17 Marzo 2015
PREOCUPADOS. Allegados a Juan Pablo Juárez esperan novedades afuera del sanatorio. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
El estado del deportista Juan Pablo Juárez fue mejorando ayer con el correr de las horas. El último parte médico hablaba de una evolución y anoche estaba consciente, aunque continúa en terapia intensiva. Mientras tanto, se desconoce quiénes fueron los autores de la brutal golpiza que le propinaron el domingo a la madrugada, cuando le robaron una mochila, un teléfono celular y las zapatillas que llevaba puestas. El deportista recibió un fuerte golpe en la cabeza, que le ocasionó una fractura de cráneo.
“Hay una leve mejoría, está todavía mejor que esta mañana. Está evolucionando y más consciente. Es una alegría para todos”, contó anoche Víctor Frías, quien es compañero de Juárez en todas las competencias que se organizan para deportistas trasplantados.
Frías se enteró del último parte médico de anoche por vía telefónica, ya que en ese momento se encontraba en la Catedral, donde se celebró una misa para pedir por la pronta recuperación del atleta agredido. “Recién me avisó su hermano por teléfono”, dijo, un poco más aliviado.
Al mediodía, Frías lo había visitado en el sanatorio 9 de Julio. “Me preguntaba qué le había pasado”, contó el deportista. Y agregó: “hay que pedirle a Dios que se mejore. Estamos todos muy tristes. Se lo necesita, es una persona muy amable y muy solidaria”.
Juárez y Frías habían estado entrenando juntos durante las últimas semanas porque tenían la esperanza de poder correr en el Mundial de transplantados que este año se realizará por primera vez en Argentina. La competencia se llevará a cabo en septiembre en Mar del Plata. Frías lamentó que, al igual que su amigo, tampoco podrá competir porque sus exámenes médicos no arrojaron buenos resultados y debió volver a las diálisis.
En cuanto a la investigación del hecho, todas las esperanzas están puestas en que el atleta se recupere y pueda relatar cómo sucedió el ataque. Sin su testimonio, son muy pocos los elementos con los que cuentan los investigadores para identificaron a los autores del hecho.
“Estamos haciendo que verifiquen una cámara de seguridad. Es muy poco lo que tenemos. Estamos tratando de reconstruir lo que pasó”, dijo ayer el fiscal de Instrucción de la V° Nominación, Washington Navarro Dávila, quien lleva adelante la investigación.
“Le pedimos a la Policía que verifique los negocios que tienen cámaras en la zona para ver si captaron algo”, agregó el fiscal.
El domingo a la madrugada, alrededor de las 2, Juárez tomó un taxi frente a la Terminal de Ómnibus y se bajó en la zona de avenidas Coronel Suárez y Benjamín Aráoz, para comprarle un helado a su esposa.
Sus allegados creen que lo atacaron cuando salió de la heladería. Una persona lo encontró la mañana siguiente, alrededor de las 6.30, en el parque 9 de Julio. Estaba sumergido en un charco de agua, descalzo, golpeado e inconsciente. Juárez fue llevado en ambulancia al hospital Padilla y más tarde su familia lo trasladó a un sanatorio privado.
“Hay una leve mejoría, está todavía mejor que esta mañana. Está evolucionando y más consciente. Es una alegría para todos”, contó anoche Víctor Frías, quien es compañero de Juárez en todas las competencias que se organizan para deportistas trasplantados.
Frías se enteró del último parte médico de anoche por vía telefónica, ya que en ese momento se encontraba en la Catedral, donde se celebró una misa para pedir por la pronta recuperación del atleta agredido. “Recién me avisó su hermano por teléfono”, dijo, un poco más aliviado.
Al mediodía, Frías lo había visitado en el sanatorio 9 de Julio. “Me preguntaba qué le había pasado”, contó el deportista. Y agregó: “hay que pedirle a Dios que se mejore. Estamos todos muy tristes. Se lo necesita, es una persona muy amable y muy solidaria”.
Juárez y Frías habían estado entrenando juntos durante las últimas semanas porque tenían la esperanza de poder correr en el Mundial de transplantados que este año se realizará por primera vez en Argentina. La competencia se llevará a cabo en septiembre en Mar del Plata. Frías lamentó que, al igual que su amigo, tampoco podrá competir porque sus exámenes médicos no arrojaron buenos resultados y debió volver a las diálisis.
En cuanto a la investigación del hecho, todas las esperanzas están puestas en que el atleta se recupere y pueda relatar cómo sucedió el ataque. Sin su testimonio, son muy pocos los elementos con los que cuentan los investigadores para identificaron a los autores del hecho.
“Estamos haciendo que verifiquen una cámara de seguridad. Es muy poco lo que tenemos. Estamos tratando de reconstruir lo que pasó”, dijo ayer el fiscal de Instrucción de la V° Nominación, Washington Navarro Dávila, quien lleva adelante la investigación.
“Le pedimos a la Policía que verifique los negocios que tienen cámaras en la zona para ver si captaron algo”, agregó el fiscal.
El domingo a la madrugada, alrededor de las 2, Juárez tomó un taxi frente a la Terminal de Ómnibus y se bajó en la zona de avenidas Coronel Suárez y Benjamín Aráoz, para comprarle un helado a su esposa.
Sus allegados creen que lo atacaron cuando salió de la heladería. Una persona lo encontró la mañana siguiente, alrededor de las 6.30, en el parque 9 de Julio. Estaba sumergido en un charco de agua, descalzo, golpeado e inconsciente. Juárez fue llevado en ambulancia al hospital Padilla y más tarde su familia lo trasladó a un sanatorio privado.
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