17 Marzo 2015
NAVEGANDO POR UN CAMINO. Un grupo de deportistas hace un alto en el trayecto; en sus kayaks llevan ayuda para las familias aisladas. gentileza ricardo ezequiel de cristobal
El dolor no tiene límites. Tampoco el gran esfuerzo que realizan los voluntarios para ayudar a quienes perdieron todo. Pero esto no alcanza para tapar la miseria. No sólo la miseria en la que viven las víctimas de las inundaciones, sino la de algunos dirigentes que parecen haberse olvidado de los caseríos más lejanos o, lo que es peor aún, la de aquellos que cometen irregularidades a la hora de entregar la ayuda.
“La gente no dejaba de agradecer cuando nos veían aparecer. Era la primera vez que alguien les llevaba algo, porque estaban aislados”, explicó Oscar Carrazana, presidente del Club de Pesca y Náutica de Concepción. Los integrantes de esta institución navegaron por las zonas inundadas llevando ayuda para los afectados.
“El sábado había muchísima gente ayudando a distribuir la mercadería que se recibió, pero nadie del Gobierno. Había grupos de voluntarios, gente en kayak y muchísimos particulares”, agregó Carrazana.
El lugar del encuentro de los pescadores fue la escuela de Niogasta, a 40 kilómetros de Concepción. De allí, llevaron las donaciones que habían recibido a las 20 familias de Sud de Lazarte que están encerradas por el agua desde hace ya una semana. “Se reunieron muchas cosas, pero el problema era que no había manera de trasladarlas”, contó Carrazana.
Pedido de la Policía
El directivo explicó que su club recibió un llamado de un oficial de Policía de Concepción. Les preguntó si podían ayudarlos. No dudaron un instante y cargaron tres botes con motor para dar una mano. Llegaron a las 8.30 de la mañana al establecimiento educativo y se fueron pasadas las 20 con la convicción de haber colaborado con quienes más lo necesitaban.
“El problema de esa gente aislada es que no tiene la más mínima posibilidad de salir a buscar las cosas que necesitan. Por suerte pudimos llevárselas”, comentó. “Los caminos están llenos de agua y en algunas zonas no hay profundidad suficiente para prender el motor, por lo que hay que empujar los botes”, añadió.
Ricardo Ezequiel de Cristóbal y Walter Juárez organizaron un grupo y fueron con sus kayaks al paraje La Junta, en Monteagudo. “El panorama en esa localidad es muy complicado. Les llevaron algunas provisiones en helicóptero”, explicó De Cristóbal. Sostuvo además que el principal obstáculo que debieron afrontar fue la correntada. De todos modos, al llegar a las zonas aisladas se encontraron con situaciones terribles.
“Había gente que nos comentaba que ellos aparecían en listas como si ya hubiesen recibidos colchones, pero, en realidad, no tenían ninguno. Les decíamos que denunciaran estas irregularidades, pero ellos nos respondían que no iban a hacerlo porque temen ser víctimas de represalias. Les terminamos entregando los colchones que habíamos utilizado nosotros en los techos de los vehículos para trasladar los kayaks”, recordó.
Prioridad
Carrazana y De Cristóbal coincidieron en que la vida en estos parajes demorará mucho en volver a la normalidad. “Necesitan la ayuda de todos. No pueden quedar olvidados, porque las pérdidas que sufrieron fue muy fuerte”, destacaron.
Dijeron que en las zonas más afectadas el panorama es más o menos el mismo: las escuelas son utilizadas como depósito de la ayuda que llega de toda la provincia. El problema es hacer llegar esas donaciones hasta los lugares en los que están los principales afectados. “Los clubes de pesca ofrecieron sus servicios y, como nosotros, esperamos un llamado para que, dentro de nuestras posibilidades, podamos colaborar”, insistió Carrazana.
