Una jornada olvidable para Atlético

Una jornada olvidable para Atlético

Tormenta, cero fútbol y un accidente.

HOY SERÁ OTRO DÍA. Azconzábal intentará olvidarse de lo que pasó ayer y concentrarse en el próximo partido de Atlético. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ HOY SERÁ OTRO DÍA. Azconzábal intentará olvidarse de lo que pasó ayer y concentrarse en el próximo partido de Atlético. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
04 Marzo 2015
Días como el que vivió Atlético ayer obligan a agradecer a los protagonistas el hecho que sólo dure 24 horas. En un momento de la tarde daba la sensación de que si al martes le agregaban un minuto más, sería suficiente para otra mala noticia “decana”.

¿Creen que suena exagerado? El repaso de la serie de eventos desafortunados en 25 de Mayo y Chile (la mayoría propiamente allí) no dejará dudas.

Todo comenzó en los primeros minutos del día. Si una jornada está signada por la mala suerte, es ley que debe comenzar desde bien temprano. Pasada la medianoche, el cuerpo técnico encabezado por Juan Manuel Azconzábal deliberaba la hora y el lugar del entrenamiento.

“Esto es así porque si llueve a la cancha la rompemos toda. Necesitamos que esté en buenas condiciones y de eso depende”, explicó el “Vasco”. Los jugadores y ayudantes esperaban esa decisión del DT, que se inclinó por la tarde y el estadio como sede, sin saber que el clima les jugaría la primera de las malas pasadas.

La mañana (e incluso la siesta) mostraron nubes, viento y hasta algo de sol, pero ni una sola gota de lluvia. Esta esperó para entrar en escena a las 16.45, 15 minutos antes del inicio de la práctica.

¡Y qué lluvia! El temporal no solo dejó el fútbol que Azconzábal tenía programado en el campo de juego sin efecto, sino varias zonas de la provincia completamente anegadas.

Desafortunado

A las 16.40, mientras las nubes negras comenzaban a amontonarse y las primeras gotas empezaban a caer, Azconzábal arribó al estadio con su camioneta. Primero intentó ingresar por la puerta del estacionamiento que está a la altura de los sectores 1 y 2 de la platea, pero el portón estaba cerrado. Entonces probó con la que está detrás de los sectores 5 y 6. Al doblar, impactó contra una moto manejada por María Julia Juárez, de 51 años.

Inmediatamente, los enfermeros y el médico del equipo, que aguardaban en el hall del estadio, corrieron hasta el lugar del choque y asistieron a la mujer. Con la misma camilla que retiran a los jugadores lesionados en los días de partido, trasladaron a Juárez a la enfermería del club y la asistieron. Sin secuelas pero visiblemente preocupado, Azconzábal acompañó a Juárez en todo momento mientras le curaban los raspones que había sufrido.

Los ayudantes intentaban llamar una ambulancia pero el corte de la fibra óptica que afectó los servicios telefónicos en todo el NOA lo impedía. Para colmo, el agua había cercado el estadio y Marcelo Montoya, el médico y Dante Cortez, enfermero, tuvieron que esperar un rato para llevarla en un auto particular al sanatorio Parque. Desde allí, una hora más tarde, confirmaron que Juárez sólo había sufrido politraumatismos y le dieron el alta.

Más tarde, Juárez regresó al estadio “José Fierro” con Montoya y Cortez para recuperar su motocicleta y avisar que se encontraba en buen estado.

Entonces...

La práctica recién pudo comenzar a las 18 pero no como el técnico quería: en principio iba a disponer de fútbol formal, pero la lluvia redujo todo a una serie de movimientos con pelota en el galpón que funciona como centro de tenis de mesa y como zona mixta luego de los partidos.

“No pudimos desarrollar la práctica que necesitábamos pero por lo menos no se perdió el día”, se lamentó el entrenador, que encima no pudo contar con Albano Becica durante la primera parte de los trabajos. Las tormentas hicieron estragos en las calles y demoraron la llegada del enganche.

Si no hubo más malas noticias fue porque, como quedó consignado, el día dura 24 horas.

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