15 Marzo 2015
La Cámara Federal de Salta rechazó un recurso de apelación presentado por la Dirección Nacional de Migraciones, quien había dispuesto la expulsión del país de David Santiago Franco Herhuay, porque había sido condenado por el delito de tráfico de estupefacientes. Con la firma de los camaristas Luis Renato Rabbi-Baldi Cabanillas y Jorge Luis Villada, Herhuay podrá seguir residiendo en Argentina, ya que cumplió la condena, tiene un trabajo estable y formó una familia.
Herhuay, de nacionalidad peruana, había sido detenido el 10 de septiembre de 1995, cuando había intentado ingresar al país con droga pero fue descubierto por Gendarmería Nacional. El 4 de julio de 1996 el Tribunal Oral Federal de Salta lo condenó a cinco años de prisión, la cual fue cumplida el 10 de mayo del 2000.
Durante el período que el condenado gozó de libertad condicional (desde el 20 de octubre de 1998), la Dirección Nacional de Migraciones le otorgó el beneficio de residencia precaria con autorización para realizar tareas rentadas.
En marzo de 2002, Herhuay solicitó que le permitan radicarse definitivamente en Argentina, donde había conseguido trabajo como zapatero y mantenía a sus tres hijas argentinas, las que asistían a la escuela. Pero la Dirección Nacional de Migraciones, en marzo de 2006, dispuso su expulsión del país, por lo que el hombre recurrió a la Justicia.
Los camaristas coincidieron en que aplicar la ley de migraciones, en este caso, contrariaba intereses defendidos por la Constitución Nacional, ya que además de haber pasado el doble del tiempo de la condena, Herhuay formó una familia y se gana la vida lícitamente. Por ello, podrá seguir en Argentina.
Herhuay, de nacionalidad peruana, había sido detenido el 10 de septiembre de 1995, cuando había intentado ingresar al país con droga pero fue descubierto por Gendarmería Nacional. El 4 de julio de 1996 el Tribunal Oral Federal de Salta lo condenó a cinco años de prisión, la cual fue cumplida el 10 de mayo del 2000.
Durante el período que el condenado gozó de libertad condicional (desde el 20 de octubre de 1998), la Dirección Nacional de Migraciones le otorgó el beneficio de residencia precaria con autorización para realizar tareas rentadas.
En marzo de 2002, Herhuay solicitó que le permitan radicarse definitivamente en Argentina, donde había conseguido trabajo como zapatero y mantenía a sus tres hijas argentinas, las que asistían a la escuela. Pero la Dirección Nacional de Migraciones, en marzo de 2006, dispuso su expulsión del país, por lo que el hombre recurrió a la Justicia.
Los camaristas coincidieron en que aplicar la ley de migraciones, en este caso, contrariaba intereses defendidos por la Constitución Nacional, ya que además de haber pasado el doble del tiempo de la condena, Herhuay formó una familia y se gana la vida lícitamente. Por ello, podrá seguir en Argentina.
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