Los voluntarios de ambas agrupaciones coincidieron en que se debe elaborar un plan para que la ayuda continúe llegando de manera diaria. “Evidentemente, el Estado no tiene todos los recursos para hacerlo, pero nosotros estamos dispuestos a colaborar. Por ejemplo, el Grupo Cero está a la par de la ruta listo para actuar, pero no cuentan con los elementos necesarios”, graficaron los deportistas.
“La gente no dejaba de agradecer cuando nos veían aparecer. Era la primera vez que alguien les llevaba algo, porque estaban aislados”, explicó Oscar Carrazana, presidente del Club de Pesca y Náutica de Concepción. Los integrantes de esta institución navegaron por las zonas inundadas llevando ayuda para los afectados.
“El sábado había muchísima gente ayudando a distribuir la mercadería que se recibió, pero nadie del Gobierno. Había grupos de voluntarios, gente en kayak y muchísimos particulares”, agregó Carrazana.
El lugar del encuentro de los pescadores fue la escuela de Niogasta, a 40 kilómetros de Concepción. De allí, llevaron las donaciones que habían recibido a las 20 familias de Sud de Lazarte que están encerradas por el agua desde hace ya una semana. “Se reunieron muchas cosas, pero el problema era que no había manera de trasladarlas”, contó Carrazana.
Pedido de la Policía
El directivo explicó que su club recibió un llamado de un oficial de Policía de Concepción. Les preguntó si podían ayudarlos. No dudaron un instante y cargaron tres botes con motor para dar una mano. Llegaron a las 8.30 de la mañana al establecimiento educativo y se fueron pasadas las 20 con la convicción de haber colaborado con quienes más lo necesitaban.
“El problema de esa gente aislada es que no tiene la más mínima posibilidad de salir a buscar las cosas que necesitan. Por suerte pudimos llevárselas”, comentó. “Los caminos están llenos de agua y en algunas zonas no hay profundidad suficiente para prender el motor, por lo que hay que empujar los botes”, añadió.
Ricardo Ezequiel de Cristóbal y Walter Juárez organizaron un grupo y fueron con sus kayaks al paraje La Junta, en Monteagudo. “El panorama en esa localidad es muy complicado. Les llevaron algunas provisiones en helicóptero”, explicó De Cristóbal. Sostuvo además que el principal obstáculo que debieron afrontar fue la correntada. De todos modos, al llegar a las zonas aisladas se encontraron con situaciones terribles.
“Había gente que nos comentaba que ellos aparecían en listas como si ya hubiesen recibidos colchones, pero, en realidad, no tenían ninguno. Les decíamos que denunciaran estas irregularidades, pero ellos nos respondían que no iban a hacerlo porque temen ser víctimas de represalias. Les terminamos entregando los colchones que habíamos utilizado nosotros en los techos de los vehículos para trasladar los kayaks”, recordó.
Prioridad
Carrazana y De Cristóbal coincidieron en que la vida en estos parajes demorará mucho en volver a la normalidad. “Necesitan la ayuda de todos. No pueden quedar olvidados, porque las pérdidas que sufrieron fue muy fuerte”, destacaron.
Dijeron que en las zonas más afectadas el panorama es más o menos el mismo: las escuelas son utilizadas como depósito de la ayuda que llega de toda la provincia. El problema es hacer llegar esas donaciones hasta los lugares en los que están los principales afectados. “Los clubes de pesca ofrecieron sus servicios y, como nosotros, esperamos un llamado para que, dentro de nuestras posibilidades, podamos colaborar”, insistió Carrazana.
Los voluntarios de ambas agrupaciones coincidieron en que se debe elaborar un plan para que la ayuda continúe llegando de manera diaria. “Evidentemente, el Estado no tiene todos los recursos para hacerlo, pero nosotros estamos dispuestos a colaborar. Por ejemplo, el Grupo Cero está a la par de la ruta listo para actuar, pero no cuentan con los elementos necesarios”, graficaron los deportistas.
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