04 Marzo 2015
Fue la frase más escuchada todo el día: “estamos sin sistema”. Muchos clientes se dieron la vuelta y se marcharon enojados, pensando que se trataba de un problema del local. “Fue un día de pérdida”, resumió Ariel Bello, dueño de la librería Copitec de San Martín al 600. “Estamos en plena temporada escolar, la gente viene a comprar las cosas para el colegio y hoy se nos cayó el sistema”, apuntó con una mezcla de desánimo y preocupación.
Ocurre que la mayoría de las compras escolares (esas en la que los padres van siguiendo una larga lista) se realiza con tarjetas de crédito. Pero ayer, la caída del sistema obligó a las librerías, como a muchos otros comercios, a advertir a los clientes sobre la situación.
“Muchos clientes se retiraron enojados, creyendo que era nuestro el problema”, contó desanimado Bello. No era el único lugar donde imperó el malhumor. Un recorrido de LA GACETA permitió constatar que durante la mañana varios quioscos y telecentros tuvieron dificultades para recargar las Tarjetas Ciudadana y Metropolitana. Algunas cabinas telefónicas no funcionaron en toda la mañana. Pero en otras sí se pudo hacer la recarga. Era cuestión de suerte.
Pero los que no tenían ni una pizca de esperanza eran los usuarios del sistema público estatal: Anses, Registro Civil y otras reparticiones directamente dejaron de atender a los clientes por falta de sistema. El enojo tampoco se hizo esperar. Sólo se salvaron los que madrugaron y tenían turnos para antes de las 9, el resto se volvió a la casa con la cabeza gacha. “Estamos ‘returnando’ a todos para otro día”, explicó un policía en la puerta de Anses. “¡Es una falta de respeto, señor! ¡Nos tienen desde temprano y nos patean para mañana!”, se quejaba una mujer a viva voz.
Pero no todas fueron pálidas. La mayoría de los cajeros automáticos respondieron al auxilio de dinero fresco. Con la solución en mano muchos clientes pudieron salir del apuro. Hacer sus compras y hasta pagar servicios en bancos y Pago Fácil, pero únicamente con factura.
Ocurre que la mayoría de las compras escolares (esas en la que los padres van siguiendo una larga lista) se realiza con tarjetas de crédito. Pero ayer, la caída del sistema obligó a las librerías, como a muchos otros comercios, a advertir a los clientes sobre la situación.
“Muchos clientes se retiraron enojados, creyendo que era nuestro el problema”, contó desanimado Bello. No era el único lugar donde imperó el malhumor. Un recorrido de LA GACETA permitió constatar que durante la mañana varios quioscos y telecentros tuvieron dificultades para recargar las Tarjetas Ciudadana y Metropolitana. Algunas cabinas telefónicas no funcionaron en toda la mañana. Pero en otras sí se pudo hacer la recarga. Era cuestión de suerte.
Pero los que no tenían ni una pizca de esperanza eran los usuarios del sistema público estatal: Anses, Registro Civil y otras reparticiones directamente dejaron de atender a los clientes por falta de sistema. El enojo tampoco se hizo esperar. Sólo se salvaron los que madrugaron y tenían turnos para antes de las 9, el resto se volvió a la casa con la cabeza gacha. “Estamos ‘returnando’ a todos para otro día”, explicó un policía en la puerta de Anses. “¡Es una falta de respeto, señor! ¡Nos tienen desde temprano y nos patean para mañana!”, se quejaba una mujer a viva voz.
Pero no todas fueron pálidas. La mayoría de los cajeros automáticos respondieron al auxilio de dinero fresco. Con la solución en mano muchos clientes pudieron salir del apuro. Hacer sus compras y hasta pagar servicios en bancos y Pago Fácil, pero únicamente con factura.
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