12 Marzo 2015
ASÍ QUEDÓ. El puente inaugurado en 2013 fue destrozado por el río Jaya. foto de Parque Nacional Campo De Los Alisos
La naturaleza está poniendo en jaque a la red vial de la provincia. Nueve puentes han salido de circulación, algunos de ellos se desplomaron por completo y en otros se rompieron los terraplenes de acceso. El agua llegó a las rutas, autopistas y borró caminos vecinales. Se ampliaron los cauces y esto “comió” parte de las calzadas. Hay lugares como la Sala, en San Javier, y Villa padre Monti y Río Nío, en Burruyacu, y varias comunas del sur de la provincia que quedaron prácticamente incomunicadas por tierra.
“Estamos haciendo la evaluación económica de todo este desastre”, dijo Raúl Basilio, titular de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV). Y reconoció que la reconstrucción de puentes y rutas demandará un año o más. Las cifras son millonarias. Vale aclarar que los viaductos afectados se encuentran en caminos que dependen de esta Dirección.
“Levantar un puente es una obra de arte mayor y no se logra en pocos meses; primero hay que hacer el diseño, licitar la obra y luego la construcción que lleva meses”, reconoció.
Según dijo, ningún cálculo habría podido prever este evento de la naturaleza. “Cuando se hace un proyecto de obra hidráulica y vial no se piensa en una catástrofe así. No es que cayó agua en una cuenca y destruyó todo. Tenemos problemas en toda la provincia, pero se trata de sucesos extraordinarios”, comentó.
El puente que cruza el río Jaya, en el acceso al Parque Nacional de Los Alisos, había sido inaugurado en 2013 y costó $ 11 millones. Sin embargo no soportó el caudal de agua y se desplomó por completo. “Ese puente había sido construido con todas las normas técnicas de última generación. No se hicieron las cosas mal como pueden decir algunos opinólogos. No se puede medir la naturaleza y el agua”, dijo.
Según Basilio los cálculos fueron hechos para que por allí pasaran 1.200 metros cúbicos de agua, pero el torrente llevó casi el doble: 2.200 metros cúbicos. “Por supuesto que esto nos obliga a diseñar nuevas obras con menos tiempo de recurrencia, ya no serán a 50 o 70 años, y mayor caudal de agua”, reconoció. Los ingenieros -explicó- calculan que un evento extraordinario suceda cada 50 años o más. Ahora el panorama está cambiando, las proyecciones indican que cada vez serán más frecuentes las tormentas fuertes, los huracanes, los sismos.
“Primero vamos a trabajar en pasos alternativos, como badenes en el caso de los puentes que se cayeron”, confirmó.
“Estamos haciendo la evaluación económica de todo este desastre”, dijo Raúl Basilio, titular de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV). Y reconoció que la reconstrucción de puentes y rutas demandará un año o más. Las cifras son millonarias. Vale aclarar que los viaductos afectados se encuentran en caminos que dependen de esta Dirección.
“Levantar un puente es una obra de arte mayor y no se logra en pocos meses; primero hay que hacer el diseño, licitar la obra y luego la construcción que lleva meses”, reconoció.
Según dijo, ningún cálculo habría podido prever este evento de la naturaleza. “Cuando se hace un proyecto de obra hidráulica y vial no se piensa en una catástrofe así. No es que cayó agua en una cuenca y destruyó todo. Tenemos problemas en toda la provincia, pero se trata de sucesos extraordinarios”, comentó.
El puente que cruza el río Jaya, en el acceso al Parque Nacional de Los Alisos, había sido inaugurado en 2013 y costó $ 11 millones. Sin embargo no soportó el caudal de agua y se desplomó por completo. “Ese puente había sido construido con todas las normas técnicas de última generación. No se hicieron las cosas mal como pueden decir algunos opinólogos. No se puede medir la naturaleza y el agua”, dijo.
Según Basilio los cálculos fueron hechos para que por allí pasaran 1.200 metros cúbicos de agua, pero el torrente llevó casi el doble: 2.200 metros cúbicos. “Por supuesto que esto nos obliga a diseñar nuevas obras con menos tiempo de recurrencia, ya no serán a 50 o 70 años, y mayor caudal de agua”, reconoció. Los ingenieros -explicó- calculan que un evento extraordinario suceda cada 50 años o más. Ahora el panorama está cambiando, las proyecciones indican que cada vez serán más frecuentes las tormentas fuertes, los huracanes, los sismos.
“Primero vamos a trabajar en pasos alternativos, como badenes en el caso de los puentes que se cayeron”, confirmó.
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