14 Marzo 2015
PACIENCIA. Rolando Serrano deberá esperar para ser operado y para recuperarse hasta poder volver a los entrenamientos. la gaceta / foto de Diego Aráoz
Tuvo que abandonar las prácticas y frenar en la mitad de su preparación para debutar con San Martín en el Federal A, el domingo 22 contra Concepción FC. Rolando Serrano se perderá esa presentación y más porque un quiste en el hígado lo dejó de cama.
“Al principio no aguantaba el dolor y eso me impedía entrenar. Después me hice una ecografía y me salió que tenía un quiste”, cuenta “Chopy” sobre el momento duro cuando recibió el triste diagnóstico. “El miércoles 25 me van a operar porque se trata de un quiste grande, de cinco centímetros”, explica el lateral, ya sin dolores pero todavía sorprendido por lo que le toca vivir justo cuando entraba en la consideración de Darío Tempesta para ser titular.
“La verdad que tengo bronca porque hice una buena pretemporada y el DT me tenía muy en cuenta. Me largué a llorar porque no podía creer lo que me estaba pasando...”, se quiebra “Chopy”. Pero al instante vuelve con voz firme: “ya no queda otra que seguir y esperar la recuperación después de la operación”.
El jugador tendrá un mes de recuperación para volver a las prácticas, o al menos a trotar, después de ser operado. “Por ahora no puedo hacer nada de nada porque tengo que llegar bien a la operación, si me golpeo se me puede reventar el quiste, entonces tengo que hacer reposo. Además estoy a dieta, siguiendo los consejos que me dieron los médicos”, cuenta “Chopy” sobre el motivo por el cual se ausenta de los entrenamientos desde fines de febrero.
Apoyo incondicional
Serrano igual aprovechó algunos momentos para ir a visitar a sus compañeros durante las prácticas. “Es que lo que más estoy necesitando hoy es el apoyo de todos: de ellos y de mi familia, porque sé que tengo que estar fuerte por mi hijo. Dios quiera que salga todo bien”, pide “Chopy”.
Sus amigos del equipo le mandan mensajes y lo llaman seguido, esperando como todos su pronta recuperación, y eso a “Roly” le da fuerzas. “Nunca me operaron y tengo un poquito de miedo. Pero saco algo de todos ellos para estar bien”, reconoce. Tempesta también lo habló y eso le dio la tranquilidad que le faltaba: “me dijo que ya todo pasará. Y así será”.
“Al principio no aguantaba el dolor y eso me impedía entrenar. Después me hice una ecografía y me salió que tenía un quiste”, cuenta “Chopy” sobre el momento duro cuando recibió el triste diagnóstico. “El miércoles 25 me van a operar porque se trata de un quiste grande, de cinco centímetros”, explica el lateral, ya sin dolores pero todavía sorprendido por lo que le toca vivir justo cuando entraba en la consideración de Darío Tempesta para ser titular.
“La verdad que tengo bronca porque hice una buena pretemporada y el DT me tenía muy en cuenta. Me largué a llorar porque no podía creer lo que me estaba pasando...”, se quiebra “Chopy”. Pero al instante vuelve con voz firme: “ya no queda otra que seguir y esperar la recuperación después de la operación”.
El jugador tendrá un mes de recuperación para volver a las prácticas, o al menos a trotar, después de ser operado. “Por ahora no puedo hacer nada de nada porque tengo que llegar bien a la operación, si me golpeo se me puede reventar el quiste, entonces tengo que hacer reposo. Además estoy a dieta, siguiendo los consejos que me dieron los médicos”, cuenta “Chopy” sobre el motivo por el cual se ausenta de los entrenamientos desde fines de febrero.
Apoyo incondicional
Serrano igual aprovechó algunos momentos para ir a visitar a sus compañeros durante las prácticas. “Es que lo que más estoy necesitando hoy es el apoyo de todos: de ellos y de mi familia, porque sé que tengo que estar fuerte por mi hijo. Dios quiera que salga todo bien”, pide “Chopy”.
Sus amigos del equipo le mandan mensajes y lo llaman seguido, esperando como todos su pronta recuperación, y eso a “Roly” le da fuerzas. “Nunca me operaron y tengo un poquito de miedo. Pero saco algo de todos ellos para estar bien”, reconoce. Tempesta también lo habló y eso le dio la tranquilidad que le faltaba: “me dijo que ya todo pasará. Y así será”.
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