04 Marzo 2015
Y el día tan temido llegó... o al menos, algo parecido. Un día sin internet, sin celular, sin redes sociales. Sin el rington que acompaña tus días. No, no pensemos en la catástrofe que sería si se paralizara el mundo. Sólo imaginemos que esa pequeña pantalla de tu celular te impide chusmear en otras vidas. ¿Qué proponés hacer cuando se “cae el sistema”? le preguntó LA GACETA a varios jóvenes que tienen el tic de chequear a cada minuto su celular.
Lucía sonríe con picardía y trata de imaginarse ese momento. Es de las que “desayuna” las novedades de Facebook, Instagram y Twitter antes del café de la mañana. De las que mira las fotos de la biografía de los demás, antes de asomarse por la ventana. “Internet me sirve para trabajar, para estudiar y pasar el rato. ¡Todo el tiempo estoy conectada!”, reconoce la joven. Pero ayer fue diferente. Como la mayoría de los usuarios de Personal, la única manera de navegar fue usar el sistema wife de otro lugar.
“Cuando se cae el sistema, lo primero que hago es correr al ciber, porque si no, no puedo seguir con el trabajo. Me da una bronca ... Llamo a Arnet y no pasa nada ... Y si no queda otra, y no quiero hacer volar el celular, trato de quedarme tranqui, en casa, para no desesperarme”.
A Walter le cuesta mucho pensar que no podrá leer LA GACETA si no anda internet, como ocurrió ayer con la caída de los servicios de Personal y de Arnet, debido al corte de una fibra óptica en Córdoba. “Si eso pasa trato de ocupar mi cabeza en otra cosa. Hago actividad física para no deprimirme, para no volverme loco”, reconoce el joven.
A Francisco la caída del sistema lo pone de mal humor. “Es un bajón estar incomunicado. Cuando pasa eso me pongo a hacer otra cosa, a escuchar música o a leer algo”, cuenta.
Karina, de 16 años, coincide con los otros jóvenes. Si no podés usar el celu porque está caído el sistema no queda otra que hacer alguna actividad como gimnasia, limpiar la casa o, de última, leer un libro”, recomienda.
Lucía sonríe con picardía y trata de imaginarse ese momento. Es de las que “desayuna” las novedades de Facebook, Instagram y Twitter antes del café de la mañana. De las que mira las fotos de la biografía de los demás, antes de asomarse por la ventana. “Internet me sirve para trabajar, para estudiar y pasar el rato. ¡Todo el tiempo estoy conectada!”, reconoce la joven. Pero ayer fue diferente. Como la mayoría de los usuarios de Personal, la única manera de navegar fue usar el sistema wife de otro lugar.
“Cuando se cae el sistema, lo primero que hago es correr al ciber, porque si no, no puedo seguir con el trabajo. Me da una bronca ... Llamo a Arnet y no pasa nada ... Y si no queda otra, y no quiero hacer volar el celular, trato de quedarme tranqui, en casa, para no desesperarme”.
A Walter le cuesta mucho pensar que no podrá leer LA GACETA si no anda internet, como ocurrió ayer con la caída de los servicios de Personal y de Arnet, debido al corte de una fibra óptica en Córdoba. “Si eso pasa trato de ocupar mi cabeza en otra cosa. Hago actividad física para no deprimirme, para no volverme loco”, reconoce el joven.
A Francisco la caída del sistema lo pone de mal humor. “Es un bajón estar incomunicado. Cuando pasa eso me pongo a hacer otra cosa, a escuchar música o a leer algo”, cuenta.
Karina, de 16 años, coincide con los otros jóvenes. Si no podés usar el celu porque está caído el sistema no queda otra que hacer alguna actividad como gimnasia, limpiar la casa o, de última, leer un libro”, recomienda.
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