Emilio Guagnini al presidente del tribunal.
Este se dirigió al defensor de Martínez, Manuel Bonnin, y le formuló el mismo convite de iniciar el cuestionario a Zaffaroni. “Este ‘pase de pelota’ a la defensa, para que demostremos la estrategia que podemos llevar adelante en relación al testigo, no se condice con una buena defensa. Si preguntamos primero perdemos la ventaja que ellos (Fiscalía y querellantes) quieren lograr. De ninguna manera vamos a preguntar antes; no corresponde: no lo convocamos nosotros. Que resuelva el tribunal”, espetó.
A las 9.46, Cataldi, Asis y Garzón decidieron dar por concluida la declaración de Zaffaroni. Mediante su abogado, Martínez manifestó su deseo de formular preguntas al ex ministro de la Corte. Pero el presidente del tribunal dijo que resolverían si era pertinente y, en consecuencia, volverían a citarlo o no.
¿Qué ocurrió?, preguntó LA GACETA a Zaffaroni, antes de que se retire. “No tengo idea. Hubo un intercambio de mails con (Martínez), que me planteó si estaba dispuesto a venir como testigo; le dije que sí, advirtiéndole que no conocía nada sobre lo sucedido en Tucumán. Yo (durante) la dictadura era juez de sentencia, ordinario, no federal; y creo que en los años de la dictadura ni pasé por Tucumán”, dijo.
A las 9.38 Zaffaroni se sentó ante al tribunal, integrado por Hugo Cataldi (presidente), José Asis y Mario Garzón. Cataldi lo saludó, y le refirió las formalidades legales del caso. Luego, le dijo que habían decidido citarlo a raíz de que había sido nombrado por el imputado.
Martínez, que fue juez federal entre 1974 y 1984, está sospechado por sus “acciones y omisiones” durante la investigación de la matanza de cinco militantes de Montoneros ocurrida en mayo de 1976, en un domicilio particular de esta capital. Según la Fiscalía, su desempeño habría producido la legitimación de la ejecución extrajudicial del grupo por parte de policías y militares y habría asegurado la impunidad para quienes la llevaron adelante. También se aborda la detención posterior del dueño del inmueble, ordenada por él.
Durante una declaración, Martínez había dicho que en aquellos años los magistrados trabajaban con “fales” en la cabeza, en referencia a que los militares los amenazaban con el Fusil Automático Liviano (de allí la denominación “FAL”). Durante esos dichos, indicó que se había comunicado con magistrados que fueron sus contemporáneos, para que contaran lo vivido. En ese contexto mencionó a Zaffaroni. En concreto, dijo que había intercambiado correos electrónicos con este. El tribunal resolvió citar al ex ministro de la Corte.
Zaffaroni confirmó el intercambio de mails, pero dijo que no conocía en persona a Martínez. Expresó que no recordaba haber estado en Tucumán durante la dictadura y dijo desconocer cómo era el trabajo de los magistrados en la provincia durante aquellos años. “No tengo conocimiento particular sobre lo sucedido en la Justicia federal de la provincia”, afirmó.
Cataldi se dirigió, entonces, al fiscal general Diego Velasco, para ver si este indagaría a Zaffaroni. “En base a las preguntas de las defensa, esta Fiscalía tendrá interés o no para manifestar alguna pregunta. Pero nosotros, al no haberlo ofrecido (como testigo a Zaffaroni), y ante su manifestación de que no conoce la situación que se vivía en Tucumán ni a Martínez, no tenemos interés (de hacerle preguntas)”, dijo. Algo similar le respondieron los querellantes Bernardo Lobo Bugeau y Emilio Guagnini al presidente del tribunal.
Este se dirigió al defensor de Martínez, Manuel Bonnin, y le formuló el mismo convite de iniciar el cuestionario a Zaffaroni. “Este ‘pase de pelota’ a la defensa, para que demostremos la estrategia que podemos llevar adelante en relación al testigo, no se condice con una buena defensa. Si preguntamos primero perdemos la ventaja que ellos (Fiscalía y querellantes) quieren lograr. De ninguna manera vamos a preguntar antes; no corresponde: no lo convocamos nosotros. Que resuelva el tribunal”, espetó.
A las 9.46, Cataldi, Asis y Garzón decidieron dar por concluida la declaración de Zaffaroni. Mediante su abogado, Martínez manifestó su deseo de formular preguntas al ex ministro de la Corte. Pero el presidente del tribunal dijo que resolverían si era pertinente y, en consecuencia, volverían a citarlo o no.
¿Qué ocurrió?, preguntó LA GACETA a Zaffaroni, antes de que se retire. “No tengo idea. Hubo un intercambio de mails con (Martínez), que me planteó si estaba dispuesto a venir como testigo; le dije que sí, advirtiéndole que no conocía nada sobre lo sucedido en Tucumán. Yo (durante) la dictadura era juez de sentencia, ordinario, no federal; y creo que en los años de la dictadura ni pasé por Tucumán”, dijo.
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